Elizabeth Albarrán
El Economista
El ahorro para el retiro es un tema que favorece más a las personas con ingresos mayores a los cinco salarios mínimos, pues hay más probabilidad de que reciban prestaciones sociales completas, revela el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
De acuerdo con su estudio “Política pública, reformas al régimen de afores”, 82% de los trabajadores que labora en empresas constituidas tiene prestaciones laborales completas; mientras que 74% de la Población Económicamente Activa (PEA) que labora en empresas no constituidas no tiene ninguna prestación.
De esta manera, de la PEA que recibe entre tres y cinco salarios mínimos, 37% no cuenta con ninguna prestación; los que reciben entre dos y tres salarios mínimos, 46% tampoco, y los que perciben de uno a dos mínimos 63% no cuenta con prestaciones.
Manuel Molano, director adjunto del Imco, refiere que la mayoría de los asalariados mexicanos de ingresos altos tendrán menos de qué preocuparse por su ahorro para el retiro, ya que su vida laboral ocurrirá en empresas formales donde no habrá mayores complicaciones para hacer los pagos al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR).
“El mexicano de más bajos ingresos tiene razones para preocuparse, pues la capacidad de las empresas en las que trabaja para cumplir con sus obligaciones de seguridad social está limitada por un flujo de efectivo volátil e impredecible”.
AFORES PREFIEREN CLIENTES RICOS
Molano consideró que una de las desventajas para los trabajadores con menores ingresos es que las afores prefieren a los trabajadores que más dinero reciben, por tanto, las afores que concentran a clientes con recursos altos son las que mejores rendimientos ofrecen por las inversiones que realizan; mientras que las administradoras pequeñas que ofrecen rendimientos limitados se debe a las bajas inversiones.
“Hay una correlación estadística significativa entre la inversión en valores gubernamentales en pesos y menor rendimiento neto; mientras que también hay una correlación significativa positiva entre la inversión de valores internacionales y un mejor rendimiento”.
Abundó en que la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) debería observar y regular el segmento que atiende cada afore y a qué costo lo hace.
Las afores que se concentran en el segmento “C”, que es la gente relativamente más pobre, tiene sus fortalezas en la red de distribución que les permite llegar a un público amplio, indica.
“Sus destrezas no están en el manejo de tesorería, generalmente no son grupos que tengan experiencia como banqueros o administradores de fondos de riqueza”.
El rendimiento promedio relativamente bajo de afores como Coppel , Inbursa y Azteca puede explicarse en que la mayor parte de sus inversiones están en valores gubernamentales en pesos, mientras que afores como XXI Banorte, Sura y Banamex tienen una mayor participación en inversiones extranjeras.
“Es notable en el SAR la ausencia de políticas públicas enfocadas al grupo de trabajadores de establecimientos pequeños y no constituidos, y que además son relativamente pobres en salarios”.
