Paula Carrizosa
La Jornada
“No amerita la suspensión de la obra”, fue la frase que soltó el delegado en Puebla del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), José Francisco Ortiz Pedraza, en referencia a que no vale la pena suspender la construcción del llamado distribuidor vial de Cholula, pese al hallazgo de 12 entierros y sus ofrendas, además de un Guerrero Jaguar.
Según lo publicado en diversos medios locales, Ortiz Pedraza dijo que “las obras no serán suspendidas, pues los trabajos cuentan con el aval del Consejo de Arqueología” del INAH. Insistió en que “las obras se detendrán solo si se encuentra una estructura de relevancia; de lo contrario, hallazgos como el cráneo pueden retirarse del lugar y salvaguardarse”.
“Están saliendo cosas porque ahí sería imposible que no saliera nada, pero nada que obligue a detener las obras. Son cosas que se rescatan, se obtiene la información, se estudian, van a parar a museos, a exposiciones y se hacen publicaciones con relación a esto”, comentó en entrevista al acudir al arranque de los trabajos del segundo piso de la autopista México–Puebla.
José Francisco Ortiz Pedraza desmintió las acusaciones que se han dado contra el INAH, en el sentido de que ha ocultado en las últimas semanas el hallazgo de vestigios importantes en los 12 pozos de excavación que se abrieron a lo largo de 100 metros de la calle 12 Oriente–Poniente.
Incluso refirió que al inicio de la construcción se encontró “una esquina de una plataforma baja prehispánica”, la cual tampoco ameritó la suspensión del proyecto. Argumentó que “una nueva técnica para salvaguardar ese tipo de elementos permitió taparla con lodo y plástico, para continuar con la construcción”.
El delegado del INAH en Puebla aseguró que “tanto el cráneo del que se cree puede ser del guerrero jaguar como los 12 entierros humanos de la era del Posclásico están abiertos al público en Cholula”.
Agregó que “en las siguientes cuatro semanas continuarán siendo estudiadas por especialistas con el fin de determinar con exactitud a qué época y cultura pertenecen”, en un análisis que podría durar hasta un año y después de eso, “las piezas podrán ser encontradas en algún museo”.
Antes que ir “a dar un museo”, como propone el delegado del INAH en Puebla, especialistas de la historia de Cholula como la antropóloga y defensora del patrimonio Anamaría Ashwell, opinan que el patrimonio arqueológico encontrado debería “ser la pauta para que Cholula, en vez de ser destruida, se convirtiera en un nuevo Templo Mayor”.
Como explicó en una anterior entrevista, el registro y la recuperación de esos ricos objetos prehispánicos podrían ser la pauta para que se reprodujera el proceso de resguardo y de estudio del que fuera objeto Tenochtitlan a partir del descubrimiento de la escultura de la diosa Coyolxauhqui, ocurrido la madrugada del 21 de febrero de 1978 por trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.
Aflora la vida de una ciudad milenaria
Destaca que en la actualidad Cholula representa el primer caso a nivel nacional donde una obra pública se efectúa en zona protegida por decreto presidencial, como es la calle 12 Oriente–Poniente. Ello porque desde 1993 se indica que no debe haber ningún tipo de intervención en el subsuelo con fines de preproyectos de infraestructura urbana
Pese a ello, las excavaciones iniciaron el pasado 6 de junio con pozos que se ubicaron al término de la recta a Cholula, sobre la 12 Oriente–Poniente, junto a la construcción del puente elevado y con término en la vía del ferrocarril.
Como documentó La Jornada de Oriente, semanas después del inicio de la construcción de la vialidad fueron halladas osamentas, vasijas y figurillas de barro, que se sumaron a los 12 entierros prehispánicos y la escultura del guerrero jaguar encontrados a inicios de agosto en la obra que está a cargo del gobierno del estado y cuenta con una inversión de casi 200 millones de pesos.
Los trabajos sobre dicha calle se realizan sobre una zona de recarga de agua cercana al cerro Zapotecas, que desembocaba en donde se ubica la actual base del distribuidor vial.
Según los especialistas en ese lugar se ubicaban las acequias y los primeros sistemas hidráulicos que surtieron a una población de 40 mil habitantes, como parte de los primeros asentamientos, fechados en el año 200, el nacimiento de Cholula, ciudad sagrada y comercial.
La clausura ciudadana
Casi a la par de iniciarse las obras en Cholula, ciudadanos, activistas y académicos organizados en la campaña Pueblo Mágico Sin Tráfico se dieron a la tarea de clausurar, aunque sea de forma simbólica, la construcción del distribuidor vial de Cholula, una obra impulsada por el gobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas.
Las diversas clausuras llevadas a cabos por el colectivo se hicieron por varias razones; la principal, porque la obra atenta contra del paisaje patrimonial de la ciudad, ya que el distribuidor se ubica a unos 500 metros en línea recta de la Gran Pirámide de Cholula. Otras más fueron porque causará una fractura en la organización social y cultural de los 10 barrios de San Pedro y por los daños –que ya se han causado– en el subsuelo arqueológico de una de las ciudades prehispánicas más importantes de Mesoamérica.
Lamentablemente el Comité de Defensa del Patrimonio Histórico, Cultural y Ambiental de Puebla AC y la campaña Pueblo Mágico sin Tráfico no lograron concretar un amparo para la suspensión temporal de las obras.
Como confió Anamaría Ashwell “ahora Cholula será para ellos un pueblo mágico pero sin origen”, ello por los daños que se han causado en su historia arqueológica y patrimonial.
Destaca que la defensora del patrimonio y otros especialistas –incluso los arqueólogos que se encargaron de las excavaciones–, trabajarán en la edición de un libro para reseñar lo ocurrido y nombrar a los responsables: al Instituto Nacional de Antropología e Historia y al gobierno estatal encabezado por Moreno Valle.