Ulises Díaz
Reforma
Cd. de México, México (26 agosto 2014).- El Banco Mundial (BM) reprobó a Oportunidades.
El organismo internacional concluyó que el programa de transferencias para población de escasos recursos no asegura la movilidad social ni elimina la posibilidad de salir permanentemente de la pobreza.
Tampoco, dice, es completamente efectivo para las poblaciones indígenas, según el reporte «Resultados del Programa Oportunidades», realizado por el BM.
En 2009, el Banco Mundial otorgó al Gobierno de México un crédito por mil 503 millones de dólares para la fase inicial del programa y otro, en 2011, por mil 250 millones de dólares, para asegurar su continuidad.
El organismo con sede en Washington y que preside Jim Yong Kim realizó su evaluación entre julio y agosto de 2014 y señaló que el programa Oportunidades no es capaz de atender la vulnerabilidad de quienes reciben los recursos y no hay un sistema que les evite caer en pobreza en el futuro.
“Uno de los desafíos más grandes… es que se requiere una plataforma para apoyar a los beneficiarios para tener más accesos a servicios”, explicó Francesca Lamanna, economista especializada en protección social del BM.
Piden jóvenes oportunidades
Jóvenes que pertenecen a pandillas, “tribus” y bandas juveniles pidieron a los tres niveles de gobierno una estrategia de seguridad incluyente, fuera de estereotipos y prejuicios.
En el encuentro “Jóvenes Mexicanos Enfrentando la Violencia” plantearon que la lucha por restablecer la seguridad ciudadana no debe sustentarse en el uso de la fuerza de los cuerpos policiacos y militares sino en la reconstrucción del tejido social.
En el evento, realizado el pasado fin de semana en Monterrey, añadieron que es un espejismo el éxito temporal de los programas de formación de nuevos cuerpos policiales.
Expusieron que las agrupaciones de jóvenes pueden ser los protagonistas centrales de acciones de regeneración socio-urbana en México.
“En los problemas de violencia e inseguridad: todos contribuimos en su desarrollo, que de ninguna manera se podría afirmar que esta responsabilidad recae en un solo grupo humano en términos de edad y de clase social de los hechos violentos que suceden en las ciudades y en las regiones del mundo”, detallaron.
En una llamada Declaración del Cerro de la Silla, acordada tras el encuentro, expusieron que se necesitan gobiernos que dejen de invertir esencialmente en infraestructura para buscar el control policial de la sociedad.
“Hagamos un lado la política de cemento gris que unos cuantos se han beneficiado, y en consecuencia, impulsemos una gran política de inclusión social donde los protagonistas sean los jóvenes y sus comunidades”.
En el documento hablaron del flagelo de la violencia en ciudades mexicanas como Acapulco, Torreón, Culiacán y Ciudad Victoria.
En el escrito se critica el sistema educativo nacional porque, según los asistentes, ha dado muestras de incapacidad para innovar y atender al diferente, al rebelde.