Mathieu Tourliere
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- La firma de una tregua de duración “ilimitada” despertó las esperanzas de poner fin a 50 días de una guerra que cobró más de 2 mil 138 vidas del lado palestino –una cuarta parte de niños–, hirió a 11 mil más, destruyó gran parte de la infraestructura en la región y agudizó las tensiones en el Medio Oriente.
A través de un diálogo indirecto –con mediación egipcia–, las delegaciones palestina e israelí en El Cairo acordaron el cese el fuego, aunque el texto no prevé varias de las garantías que exigía Hamas previo a cualquier acuerdo, entre ellas la apertura del puerto y el aeropuerto de Gaza, así como la liberación de prisioneros de guerra.
Si bien abordarán estos puntos en “futuras negociaciones”, precisó el periódico egipcio Ahram, las partes acordaron la apertura temporal de los cruces entre Israel, Egipto y Gaza –este último bajo bloqueo económico desde 2006— para permitir el ingreso de ayuda humanitaria y de materiales de construcción a la Franja.
También convinieron la extensión de la zona de pesca en el mar Mediterráneo, que pasó de 3 a 6 millas náuticas; aunque según los acuerdos de Oslo, firmados en 1994, los palestinos tienen derecho de pescar a 20 millas de sus costas.
Según las agencias, los palestinos salieron a festejar el anuncio de la tregua, en especial los gazatis amontonados en los campos de refugiados que las misiones humanitarias erigieron en el Franja.
“Las negociaciones terminaron y hemos logrado un acuerdo que enfatiza la inalterable posición del pueblo palestino con la victoria de la resistencia”, declaró Mussa Abu Marzuk, el delegado palestino en El Cairo.
Más tarde, el vocero del Hamas, Sami Abu Zuhri, aseveró: “Nuestra resistencia armada logró lo que los ejércitos árabes fracasaron”. Y enseguida añadió: “Hoy declaramos la victoria de la resistencia, hoy declaramos la victoria de Gaza”.
En el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu, el ala ultraderecha –compuesta por los secretarios de Relaciones Exteriores, Avigdor Liebermann; de Comunicaciones, Gilad Erdan; de Seguridad Pública, Yitzhak Aharonovich, y de la Industria, Naftali Bennett– se opuso en público a la firma del cese el fuego.
El periódico israelí Haaretz reportó que los habitantes del sur de Israel consideran la tregua, que aceptó el gobierno sin voto previo, como un sometimiento de Netanyahu ante Hamas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, felicitó a ambas partes por la firma de la tregua, pero recordó que las causas estructurales del conflicto israelí-palestino quedan por resolverse, 47 años después de la ocupación de los territorios árabes por Tel Aviv.