Peligran pacientes y personal de hospital del Issste en Zacatecas por desabasto y violaciónes a normás básicas

Alfredo Valadez Rodríguez
La Jornada

Zacatecas, Zac., 26 de agosto.

El Hospital General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) en esta ciudad “opera en deplorables condiciones biosanitarias”, padece un constante desabasto de medicamentos; es frecuente la falta de instrumental médico-quirúrgico y de sustancias elementales para la realización de cirugías –como anestésicos–, y su funcionamiento “mantiene en constante peligro la salud y la vida” de pacientes, médicos y enfermeras, por el riesgo de contraer infecciones intrahospitalarias.

Doce médicos especialistas consideran insostenible la situación en el hospital, al que calificaron de “elefante blanco”, y pidieron al presidente Enrique Peña Nieto, así como al director general del Issste, Sebastián Lerdo de Tejada, y a la secretaria de Salud, Mercedes Juan López, realizar una inspección y una auditoría al centro de salud, dirigido por Omar Alberto Venegas Gurrola.

Además, manifestaron su preocupación porque en los cinco años recientes 10 enfermeras, 16 médicos y siete trabajadores administrativos han enfermado de cáncer, lo que atribuyeron a una fuente de radiación aún no identificada en las instalaciones.

Después de la polémica que generó el caso de Irma Serrano Esparza, quien durante cinco días esperó infructuosamente a que la operaran de la vesícula en dicho hospital, ubicado en el bulevar Adolfo López Mateos, y al no recibir atención, el 11 de agosto al mediodía dejó el centro de salud, médicos y enfermeras decidieron alzar la voz.

José Enrique Zamora Barrón, Luis Vicente Cristerna Castro, José de Jesús Cabral Ruiz, José Crescencio López Sánchez, Gerardo Lugo Botello, José Silvestre Rodríguez Botello, Eduardo Reyna Barajas, Édsel Juan Mauricio, Luz Marina Covarrubias Guzmán, Pablo Ramírez Alemán y Alejandra Guerrero Román compartieron sus testimonios en una sala contigua al área de quirófanos.

¿Cómo han podido deteriorarse tanto los servicios de un hospital de tal importancia?, se preguntan los entrevistados, quienes señalaron como responsable de la mala administración y las deficiencias operativas a Carlos de la Torre Tosca, delegado del Issste en Zacatecas.

Lo acusan de incurrir desde hace más de un año en “graves” actos de corrupción, mala administración, acoso laboral y hasta persecución contra opositores. Incluso presumen que hay colusión de funcionarios de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Aseguran que personal de esa dependencia ha visitado el nosocomio en al menos cuatro ocasiones y se ha retirado sin hacer mayores observaciones, salvo una suspensión provisional en el área de quirófanos.

Además de preocuparles la precaria situación del hospital, que atiende a 180 mil derechohabientes, les alarma el aumento de casos de cáncer entre el personal.

“Ningún hospital público o privado de este tamaño, en el país, tiene tan alta incidencia de cáncer entre su personal. Aquí hay algo que nos está matando a nosotros y a los derechohabientes”, alertó José Crescencio López Sánchez, oncólogo titular del hospital en el turno matutino.

Explicó que ante los casos documentados en el lustro reciente (10 enfermeras, 16 médicos y siete trabajadores administrativos enfermos de cáncer de tiroides, linfomas, cáncer de mama, sarcomas), “nos dimos a la tarea de indagar por qué hay tan alta incidencia entre médicos y enfermeras, a pesar de que es un hospital pequeño”.

Expuso que él y sus compañeros sospechan que la fuente de radiación puede ser el material de construcción del nosocomio, pues a finales de la década de 1970 y principios de la siguiente se utilizó varilla contaminada proveniente de una fundidora de Chihuahua, la cual mezcló hierro de desecho con una cápsula de cobalto 60 (isótopo altamente radioactivo) que había desechado un hospital de Ciudad Juárez, Chihuahua.

De acuerdo con el anestesiólogo José de Jesús Cabral Ruiz, las varillas contaminadas no sería la única fuente de radiación, pues el área de rayos X no se construyó con muros de plomo, según lo estipulado en la norma oficial mexicana.

Añadió que en el área de quirófanos hay una unidad de rayos X portátil que es llevado a todas las áreas y el personal no cuenta con protección. “No hay mandiles especiales ni cubreglándulas. Tampoco hay contador Geiger (aparato que mide niveles de radiación). Ni siquiera los radiólogos cuentan con ese equipo”, sostuvo.

López Sánchez destacó que ya han denunciado estos problemas ante las autoridades federales, sin haber recibido respuesta.

“Hicimos un expediente con los nombres de los compañeros médicos y enfermeras que estaban padeciendo cáncer y se envió a la Comisión Nacional de Energía Nuclear. Hablamos con un ingeniero, que se comunicó vía telefónica conmigo, y quedaron en mandar a un especialista que iba a inspeccionar los niveles de radiación en el hospital, pero todavía estamos esperando”, concluyó.

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