«Buen Fin» para los empresarios que se van a engordar los bolsillos con el consumismo absurdo e irracional de la gente idiota, no puedo decirlo más claro. Y ahí tienen a ese criminal desde la Secretaría de Hacienda que usurpó, es decir y hablando en los términos que usan ellos, desde una «institución oficial del gobierno», haciéndole de publicista de la mafia empresarial que año con año se engorda al triple los bolsillos con la estafa mediática ésta, aparte de todo lo que se roban y no pagan de impuestos. ¿ASÍ O MÁS CLARO?
Carlos Acosta Córdova
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- Los empresarios, que se habían distanciado del «secretario de Hacienda», Luis Videgaray, por la reforma fiscal […] hoy se reencontraron con él.
En efecto, la ceremonia en que se anunció el lanzamiento de la edición 2014 del programa el Buen Fin –en la sede de la Secretaría de Economía–, sirvió de marco para que se volvieran a tomar la foto, juntos y felices.
Y, sí: al final del acto y una breve conferencia de prensa, posaron para las cámaras –Videgaray al centro– los mandamás del Consejo Coordinador Empresarial (Gerardo Gutiérrez Candiani), de la Concanaco-Servytur (Enrique Solana), de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, ANTAD (Vicente Yáñez) y de la Asociación de Bancos de México (el presidente ejecutivo Alberto Gómez Alcalá), entre otros.
No eran para menos el buen ánimo y las sonrisas de los empresarios.
El que había sido su verdugo, el que les impuso una mayor carga tributaria, apareció hoy como el gran publicista del Buen Fin, con el que aquellos, sobre todos los del gran comercio, se aprestan, entre el 14 y 17 de noviembre próximo –fecha de la cuarta edición del Buen– a recuperarse un poco de las muy magras ventas que han tenido en el año, producto del bajo crecimiento económico, que se ha traducido en un aletargamiento del mercado interno y un pobre desempeño del consumo.
Congraciarse con el empresariado y empujar las ventas y el consumo es el propósito del Buen Fin. Sin duda, un propósito, el segundo, con intención macroeconómica.
Sin embargo, en ese papel de publicista, Luis Videgaray desvarió:
“¿Para qué sirve el Buen Fin? ¿De qué se trata el Buen Fin? El Buen Fin tiene un sólo propósito en realidad, que es darle un beneficio concreto a las familias mexicanas, para eso sirve, para eso ha servido.
“De lo que se trata es que las amas de casa, los padres de familia, los jóvenes que empiezan una vida independiente, que están formando una familia, puedan encontrar un momento en el año en que saben que realmente van a encontrar precios, de las cosas que necesitan, más baratos.
“De eso se trata el Buen Fin, y eso ha sido el Buen Fin en sus primeras tres ediciones y lo ha sido con mucho éxito”.
Es decir, según Videgaray, del viernes 14 al lunes 17 de noviembre –cuatro días–, las familias mexicanas podrán darle un gran giro a sus vidas: podrán comprar, gracias a “los descuentos extraordinarios y espectaculares, en todas las tiendas del país” –según la publicidad del Buen Fin en su sitio electrónico– todo lo que no habían podido adquirir antes y que les era indispensable para su vida cotidiana.
Lo dijo así Videgaray:
“Hoy en día, esta joven tradición ya es muy esperada por las familias mexicanas. Hoy ya todos sabemos que si uno necesita comprar algún electrodoméstico o está esperando para comprar ropa, zapatos, una computadora, lo que sea, sabe que un buen momento para hacerlo es el Buen Fin”.
Y tan solidario es el gobierno con las familias mexicanas, que le va a poner una lana, el doble que el año pasado, para que el Buen Fin sea aun más exitoso. Al tiempo que los empresarios estiman ventas por 200 mil millones de pesos, cerca de 10% más que el año pasado.
Explicó Videgaray que, “por instrucciones del presidente [sic] Enrique Peña Nieto”, Hacienda va a poner 500 millones de pesos –de los bolsillos de los contribuyentes– para replicar este año el sorteo fiscal que se realizó el año pasado con 250 millones.
En el sorteo fiscal participan todos los tickets de compra que se hayan hecho en establecimientos formales, y siempre y cuando se haya pagado con tarjeta de crédito o de débito.
Los comprobantes ganadores –que decide un sistema automatizado del Servicio de Administración Tributaria, SAT– permitirán a los consumidores recibir del gobierno el importe de la compra, siempre que no rebase los 10 mil pesos y no sea menor a los 250 pesos.
En el Buen Fin de 2013 resultaron ganadores, dijo Videgaray, 75 mil “mexicanas y mexicanos que el año pasado recuperaron lo que gastaron, lo que invirtieron, gracias a este sorteo fiscal que hace el gobierno de la República a través del SAT”.
Para este año, dijo, se van a destinar 500 millones de pesos y se espera llegar por lo menos a 150 mil “mexicanas y mexicanos”, de todo el universo de consumidores que compren en establecimientos formales con sus tarjetas de crédito o de débito.
El problema es que el secretario Videgaray habló de “las familias mexicanas” como si todas éstas –el INEGI reporta cerca de 32 millones de hogares en el país– fueran homogéneas, con las mismas necesidades y con las mismas posibilidades de ingreso monetario y de acceso al comercio formal.
Y, peor, como si en todas ellas sus integrantes contaran con tarjeta de crédito o de débito.
El desvarío, pues.