Antonio Baranda y Benito Jiménez
Reforma
Cd. de México (08 octubre 2014).- La marcha que partió del Ángel arribó al Zócalo, donde se realiza un mitin para exigir la aparición de 43 normalistas desaparecidos en Iguala.
Los primeros en hablar son los familiares de los alumnos que no han sido localizados y maestros de la Normal Rural de Ayotzinapa.
Foto: Reforma
Los contingentes ingresaron a la Plaza de la Constitución por la Calle 5 de Mayo, después de caminar por Paseo de la Reforma, Avenida Juárez y el Eje Central Lázaro Cárdenas.
«Ayotzi vive, la lucha sigue», gritó la vanguardia al llegar a la Plaza de la Constitución.
A lo largo de la marcha, distintos oradores exigieron la presentación con vida de las 43 víctimas, la renuncia del Gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, y la detención de los responsables.
«Pedimos al Presidente Enrique Peña Nieto que ponga los ojos en Guerrero y en Ayotzinapa. No vamos a descansar hasta que se esclarezca el caso y aparezcan nuestros estudiantes», demandó un orador al llegar al Zócalo.
«Ya no queremos más atropellos, ya no queremos más fuego cruzado, queremos respeto y reconocimiento».
En la caminata, un estudiante dijo que todo lo que ha ocurrido desde el día 26 de septiembre, cuando se dio el ataque a normalistas y la desaparición de 43 de ellos, las autoridades han pretendido deslindarse de los jóvenes.
«No confiamos en el Gobierno federal, no confiamos en el Gobierno estatal, mucho menos en el municipal ni en la CNDH», lanzó el joven.
Afirmó que quieren una investigación seria y que para estas alturas tendrían que ser organismos internacionales los que encabecen las indagatorias y la identificación de 28 cuerpos encontrados en fosas.
El padre de familia de Emiliano Gaspar, uno de los normalistas desaparecidos, dijo que hasta el momento ninguno de los tutores de los jóvenes ha recibido algún tipo de apoyo psicológico o económico por parte de las autoridades para hacer frente a la crisis por la que atraviesan.
Otro joven de primer año de la Normal de Ayotzinapa afirmó que el día de los hechos, los normalistas sólo «boteaban» para viajar al DF a participar en la marcha del 2 de octubre.
«Yo estuve ahí, jamás hicimos un acto de vandalismo como muchos medios han dicho. Sólo estábamos boteando, recaudando fondos para venir aquí. Nosotros no provocamos lo que pasó», expresó.
El joven, quien va a la vanguardia de la movilización, dijo que lamentablemente tuvo que ocurrir un hecho de violencia contra los estudiantes para que la sociedad despertara y salieran a la luz los vínculos de las autoridades con el crimen organizado.