Como la gente sigue tragando Coca cola y demás porquerías, la diabetes aumentará 36% en América del Norte; 59% en el resto del continente

  • No escuchar al paciente en la consulta impide el control de la enfermedad
  • La ciencia se está quedando corta frente a esta alteración metabólica y las necesidades que plantea

Ángeles Cruz Martínez
La Jornada

Boston, 8 de octubre. Bajar de 5 a 10 por ciento el peso corporal disminuye en más de la mitad el riesgo de desarrollar diabetes tipo II, incluso si ya existe alguna alteración en los niveles de azúcar en sangre. Para los expertos ésta es una información básica, elemental, pero desconocida para la mayoría de las personas, y éste es, apenas, un indicador de que los sistemas de salud no funcionan ni se podrá controlar la enfermedad mientras las consultas duren unos cuantos minutos y no se escuche a los pacientes.

Así lo advirtió Enrique Caballero, director médico asociado de educación profesional en el Centro de Diabetes Joslin. En los servicios médicos no se ha entendido que la educación, el acompañamiento de los pacientes y la atención integral, son elementos fundamentales para modificar el curso de la diabetes, una de las principales causas de muerte en el mundo.

Este es un asunto grave, incluso en Estados Unidos, donde menos de la mitad de los enfermos con tratamiento médico mantiene bajo control su diabetes. La alteración metabólica está presente en 12 por ciento, en promedio, en la población del continente americano y de acuerdo con las previsiones de organismos internacionales, aumentará 36 por ciento en América del Norte y 59 por ciento en los países de Centro y Sudamérica.

A los pacientes no les va bien, a pesar de que actualmente se conoce mejor el padecimiento, su mecanismo de acción y de que existen 12 clases distintas de medicamentos. Significa, sostuvo el especialista, que la ciencia se está quedando corta frente a la enfermedad y las necesidades de los afectados.

Durante su participación en el 12 Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud, organizado por el Instituto de las Américas en colaboración con el laboratorio farmacéutico Merck Sharp and Dohme (MSD) que se realiza en esta ciudad, Caballero afirmó que el sistema de salud tradicional no funciona. Mientras los servicios se limiten a consultas de unos cuantos minutos en las que los médicos no escuchan a sus pacientes ni se preocupan por su estado emocional y que hayan comprendido sus indicaciones respecto de los medicamentos, entre otros, tampoco se logrará controlar y bajar la incidencia de la diabetes y sus complicaciones, afirmó.

Investigaciones realizadas por la Iniciativa Latina de Diabetes, que encabeza Caballero en el Centro Joslin –con sede en Boston–, encontraron que la mitad de los pacientes no entiende las instrucciones del médico; sólo 28 por ciento expresa todas sus preocupaciones en la consulta, porque en promedio hablan 23 segundos antes de ser interrumpidos por el médico.

Además, en 25 por ciento de las visitas al consultorio, el doctor nunca pregunta a los enfermos si tienen alguna preocupación en particular.

El éxito en el control de la diabetes de las personas que ya viven con la enfermedad y para evitar que el número de afectados siga en aumento, como se prevé a partir de las estadísticas, requiere transformar la prestación de la atención médica e impulsar, por ejemplo, consultas con varios pacientes a la vez, con la idea de que las experiencias de unos sirvan a los otros.

En peligro de caer en depresión

Resulta, dijo Enrique Caballero, que el efecto de una recomendación o indicación clínica es mejor cuando proviene de alguien que vive lo mismo que el enfermo. Involucrar a la familia también debería estar entre los objetivos del control de la diabetes como acompañamiento para los afectados e, incluso, para disminuir el riesgo de que otros integrantes del hogar desarrollen el mismo mal.

Del lado de la clínica es indispensable ofrecer a los usuarios la atención del nutriólogo, sicólogo y otros expertos que contribuyan a una atención integral, en aras de mejorar la salud y calidad de vida de los pacientes, dijo el especialista, y dio un ejemplo: un enfermo de diabetes tiene un riesgo elevado de caer en depresión y en esa condición no hay manera de que se cuide, controle su alimentación y menos que realice ejercicio físico.

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