Jesusa Cervantes
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- El gobierno federal busca incidir en la elección del titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), para lo cual pidió a la diputada priista Miriam Cárdenas Cantú que se inscriba como aspirante a la presidencia de ese organismo.
En un mes el Senado de la República deberá reelegir a Raúl Plascencia Villanueva o nombrar a un nuevo presidente de la CNDH. Sin embargo, el Poder Legislativo no ha emitido hasta ahora la convocatoria, y diversos grupos de derechos humanos han manifestado su repudio a la reelección del actual ombudsman.
Por su parte, Plascencia Villanueva ha evitado encontrarse con diversos grupos de trabajo de la Cámara de Diputados, entre ellos la Comisión de Derechos Humanos y la comisión que revisa el caso Tlatlaya.
Este último grupo había acordado con el presidente de la CNDH un encuentro para este martes, en el que daría un informe de sus investigaciones sobre la muerte de 22 jóvenes en una bodega del poblado mexiquense de San Pedro Limón, el pasado 30 de junio. No obstante, el ombudsman canceló la reunión por “agenda”.
Incluso la renovación de la presidencia de la CNDH incidió para que el grupo de legisladores que analiza el caso Tlatlaya se retrasara, y a dos semanas de haberse autorizado, apenas este martes tuvo su primera reunión.
En la Cámara de Diputados, la propia presidenta de la Comisión ordinaria de Derechos Humanos, Miriam Cárdenas Cantú, aceptó este martes ante algunos legisladores que el grupo de trabajo sobre Tlatlaya no se había podido reunir por la elección en la CNDH.
Y es que “por órdenes” de la Secretaría de Gobernación la priista se verá obligada a inscribirse como aspirante a suceder a Raúl Plascencia en la CNDH, según una fuente de la Cámara de Diputados que pidió el anonimato.
Con ese movimiento el gobierno pretende estar al frente de la CNDH e incidir desde ahí en la indagación sobre posibles violaciones a los derechos humanos por parte de miembros de Ejército.