Carolina Gómez Mena
La Jornada
México, DF. El año pasado 5 mil adolescentes fueron privados de su libertad por haber cometido delitos graves. Aproximadamente 25 por ciento de ellos fueron sicarios o halcones para el crimen organizado, señaló la doctora en antropología social, Elena Azaola, experta del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).
Tras exponer su investigación Delitos Graves Cometidos por Adolescentes en México, la cual realizó este año, durante seis meses en cuatro entidades, la investigadora destacó que las políticas de seguridad que se han instaurado en el país en los últimos sexenios deben ser “repensadas y reorientadas” y subrayó que urge poner especial atención en las estrategias sociales, de empleo, salud y educación dirigidas a niños y adolescentes para que éstos no sean captados por el crimen organizado ante la falta de “oportunidades” y su percepción de que “no tienen ni sueños ni aspiraciones ni futuro”.
En la ponencia Fábricas de Sicarios del seminario Violencia en México que organizó el Colegio de México (Colmex), remarcó que los jóvenes delincuentes son el “producto” de una serie de carencias sociales y económicas, violencia familiar, drogadicción, falta de educación y empleo precoz y precario para contribuir con sus familias.