Redacción La Jornada
El periodista y fotógrafo David Jaramillo prepara un documental sobre el valle de Cuatro Ciénegas, ubicado en el estado de Coahuila, un ecosistema único en el mundo por su riqueza biológica, su endemismo y la enorme diversidad microbiana que alberga, pero que se encuentra en peligro ante el desvío del líquido para cultivos y que amenaza con dejarlo seco.
En 1994, el valle fue declarado por el gobierno mexicano como Área de Protección de Flora y Fauna, más tarde en 1995 fue declarado Humedal de Importancia Internacional por la Convención sobre los Humedales (Ramsar). No obstate, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) avaló la construcción de una compuerta que secó uno de los ríos que llevaba agua a Cuatro Ciénegas.
Con una superficie de más de 80 mil hectáreas, este valle en forma de mariposa es un oasis en medio del desierto que resguarda unas mil 237 especies de plantas y animales, endémicas en la zona como la tortuga bisagra, tortuga de concha blanda y la mojarra Minckley, entre otras.
Además este ecosistema que funciona como un refugio para las comunidades microbianas marinas ancestrales que entraron al sitio hace 220 millones de años y que en sus aguas se quedaron evolucionando aisladas del resto del mundo formando arrecifes llamados estromatolitos. Estos fósiles son las comunidades más antiguas que se conocen en el registro fósil (3.6 mil millones de años) y nos indican que en dichos estromatolitos se encontraban las bacterias que transformaron el planeta de un mundo naranja sin oxigeno al planeta azul lleno de vida que ahora conocemos.
Lo que han descubierto en los estromatolitos vivos de Cuatro Ciénegas es que las bacterias ancestrales que ahí sobrevivieron fueron las que «armaron el reloj» de la vida, engrane por engrane y debido a que juntas como comunidad son capaces de reciclar todos los átomos que nos dan la vida, pudieron sobrevivir a todo, dijo David Jaramillo productor del documental Cuatro Ciénegas: Parpadeo Cósmico.
Denunció que las eras geológicas llegaron y pasaron, soportaron dos congelaciones planetarias que cambiaron la química del mar, sobrevivieron a las 5 grandes extinciones, vieron nacer y morir a los dinosaurios, pero no están soportando la extracción masiva de agua por parte de los agricultores de alfalfa de la zona.
El uso intensivo de agua que extraen de las pozas de Cuatro Ciénegas no está permitiendo que los acuíferos se recarguen de forma sustentable por lo que en los últimos 40 años los humedales se han secado en más de un 90 por ciento poniendo al borde de la extinción la extraordinaria biodiversidad del lugar que solo necesita agua, sol y azufre que proviene del fuego profundo que se encuentra dentro de la sierra que forma «el cuerpo de la mariposa» llamado San Marcos y Pinos, simulando el mar del pasado.
Hizo un llamado de urgencia para generar conciencia al cuestionar nuestro comportamiento equivocado como sociedad de consumo.
Enfatizó el papel que juega la educación ambiental dirigida a los niños y a la juventud por parte de artistas y científicos universitarios comprometidos para lograr nuevas mentalidades en las generaciones futuras. Finalmente me interesa informar sobre el único laboratorio de biología molecular a nivel bachillerato en el país, el cual fue implementado bajo la iniciativa de la Dra. Valeria Souza, investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para enseñar ecología molecular con el fin de que sean los jóvenes cieneguenses quienes descubran, amen y defiendan el lugar donde les tocó nacer.
Finalmente comentó que se abrió una convocatoria a través de Fondeadora que busca recaudar los recursos necesarios para terminar el proyecto, el cual lo puede consultar aquí: Cuatro Ciénegas: Parpadeo Cósmico