Rolando Herrera
Reforma
Cd. de México Cd. de México (02 diciembre 2014).- (02 diciembre 2014).- Un grupo de unos 30 jóvenes se separaron de la concentración que escuchaba a los oradores que pedía justicia por la muerte de 43 estudiantes normalista de Ayotzinapa, Guerrero. Armaron una bolita en la parte posterior de la Glorieta del Ángel de la Independencia para ponerse de acuerdo sobre su plan de acción.
«¿Qué vamos a desmadrar?», soltó uno de ellos. «Vámonos al Metro y lo desmadramos», sugirió otro. A un tercero le timbró de manera sonora el teléfono celular que lleva en el interior de una cangurera, se separó un par de metros del grupo respondió un par de cosas y regresó al grupo.
«Los compañeros quieren ir a Los Pinos, pero yo les digo que no. Son muy pocos», lazó un joven a un par de hombres que escuchaban al lado del grupo cómo se ponían de acuerdo.
El grupo estaba conformado en su mayoría por jóvenes delgados, algunos visiblemente menores de edad, vestían en su mayoría sudadera con gorro, llevaban paliacates sujetos al cuello y llevaban colgados morrales de tela.
De su punto de reunión, ubicado a la mitad de la Glorieta del Ángel de la Independencia en dirección hacia el Auditorio Nacional, se dirigieron a la calle de Florencia en la Zona Rosa y caminaron con dirección a Avenida Chapultepec, sobre la vialidad de su derecha.
«Fuera medios». «Fuera medios». Comenzaron a gritar al notar que camarógrafos y fotógrafos ya los seguían.
Al llegar a la esquina con Hamburgo, comenzaron a lanzar piedras y golpear con palos y tubo los cristales de las sucursales bancarias Banamex, Scotiabank e Ixe, y arrojaron bombas molotov a el establecimiento de tacos de guisado «Tacos & Deli».
«Son como setenta, ya están haciendo destrozos bancos y comercios de Florencia», reportó por su radio un indicador de la Policía capitalina, cuyas oficinas centrales están sobre la calle de Liverpool, a dos cuadras.
Llegaron a Avenida Chapultepec y dieron vuelta en «u» cruzándose del otro lado de la avenida, y entonces arremetieron contra los establecimientos ubicados en ese lado, un a Mc Donald’s, localizado en la esquina de Londres, un Oxxo y una sucursal de Bancomer.
Al llegar a Paseo de la Reforma, donde todavía había una concentración importante de manifestantes, el grupo que ocasionaba los destrozos dio vuelta a la derecha y caminó sobre la lateral, lanzando cohetones, piedras y bombas molotov a algunos comercios ubicados en esa lateral.
«Son infiltrados, no a la violencia». «No los sigan, no lo sigan». «Son unos pendejos, está provocando a los fascistas», les gritaron algunos manifestantes desde el grueso de la concentración.
El grupo de encapuchados siguió avanzando destrozando los cristales que encontraban a su paso y cuando cruzaron Génova, de una cuadra antes, de la calle de Belgrado, salieron los granaderos, quienes comenzaron a caminar detrás de ellos sin intentar darles alcance.
Fue hasta el cruce con Insurgentes, cuando los agentes antimotines comenzaron a correr para impedir que un grupo de jóvenes que se había separado de la concentración de encapuchados apedreara la sede del Senado, que ya era resguardada por otros policías.
En este lugar se dieron algunos enfrentamientos y un grupo de manifestantes, quienes pedían que no hubiera detenciones, fueron encapsulados por los policías capitalinos.
Parte del grupo original que empezó con los destrozos, ya mezclado con otros manifestantes, siguieron avanzando sobre la lateral de Reforma lanzando algunas bombas molotov sobre la acera, cuyo fuego era extinguido por los granaderos quienes sólo los siguieron hasta la Glorieta a Cristóbal Colón.
Tan sólo entre la glorieta del Ángel de la Independencia y la glorieta de la Palma, en Avenida Reforma, los encapuchados arremetieron contra 19 establecimientos.
Entre los afectados están sucursales de los bancos Scotiabank, Bancomer, CI Banco; las tiendas Oxxo y Extra; oficinas de Adecco, Fed Ex y Avis; los establecimientos Starbucks, Bistrot Mosaico, Thrifty y Red Piquin. En el hotel Marriot aventaron una bomba molotov.
Al final, un grupo de unos 100 jóvenes, ya sin el rostro cubierto, llegó hasta el Metro Hidalgo, Se concentraron en la entrada de la estación y gritaron: «Viva la anarquía, muera el estado». Después intentaron ingresar al sistema de transporte, pero como estaba cerrado, comenzaron a dispersarse.