Estefanía Camacho Jiménez
Sinembargo
Ciudad de México, 8 de diciembre (SinEmbargo).- Los pueblos indígenas en Panamá y Perú buscan proteger los recursos naturales de sus territorios contra amenazas como la contaminación y deforestación con el uso de drones.
Mientras que México pierde al año alrededor de 32 millones de hectáreas -equivalente al 18 por ciento del territorio nacional -en Perú y Panamá presentaron las imágenes capturadas por estos vehículos aéreos no tripulados en el marco de la vigésima cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP20) en Lima, Perú.
“Es un mecanismo de poder vigilar el territorio de una forma más eficiente, más rápida y con todos los avances técnicos. Nos ayuda a determinar espacios, lugares, tiempo y una vigilancia permanente de nuestro territorio”, explica Apu Alfonso López Tejdada, Presidente de la comunidad nativa 2 de mayo en una grabación difundida en redes.
En las primeras imágenes presentadas aparece el derrame de crudo del río Marañón, donde se forma el río Amazonas. “De esta manera vamos a mitigar los impactos que se tienen actualmente, en el caso de invasiones, hidrocarburos. Verificar áreas muy distantes y también poder ver las posibles amenazas que se tienen, en este caso la minería ilegal” dijo Edwin Yunga Yauta de la Reserva Comunal Amarakaire del Puerto Maldonado Madre de Dios.
Henderson Rengifo, dirigente de la Aidesep, comentó en el evento “Mega-Drivers principales causantes de la deforestación” dentro de la sede de la COP20, que se ha comprobado que donde hay comunidades indígenas sólo hay 2 por ciento de deforestación a diferencia de las reservas protegidas por el estado, donde también hay mayor depredación de recursos naturales.
La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) fue la encargada de organizar este primer taller de drones para las comunidades indígenas de Kukama-Kukamiria con drones proporcionados por Tushevs Aerials en agosto.
La Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques fueron partícipes de este taller, por lo que representantes de la comunidad Emberá en Panamá llevarán esta práctica para el próximo año en su territorio.
Además que los representantes de Emberá esperan que, además de proteger sus territorios, con la ayuda de esta tecnología puedan calcular con exactitud el potencial de la captura de carbono en las áreas boscosas.
Los drones están compuestos con una cámara Go-Pro y una fotográfica, cada una tiene un costo de aproximadamente 12 mil dólares y puede volar a 60 kilómetros por hora con un control remoto de 16 kilómetros de distancia.
La idea de Aidesep es que los integrantes indígenas de las comunidades puedan desarrollar sus propios drones para que sea más eficaz la vigilancia.
Ampliar la red de protección de manera coordinada y con grandes corredores protegidos es una de las estrategias que propuso a finales del 2013 Leopoldo Galicia Sarmiento, investigador del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en México.
En México alrededor de 12 millones de campesinos e indígenas viven en comunidades asentadas en bosques y selvas, las cuales están en su mayoría en los estados de Durango, Michoacán, Chihuahua, Oaxaca, Puebla, Jalisco, Guerrero y Quintana Roo, de acuerdo a información de Greenpeace.
Gracias a este esfuerzo, más de 7 millones de hectáreas forestales están custodiadas y vigiladas, lo cual logra un significativo cambio en el uso del suelo foresta, tala ilegal, incendios, plagas y cambio climático.