María Eugenia Alvarado
Vanguardia
Saltillo, Coahuila.- A pesar de que hace casi medio año se anunció el protocolo antibullying, éste parece no dar resultados, al menos así lo experimentan los padres de Mario, un niño de siete años, que sufre de acoso por su condición de autismo leve.
Los padres angustiados, se presentaron ante VANGUARDIA, luego de percibir la indiferencia y falta de atención que han recibido en la Secretaría de Educación a donde acudieron a denunciar el hecho y desde hace un mes no les dan una solución o alternativa para su hijo.
“Mi hijo es Mario, él iba en la escuela Independencia, ubicada en la calle 10, número 299 de la ampliación Morelos. Sufrió de bullying, el cual se reportó a la directora del plantel, pero nunca se pudo evitar, desde el año pasado”, señaló Fabiola Nuncio, madre del menor.
Hoy el niño ya no estudia en la escuela señalada, sus padres decidieron sacarlo ante el incremento de estrés y ansiedad que empezó a desarrollarse e intensificarse en él.
‘Lo que le falta a su hijo es disciplina’
Hace un mes, aproximadamente que los padres de Mario acudieron a la Secretaría de Educación para denunciar el acoso escolar que sufría su menor hijo por parte de otros compañeros.
A ese tiempo de distancia nada ha sido resuelto, el niño siguió siendo acosado y decidieron mejor sacarlo de la escuela.
Mario Alberto Campos, padre del pequeño, señaló que más que solucionarles algo los traen dando vueltas nada más, no hay una solución que beneficie al menor para que pueda continuar aprendiendo dentro de sus posibilidades.
“Ya fuimos a la Secretaría de Educación Pública a reportar, nos traer a puras vueltas, (nos recibieron) en el área de Educación Especial estatal, (un señor de nombre) José Luis Moreno”, dijo.
El acoso del que era sujeto su niño, fue detectado por su mamá, Fabiola, un día que acudió a llevarle el lonche para que comiera a la hora del receso. Ella observaba desde afuera de la reja mientras su hijo comía.
De pronto tres niños lo rodearon y él seguía comiendo, entonces los niños empezaron a decirle palabras para ofenderlo, le decían raro y loquito, ella sufrió al ver esa situación y ese mismo día se quejó con la directora del plantel, aunque los niños fueron suspendidos pero el acoso continuó por otros y hasta los maestros, por eso decidió sacarlo de esa escuela.
Al ingresar a tercer año la crisis de miedo que sufría el menor al escuchar la alarma que avisaba la hora para prepararse para ir a la escuela, se fue incrementando, el ya no quería volver a su escuela y sus padres decidieron sacarlo para que retomara la calma.
“Tenía mucha ansiedad, me decía que estaba preocupado, por las noches se preocupaba, él se estresaba con la alarma que sonaba por las mañanas para levantarse e ir a la escuela”, expresó la madre.
Ahora que se desenvuelve con más tranquilidad lejos del estrés que le causaba la escuela, el niños quien tiene la condición de autista, pero leve, les comunicó que hasta los maestros se desesperaban con él porque hacía menor ritmo las cosas, que el resto de los compañeros.
Aunque la escuela Independencia sí cuenta con un maestro de apoyo especial, Fabiola, mamá de Mario, dijo que más que animar a su hijo, el maestro llegó a decirle que lo que su hijo necesitaba era que ya no lo fuera a verlo tanto en el receso y que le hacía falta disciplina.