Arturo Sierra
Reforma
Cd. de México, México (14 diciembre 2014).- En las cárceles capitalinas hay 15 mil 556 reos reincidentes, por todo tipo de delitos.
Ellos representan el 39 por ciento de los 39 mil 524 internos que actualmente registra la Subsecretaría del Sistema Penitenciario.
Los penales con más reincidentes son el Reclusorio Oriente, donde hay 5 mil 990; en el Reclusorio Norte se tienen registrados 5 mil 67, y en el Reclusorio Sur, 2 mil 835.
Según la Subsecretaría del Sistema Penitenciario, existen programas para neutralizar la reincidencia entre reos, como integrarlos a trabajos, actividades deportivas, culturales y religiosas.
«El tratamiento que se da a los reincidentes tiene un carácter progresivo y técnico, la progresividad del régimen penitenciario consiste en un proceso gradual y flexible que posibilite al sentenciado, por su propio esfuerzo, avanzar paulatinamente a la recuperación de su libertad.
«Estará acompañado por el seguimiento de profesionistas técnicos de la autoridad penitenciaria y constará de cuatro periodos: estudio diagnóstico, ubicación, tratamiento y reincorporación social», señala un informe de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario.
Las autoridades de los reclusorios aseguran que no se hace ningún tipo de discriminación o tratamiento especializado por el tipo de delitos con el que se les haya relacionado.
«Los programas tienen la finalidad de modificar y neutralizar los factores que han influido en la conducta del individuo para delinquir.
«(Se busca) facilitarle la comprensión del hecho delictivo en la existencia de la víctima, para ello lograr una reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir», señala el informe.
Según especialistas, entre los factores que generan la reincidencia está las malas condiciones que viven los reos en las cárceles, que generan resentimiento al salir de prisión, y la falta de oportunidades para desarrollarse en la sociedad.
Para el criminólogo Pedro Peñaloza, los principales factores de que ocurra la reincidencia y no haya una verdadera reinserción social son los problemas que enfrentan en las cárceles.
«Las personas que salen de la cárcel viven el el ámbito carcelario violencia, exclusión, corrupción y violación a sus derechos.
«Cuando salen de estos ámbitos regresan a su mismo espacio con los factores que provocaron que delinquieran, y no se modifican los entornos del individuo ni en la cárcel ni en el exterior, y eso hace imposible que esa persona cambie su comportamiento social», dijo Peñaloza.
Los reclusorios en México, agregó, no están diseñados para que los internos encuentren mejores formas de convivencia social, porque simplemente son instrumentos de castigo, no de reinserción.
Samuel González Ruiz, especialista en temas de seguridad, señaló que en ocasiones las personas que cometieron delitos menores aprenden en las cárceles técnicas para realizar otras actividades delictivas, de mayor afectación social.
«Las cárceles son las escuelas del crimen, ahí aprenden y creo que todos tenemos que trabajar para que las personas que salen de la cárcel no vuelvan a delinquir, pero si al salir no hay oportunidades de trabajo y son estigmatizados, pues vuelven a delinquir», comentó.