Redacción Proceso
URES, Son. (apro).- Damnificados de los ríos Sonora y Bacanuchi cerraron de manera permanente la carretera federal 14, que va de Hermosillo a Moctezuma, para exigir la entrega de los apoyos ofrecidos por los gobiernos estatal y federal.
Los inconformes precisaron que ayer se cumplieron cinco meses del derrame de 40 mil metros cúbicos de metales pesados y lixiviados de cobre sobre las cuencas sonorenses, y hasta a la fecha los miles de afectados no han recibido los apoyos económicos ofrecidos por el Fideicomiso.
Para cerrar la carretera a la altura de esta ciudad, localizada a 71 kilómetros al noreste de Hermosillo, los manifestantes colocaron piedras, ramas y hasta el tronco de un árbol. También bloquearon caminos de terracería alternos para impedir la circulación de los vehículos que salieron de la capital hacia los siete pueblos afectados con los desechos mineros.
De acuerdo con datos de la Policía Federal Preventiva, División Caminos, por esa carretera de 171 kilómetros de extensión circulan 5 mil vehículos cada 24 horas.
En esta ocasión los inconformes se negaron a ofrecer declaraciones a los medios de comunicación, porque el vocero anterior, Manuel Barragán, fue víctima de amenazas de muerte, por lo que sólo manifestaron que para mantener el bloqueo se fijaron turnos que serán cubiertos por cada uno de los participantes, y para enfrentar el frío se nombró a una comisión que proporcionará leña y oros materiales.
Desde que se registró el derrame, el pasado 6 de agosto, los damnificados han bloqueado en 12 ocasiones la carretera que une las comunidades afectadas. Dos ciudadanos fueron consignados por un juez federal por la obstrucción de la vía de comunicación, sin que hasta el momento sus demandas hayan sido escuchadas.
En su pliego petitorio, emitido el pasado 18 de diciembre, los afectados pidieron transparencia en la entrega de apoyos económicos, indemnización de hasta 300 mil pesos por cada uno de los 25 mil habitantes afectados y la construcción de una planta tratadora de agua con capacidad para separar metales pesados.
Asimismo, la edificación de un hospital de especialidades, la reactivación inmediata de la economía regional con la instalación de una universidad tecnológica y el urgente saneamiento de los ríos contaminados.
Esas mismas peticiones fueron expresadas al presidente Enrique Peña Nieto en una carta enviada el pasado 11 de noviembre. Dos alcaldes de las comunidades contaminadas advirtieron que si en breve no obtienen una respuesta, se pondrán en huelga de hambre el próximo martes 13 afuera del Palacio de Gobierno.