México, 28 de enero 2015 (NOTIGODÍNEZ).- ¿Que la caída en los precios del petróleo ha prendido los focos rojos para las finanzas públicas? Puede ser, pero al régimen usurpador no le preocupa en absoluto porque le sigue vendiendo los combustibles cada vez más caros al pueblo que lo mantiene y que no hace absolutamente nada por detener este abuso. ¿Y las ganancias? Se las está embolsando en la más completa opacidad.
Ante el reciente desplome de los precios del petróleo, el «gobierno» usurpador, nada tarugo, importa más barata la gasolina de lo que la vende, obteniendo cuantiosas ganancias por el excedente del costo sumado a la recaudación del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) que se cobra a la gasolina y al diésel y que el pueblo paga sin rechistar, pese a que se ha demostrado su ilegalidad al cobrarse doble impuesto de forma totalmente oculta. Es literalmente un ROBO a través del cobro ilegal de impuesto sobre impuesto.
El diario El Economista confirmó lo anterior en una nota publicada el día de ayer, citando a expertos que afirman que «el Gobierno federal es el único ganón en las caídas del petróleo», pues está aplicando la vieja máxima de «a río revuelto, ganancia de pescadores».
“En la medida en la que el precio internacional de las gasolinas sea menor al precio local, se obtiene un diferencial sobre el cual el gobierno federal puede cobrar un impuesto, y para este año, si los precios del petróleo prevalecen bajos se obtendrá un impuesto alto”, explicó crípticamente Adrián Muñiz, analista de la Casa de Bolsa Vector.
Muñiz comentó al citado diario que el régimen usurpador es el único “ganador” en este contexto, ya que recibirá más recursos por las gasolinas a través del IEPS, lo cual está aprovechando para «compensar» la baja en los ingresos petroleros.
Esto se reflejó desde octubre pasado, cuando la «Secretaría de Hacienda y Crédito Público» (SHCP), usurpada por el lavador de dinero más peligroso de México, Luis Videgaray, comenzó a recaudar de manera efectiva el IEPS. De hecho, en noviembre del 2014 cuando empezaron a desplomarse los precios del crudo, se recaudaron 1,916 millones de pesos, lo cual contrasta frente al desembolso de 6,587.6 millones de pesos que el «gobierno» realizó en el mismo mes del 2013 por importación de gasolinas.
Por cierto, el hecho de que México tenga que comprar gasolina al extranjero es otra aberración del teatro del absurdo, pues siendo país petrolero y exportador neto del hidrocarburo, es incapaz de refinar y producir gasolina para consumo interno gracias a los traidores a la patria que han usurpado el poder desde 1988, entregando nuestros recursos con las «reformas» en lugar de emprender programas para desarrollar nuestra infraestructura en petroquímica y refinación.
¿Y los beneficios al consumidor por la baja en los precios del petróleo? No hay tales, gracias también a la contrarreforma energética.
Adrián Muñiz también explicó que si los precios de la gasolina en México no hubieran sido «regulados» por la contrarreforma, se percibiría una ganancia más evidente para el consumidor, pues la baja en el precio de los hidrocarburos se trasladaría directamente al precio final. Pero la nueva legislación en materia energética, que prevé una liberación gradual de la venta de la gasolina en el país hacia el 2018, permitió a los usurpadores mantener el control de los precios de la gasolina durante este año y aplicar un mega-gasolinazo anual según el índice inflacionario.
Así que agradézcanle al asesino de Atenco y a sus compinches pactistas del «Congreso», pues, nada tontos, pensaron la contrarreforma para poder saquear al pueblo cobrando la gasolina al precio que les venga en gana, por lo menos hasta 2018, aunque en el resto del mundo la estén regalando por la baja en los precios del petróleo.
¡Viva México, ladrones!