México, 20 de febrero 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Por lo menos 60 grandes trasnacionales del sector energético han «llamado a la puerta» en el violento estado de Veracruz, con planes de llegar en los próximos meses a «invertir» (SAQUEAR) en la industria petrolera, declaró hoy Érik Porres Blesa, «titular» de la Secretaría de Desarrollo Económico de la entidad, de acuerdo con una nota difundida por el diario Milenio.
Como si nos estuvieran haciendo un favor, las 60 compañías «están analizando sus proyectos de inversión y van a tomar sus decisiones en los próximos meses», dijo en entrevista para el citado diario, durante el primer Foro Nacional del Petróleo de la Coparmex-Veracruz.
Entre las empresas que se alistan para invadir territorio veracruzano –donde se concentra un 42% de las reservas probadas de hidrocarburos de todo el país– está la criminal estadounidense Chevron, denunciada por ecocidio de la selva amazónica del Ecuador, así como la inglesa British Petroleum (BP), famosa por el brutal desastre ecológico del 20 de abril de 2010 en el Golfo de México, que a la fecha no ha subsanado y cuya sanción fue una multita que, para colmo, la empresa ya no quiere pagar.
El «funcionario» descaró que esos «honorables» monstruos del saqueo y contaminación se sienten atraídos por la riqueza en petróleo, gas natural y perspectivas de desarrollo eléctrico en Veracruz, territorio Zeta (PRI) por excelencia. Detalló además que tienen gran interés en aguas profundas y en campos maduros, pues en éstos hay unos 300 en los que se puede maximizar la explotación.
«Hay alrededor de 300 campos maduros que fueron abandonados prematuramente cuando Pemex tuvo que salir al mar y explotar Cantarell; muchos se encuentran en el norte y en el sur de Veracruz; 90 por ciento de esos pozos están taponados», dijo al diario Milenio.
Asimismo, Porres Blesa confirmó que los compromisos de «inversión» por muchos miles de millones de dólares ya se tenían con estas empresas desde antes de la contrarreforma para los próximos cinco años. En Coatzacoalcos, por ejemplo, son 11 mil millones de dólares que las trasnacionales planeaban desde hace mucho tiempo inyectar, aunque los recursos no se verán en el corto plazo.
En tres o cuatro meses, según el «funcionario», comenzará la invasión trasnacional producto de esas «inversiones».
Porres omitió un «pequeño» detalle en todo este asunto: el tema de la «seguridad» para estas empresas considerando que Veracruz es uno de los lugares donde la violencia se ha recrudecido con la llegada de Javier Duarte y Enrique Peña nieto. Tamaulipas, otro estado con gran potencial de saqueo para las trasnacionales, adolece del mismo problema.
Sin embargo, un artículo del digital Revolución 3.0 reveló que a las invasoras no les preocupa el asunto, porque la «estrategia federal» emprendida por el usurpador desde que se robó (o compró, da lo mismo) la presidencia en 2012, tiene por objetivo proteger justamente a sus patronas extranjeras, razón por la cual el «ciudadano de a pie» no ve resultados.
En relación a lo anterior se menciona el “Plan Tamaulipas”, el cual ha sido motivo de criticas porque según se ha señalado, no tiene una visión de largo alcance y se basa en desplegar elementos castrenses [militares], con lo cual sólo permitirá tener una sensación de control momentáneo […]. Es preciso mencionar la creación de la «Gendarmería Nacional», agrupación puesta en marcha por el gobierno [sic] federal, la cual entre sus objetivos se encuentra velar por el desarrollo de las “actividades estratégicas” de la nación, entre ellas, la petrolera. Este grupo cuidará instalaciones petroleras y velará para que la actividad se desarrolle correctamente, procurando que el crimen no intervenga y afecte las ganancias de las compañías.
Esto también era muy obvio, pues el propio régimen usurpador estuvo anunciando «acciones» en materia de seguridad para incentivar la llegada de los capitales extranjeros a nuestro país, como parte de los compromisos de la contrarreforma energética. En otras palabras, se garantizó a las trasnacionales el saqueo a manos llenas de nuestra riqueza petrolera, con el Ejército vigilando que nadie no les toque un pelo.
Pero, ¿de quién está protegiendo Peña a sus jefas extranjeras? ¿De la «delincuencia organizada»? No, porque él es parte (títere) de esa delincuencia. En realidad el Ejército y todo el costoso aparato de seguridad (PF, «Gendermería», policías locales, etc.) está dirigido contra el pueblo mismo, para prevenir cualquier reacción pacífica o no que pudiera intentarse en repudio a esa traición a la patria. No van a dejar a la gente acercarse ni tantito a los nuevos conquistadores.
Mexicanos uniformados protegiendo a los invasores de los mexicanos afectados por la invasión. Ese círculo vicioso se llama «negocio redondo» para las trasnacionales. Pero se puede frenar a través de la no colaboración absoluta. Sólo falta que el pueblo tome la decisión.