- En ese lapso se registraron 138 mil 461 muertes por homicidio, dice especialista
- La violencia estancó la esperanza de vida en los primeros 10 años del siglo XXI
- Se lleva a cabo en Cuernavaca el 16 Congreso Nacional de Investigación en Salud Pública
Ángeles Cruz Martínez
La Jornada
Cuernavaca, Mor. A causa de las muertes provocadas por la violencia se estancó la esperanza de vida en México. El ritmo de crecimiento que llevaba este indicador hasta antes del año 2000 se detuvo y de hecho en la primera década del siglo XXI se ‘‘perdieron’’ 2.2 años, afirmó Carlos Echarri, investigador de El Colegio de México.
Son dos años en que debió aumentar la expectativa de vida de los mexicanos, principalmente hombres, los que ahora podrían aspirar a vivir 74 años en lugar de los 72 que actualmente estima el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), indicó durante una de las primeras conferencias del 16 Congreso Nacional de Investigación en Salud Pública (Congisp) 2015, que se realiza en esta ciudad.
En una década (2000 a 2010) se registraron 138 mil 461 muertes por homicidio y en el mismo lapso se incrementaron los decesos por diabetes y otras enfermedades no transmisibles, como cáncer y afecciones cardiovasculares. Así, los avances reportados por otras causas, como la disminución de la mortalidad infantil y por problemas perinatales se ven ‘‘opacados’’ por el impacto de los padecimientos mencionados y, sobre todo, por la violencia.
Por tanto, puntualizó, no hubo avance en la esperanza de vida en los primeros 10 años del siglo, lo que además coincide con la ‘‘guerra contra el narcotráfico’’ emprendida en el gobierno de Felipe Calderón.
En la mesa, el investigador Juan Eugenio Hernández Ávila abonó a la información al comentar sobre los resultados del trabajo que realiza en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). En la revisión de estadísticas sobre las causas de muerte de 1990 a 2012, encontró que las personas que carecen de acceso a la seguridad social reportan mayor número de defunciones por causas externas, principalmente lesiones intencionales (homicidios).
En 2012, tres cuartas partes de los decesos tuvieron esta causa, dijo. Entre estos individuos, las muertes por lesiones (intencionales y de origen no determinado) ocuparon el sexto lugar de mortalidad, con 7.36 por ciento, mientras en los derechohabientes de instituciones de seguridad social, las defunciones por esta causa se situaron en el décimo sitio y representaron 2.16 por ciento del total, explicó.
Hernández Ávila llamó la atención respecto a que la problemática se acentuó a partir de 2007, en una tendencia que se mantiene al alza. Es un asunto grave porque incluso ‘‘eclipsa’’ los beneficios en salud del Seguro Popular, apuntó. El rango de edad con mayor afectación por muertes causadas por lesiones se ubica entre los 10 y 40 años, agregó.
Carlos Echarri destacó que una situación similar de estancamiento en el avance de la esperanza de vida se dio en 1910 con la Revolución Mexicana y la presencia de enfermedades como la influenza (gripe) española. Desde entonces no se registraba un fenómeno como el actual. Detalló, incluso, que mientras entre 1985 y 2007 se registró una disminución anual de 2.1 por ciento de las muertes por homicidios, al año siguiente (2008) el aumento fue de 60 por ciento. En los dos posteriores el incremento del indicador fue de 38.7 (2009) y 32.4 por ciento (2010).
Con base en estos datos, dijo, el futuro no se ve alentador para el país. La reducción de las muertes por causas de violencia –homicidios– es un asunto complejo, porque implica terminar con las disparidades sociales y sanitarias, las cuales están entre los factores socioeconómicos que explican la crisis de violencia que vive el país, señaló Echarri.