México, 30 de abril 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Así los quiere Televisa y toda la mafia que impuso a Peña Nieto: ignorantes, incapaces de desarrollar el pensamiento crítico, el sentido común y el criterio propio, porque esas son las características del esclavo perfecto. Un individuo que no piensa por sí mismo no es un ciudadano, es un ESCLAVO.
De acuerdo con cifras del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), citadas hoy por el diario La Jornada, de una población aproximada de 40.2 millones de niños, hay 6 millones entre 3 y 7 años que no van a la escuela. Esto implica que la mayoría deben estar siendo obligados a trabajar, sobre todo por su condición indígena. Y encima está maquillada la cifra, pues la contrarreforma educativa de Peña agudizó el problema de la discriminación al no atender ni remotamente este flagelo.
En general, la sociedad discrimina a los niños por su condición de edad. Casi toda la participación social de los infantes se reduce al ámbito familiar, donde además se coartan sus derechos y se les invisibiliza.
Pero cuando se trata de racismo, el mexicano con sus complejos históricos de inferioridad se pinta solo. Nada hay más imbécil en este mundo que un mexicano racista, por más lechosa que tenga la piel o los ojos de gargajo. Al nacer en este país, todos absolutamente somos mexicanos, de costa a costa y de frontera a frontera.
Sin embargo, entre el bombardeo mediático que hace apología de la desigualdad, el clasismo y el racismo bruto; la subcultura del mestizo –que mientras «más güero» es, se cree mejor que los demás– y la mentalidad criminal de la oligarquía que se siente dueña de este país, el mexicano sigue estancado en las mismas taras mentales de hace más de 500 años que no le permiten evolucionar como individuo y como nación.
Así lo reflejan las cifras del Conapred sobre la discriminación a los niños por su origen indígena. Los indígenas son descendientes directos de los VERDADEROS DUEÑOS DE ESTE PAÍS, pero con la llegada de los asesinos invasores españoles se incrustó la idea retrógrada a la inversa: los indígenas son ahora los «apestados» y los españoles o cualquier pelagatos que se les parezca, los «dueños».
En otro rubro, los discapacitados también son gravemente discriminados en este país. Televisa y su doble moral criminal ha servido justamente para exacerbar la hipocresía en el tema, reduciendo la participación de la sociedad en la inclusión de las personas discapacitadas a «donar» una vez al año, utilizar groseros eufemismos como «capacidades diferentes» y el resto del tiempo ignorarlos, invisibilizarlos y descartarlos lo más que se pueda de cualquier actividad social.
De los 6.6 millones de niños hablantes de una lengua indígena y que por ello son discriminados, 15.8 por ciento de 3 años y más no habla español, de ellos, el 61 por ciento son mujeres y 38.3 hombres. El porcentaje de niños con discapacidad en relación a la población infantil es de 1.6 por ciento, mientras que 6 de cada 100 habitantes de 5 años y más hablan alguna lengua indígena. Las que más hablantes tienen son náhuatl, maya y lenguas mixtecas.
En tanto, según datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (ENADIS) 2010, citados por La Jornada, más de siete personas de cada 10, creen que los derechos de las personas con discapacidad no se respetan o sólo se respetan en parte. De la población en México, 23.5 por ciento no estaría dispuesto, o sólo lo estaría en parte, a que en su casa vivieran personas con discapacidad.
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha señalado una y otra vez que la discriminación contra los niños discapacitados afecta aún más su salud y su aprendizaje, limita sus oportunidades de participar y los vuelve más vulnerables a la violencia, el maltrato y la explotación.
«La discriminación y la no discriminación pueden aprenderse en la escuela, de tal manera que el sistema de instituciones educativas puede ser una correa de transmisión para los valores instalados y predominantes acerca de las relaciones de desigualdad de trato o puede ser un recurso de crítica y modificación del imaginario colectivo de la discriminación», dice la UNICEF.
Por supuesto, a la contrarreforma educativa peñista que tenía como finalidad entregar la infraestructura escolar a la iniciativa privada, no le interesó atender esa importante labor de las instituciones educativas. Por el contrario, la intención es aplicar el modelo neoliberal que es el más discriminante de este planeta: paga si quieres educación, paga si quieres trato digno, paga si quieres comer… o MUÉRETE DE HAMBRE.
Con información de La Jornada