Fernando Inés Carmona
La Jornada
Orizaba, Ver.- La reforma laboral condenó al país a ser una de las principales naciones con empleos pocos calificados, con una tendencia creciente a la economía informal y al despido masivo de trabajadores; se calcula que al término del primer semestre del año, el subempleo en el país creció hasta en un 20 por ciento con respecto a 2013.
México, dice César Silva Reyes dirigente de la CROC en la zona de Orizaba, “se encamina a ser un país de empleos poco calificados, informales y de bajos salarios”.
Esto nos permite augurar que el próximo año tampoco habrá crecimiento, vamos a seguir con la economía colapsada, sin poder generar nuevos empleos y en todo caso, lo mejor que podemos hacer es que no haya una pérdida mayor en empleos como sucede no tan sólo en la región de Orizaba, sino en todo el país”.
Pero estas complicaciones, advierte, van a restringir el crecimiento económico, “y con ello no se va a poder exigirle más a la parte patronal. Vamos a tener serios problemas económicos y eso nos va a generar mayores problemas. Desde hoy debemos buscar condiciones de estabilidad”.
No obstante, reconoce que en el aspecto sindical, “tenemos la oportunidad de las revisiones salariales o de las condiciones generales de trabajo”.
En nuestro país “no se ha dejado de crear empleos, pero son trabajos eventuales y ese sector son los que tienen menos prestaciones y cuya temporalidad en el puesto no está definida y esto no le da certeza sobre sus ingresos”.
Los empleos que se generan “son insuficientes para poder atender la demanda que se tiene”. Frente al montaje, señala, “los trabajadores mexicanos nos damos por bien pagados con el hecho de que se detengan los recortes de personal. Con eso estaríamos ganando porque cuando un trabajador sale desempleado, no se trata de una sola persona sino que son cuatro los integrantes de una familia, mínimo, que se quedan sin una estabilidad económica y con ello se complica el escenario”.
Otro de los problemas del país, dice, son los ingresos que los trabajadores asalariados reciben. Hay un estancamiento de por lo menos 10 años, “la crisis global hipotecaria provocó miles de despidos y cierres de empresas, principalmente en el sector industrial y financiero. Hay muchas deudas de los trabajadores con el pago de sus viviendas que se complica con la escasez de trabajo”.
En el segundo semestre del año, considera, no se avizoran mejores condiciones que permitan augurar que haya una recomposición del empleo, “por el contrario. No hay dinero público y al no haber circulante se detiene toda la actividad comercial, caen las ventas, las industrias tienen problemas y las deudas se incrementen y de forma notable. Eso es lo que estamos viviendo en la actualidad”.
