Así como éste, son ya varios los casos de falsa «justicia estili PRI» que sólo abonan al insulto del «Saving Mexico» y sirven muy bien para engañar a una bola de imbéciles que se rasgan las vestiduras con el morboso festín mediático que les están dando a tragar, cuando todo mundo debía saber desde hace mucho las porquerías de esa anciana brutal, como sabía de la acendrada corrupción de Elba Esther. Que se pudra en la cárcel, sí, pero no olvidemos a sus cómplies Martha Sahagún, Vicente Fox, los «gobernadores» que la apoyaron y el montón de criminales que ahorita la están balconeando, los que hacen fraude y se roban la presidencia de la República para entregar al país. TODOS ESOS DEBERÍAN PUDRIRSE CON LA «MAMÁ ROSA» EN LA CÁRCEL y toca al pueblo ejecutar esa verdadera justicia.
Guadalupe Irízar
Reforma (Foto: Los niños de La Gran Familia y su directora, ‘Mamá Rosa’, participaron en un concierto en la apertura del Centro Cultural Fox en 2008 / Archivo Reforma)
Cd. de México (17 julio 2014).- Intelectuales y ex alumnos de Rosa María Verduzco, «Mamá Rosa», expresaron su indignación por el operativo de fuerzas federales en la casa hogar La Gran Familia, en Zamora, Michoacán, y la detención de su directora.
«Suciedad, abusos. Eso ¿merecía un operativo militar? Recogiendo huérfanos por 66 años Rosa ocupó el lugar social que dejó vacante el Estado», tuiteó el «historiador» [JA JA] Enrique Krauze.
«La casa no era el DIF ni el IMSS. Es una casa de huérfanos pobres y una escuela. Los padres que abandonaron a los hijos son los responsables», escribió.
Krauze pidió un juicio justo para Rosa Verduzco.
«A los críticos de Rosa les pido que ponderen con objetividad la información que vaya saliendo y exijan un juicio apegado a la ley», apuntó.
Sin embargo, en conferencia, el Procurador Jesús Murillo insistió en que los menores que habitaban en el albergue confirmaron la existencia de maltratos físicos, sometimiento en condiciones insalubres, amenazas y abusos sexuales.
En entrevista telefónica, el académico Jean Meyer aseguró que el de Verduzco era un proyecto social integral.
«Me preocupa la desproporción, el increíble despliegue de fuerzas, comprometiendo a instituciones del más alto nivel, y la propaganda a nivel internacional (..) similar al que usan para atrapar a un jefe Templario», indicó.
El historiador consideró que el operativo federal en las instalaciones de La Gran Familia y la detención de su fundadora «huele mal».
Es una mujer, dijo en entrevista, acreditada en la sociedad de Zamora, donde está convocada para hoy una manifestación para exigir su liberación.
«Huele mal ese despliegue, este principio huele muy mal. No tengo la menor idea (de qué puede estar atrás), pero eso implica al Estado federal, nuestro Gobierno central, al más alto nivel.
«No sé quién aconsejó al Procurador General, al Comisionado (Alfredo) Castillo en Michoacán, que es el verdadero poder; no sé quién aconsejó al flamante Gobernador interino, ex Rector de la Universidad, pero los aconsejaron muy mal», dijo el estudioso.
«La sociedad zamorana está cimbrada, sacudida, choqueada (por lo sucedido) con una señora como Rosa Verduzco que es una señora muy, muy valiente. Es una señora también atrabancada, porque lo que ha hecho nadie hubiera podido hacerlo. Necesitaría mucho tiempo para cantar las glorias de lo que ha hecho», apuntó.
Para Meyer se ha desvirtuado lo que es esta institución, pues no se trata de un albergue como se ha manejado en distintos medios incluso internacionales sino de un proyecto social integral, con gran arraigo en la zona.
«La Gran Familia es toda una institución en Zamora (…) En los 60 años que tiene trabajando esa señora, ha formado a más de 7 mil personas», apuntó.
Para la ex Primera Dama Marta Sahagún, «Mamá Rosa» es una mujer buena, generosa y «conocidísima» por la sociedad de Zamora.
En entrevista, aceptó que tiene una relación cercana con Verduzco, que la conoce desde su infancia y que la apoya desde el Centro Fox.
Preocupada por la salud de «Mamá Rosa», exigió un trato digno por parte de las autoridades federales.
«Me parece que es una injusticia brutal que se le trate como una delincuente. ‘Mamá Rosa’ es una mujer con dignidad, su obra es una obra con todos sus desaciertos, pero con muchísimos aciertos, donde la verdad tiene que ser puesta en su justa dimensión, que no es una delincuente, que un operativo de esta naturaleza es terrible, verdaderamente terrible porque va en contra de toda la dignidad de una mujer que con todos sus errores se ha dedicado a servir», reiteró.
«Lo que hizo fue vestirnos, ayudarnos a ser alguien «
[¿Que no por el hecho de existir ya eres ‘alguien’? Ah no, en el teatro guiñol del sistema si no tienes un carro (que luego no va a circular) y una pocilga en Polanco que tienes que pagar el resto de tu vida, no eres nadie, ¿verdad?]
Para algunos, «Mamá Rosa» era una heroína en Zamora, Michoacán, pero para otros una villana.
Quienes la defienden aseguran que Rosa María del Carmen Verduzco dio su vida por rescatar a menores en desamparo.
Comenzó en 1947 recogiendo a dos niños de la calle, a quienes llevó a su casa. Ante el rechazo de sus padres, ella abandonó el hogar y se fue a pedir morada para los menores hasta fundar la casa hogar La Gran Familia, narran sus allegados.
«Ella renunció a todo, a su juventud, a la fiesta, a todo, para dedicarse a sus niños», comenta Marcela Cornejo, amiga de Verduzco.
«Su oficio de toda la vida ha sido el de ser madre de cientos de niños».
Verduzco nació el 24 de agosto de 1934 en esta ciudad, en donde encontró arropo de políticos como el ex Presidente Vicente Fox y su esposa Marta Sahagún, originaria de Zamora, para seguir auspiciando el albergue.
En su página de Facebook, la casa hogar da una muestra de los lazos políticos que logró tejer esta mujer que ahora tiene 80 años.
Aparece en fotos con los Fox, así como con el ex Gobernador perredista Leonel Godoy y la actual Presidenta Municipal de Zamora, la panista Rosa Hilda Abascal.
«‘Mamá Rosa’ lo que hace es darnos estudio, calzarnos, vestirnos, darnos de comer, prepararnos para ser alguien», afirmó Mayté Verduzco, ex inquilina del albergue y quien adoptó los apellidos de «Mamá Rosa».
«La vida adentro no es como la platican, no es trata de blancas, no es como están diciendo».
Esta joven trabaja ahora como empleada de mostrador y niega haber sido víctima de abuso alguno durante los 11 años que estuvo en la casa hogar.
«Para mí ella es mi mamá», expresó.
‘Había negocio de todo porque se carecía de todo’
José escapó de La Gran Familia cuando tenía 16 años de edad.
«Era como una cárcel, todos estaban así como lo describen, un lugar sucio, los caños abiertos, los baños… un lugar así, mal», recordó.
Los casi tres años que pasó en ese albergue fueron como si hubiera estado preso, comentó el hoy ingeniero, casi 25 años después de haber sido internado en la casa a cargo de «Mamá Rosa», de la que escapó luego de tres intentos.
«Inmediatamente llegas, inmediatamente te roban todo, esto puede ser parte de lo normal. Llevaba mi maleta con mi ropa, llevaba poquito dinero, pero te quitan todo, hasta los zapatos. Cuando veía mi ropa puesta en otro, le decía que era mía, entonces me pegaban», relató en entrevista telefónica.
Aunque no era michoacano, por recomendación de una amiga de su familia, su madre decidió internarlo en la casa hogar debido a su mal comportamiento, sin saber que no podría verlo más.
En La Gran Familia, los internados padecían por el alimento, pues aunque siempre había comida, a veces llegaba un camión de aguacate o de cebolla o de cualquier hortaliza de obsequio, y tenían que comer lo mismo durante dos o hasta tres semanas.
«Obviamente cuando pasaba eso, se cotizaba la tortilla, se cotizaba la sal. Había como un mercado negro de eso, ahí, porque quién quería comer aguacate solo», dijo José.
En el mercado negro no sólo se comerciaban alimentos, también entre los mayores circulaban drogas como mariguana, pastillas o pegamento, relató
«Ahí había negocio de todo porque se carecía de todo: de comida, de vestido, de todas las cuestiones que podemos considerar normales básicas», dijo.
Según José, no había forma de salir porque los cuidadores los encerraban apenas empezaba la tarde y un hombre armado cuidaba la entrada.
Tras dos intentos fallidos, él logró escapar echándose a correr en uno de los viajes que hacían para recoger fruta en las montañas.
