MÉXICO SA: Los «brillantes» genios tecnocráticos del sector público presumen las migajas de las migajas

Carlos Fernández-Vega
La Jornada

Salvo el ministro del año” y sus genios tecnocráticos, todos dan crédito a las más recientes cifras sobre el comportamiento económico mexicano, divulgadas por instituciones nacionales y organismos foráneos, las cuales delinean una situación por demás precaria, aunque, finalmente, nada distinta a la registrada a lo largo de las últimas tres décadas, en cuyo balance destaca un “crecimiento” apenas superior a 2 por ciento, o si se prefiere tres veces menor al mínimo requerido.

Desde el año 2000 la economía mexicana no registra un avance de 6 por ciento anual más (6.64 ese año; otro garbanzo de a kilo se reportó en 1997, con 6.78 por ciento), pero aun así la economía creció 3.5 por ciento como promedio anual. El necesario para comenzar a salir del hoyo es 6 por ciento anual, siempre y cuando sea sostenido. Pero de eso ni quien se acuerde, porque a estas alturas es tal la precariedad que los brillantes genios tecnocráticos enraizados en el aparato económico-financiero del sector público presumen las migajas de las migajas.

En 2013, primer año del “nuevo gobierno” tricolor, la tasa de crecimiento económico fue de 1.06 por ciento (la redondearon a 1.1). Nada, pues, pero los genios tecnocráticos (con el “ministro del año” a la cabeza) desestiman ese resultado, porque “México está generando entusiasmo genuino de que puede ser una economía de alto crecimiento, no solamente en los próximos meses o en el próximo año, sino en las próximas décadas”, es decir, lo mismo que dijeron, prometieron e incumplieron sus diez antecesores en la oficina principal de la Secretaría de Hacienda (de Gustavo Petricioli, segundo titular de la cartera con Miguel de la Madrid, a José Antonio Meade Kuribreña, el último con Felipe Calderón).

En fin, mientras a golpe de discursos aseguran que encontrarán el tesoro perdido, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados reporta que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer los resultados de los componentes del sistema de indicadores cíclicos. “El indicador coincidente se situó en febrero, por séptima vez consecutiva, en fase de recesión al presentar un valor de 99.70 puntos y disminuir 0.04 puntos. Asimismo, el indicador adelantado se colocó en fase de recesión en los meses de febrero y marzo”.

Tal advertencia se complementa con los resultados de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado de abril de 2014, recabada por el Banco de México: “el crecimiento del producto interno bruto (PIB) se estima en 3.01 por ciento en 2014, proporción inferior en 0.08 puntos porcentuales al pronóstico del mes previo”.

Por otro lado, apunta el CEFP, el Inegi dio a conocer la Encuesta mensual de opinión empresarial de abril, en la que destaca que las expectativas de los empresarios del sector manufacturero mejoraron en el mes. Con cifras ajustadas estacionalmente, las expectativas aumentaron respecto a la producción en 1.43 puntos, el personal ocupado en 1.44 puntos, las exportaciones en 0.57 puntos, y la inversión en planta y equipo en 0.28 puntos. Además, el indicador de pedidos manufactureros tuvo un incremento mensual de 0.33 puntos, es decir, nada que presumir.

De la misma manera, el Inegi informó que en el segundo mes del año y con cifras desestacionalizadas la inversión fija bruta total creció mensualmente 1.36 por ciento, mientras un mes atrás cayó 0.40 por ciento. En contraste, de acuerdo con el reporte mensual de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, en abril la producción de vehículos se desaceleró, al crecer 3.88 por ciento anual. De esa forma, entre enero y abril de 2014 el sector automotriz ensambló un total de un millón 22 mil 762 unidades, para un incremento de 5.84 por ciento anual.
El índice de confianza del consumidor se mantuvo en terreno negativo en abril del presente año, al pasar de un decremento de 1.54 por ciento en abril de 2013 a una disminución de 5.71 por ciento en el mismo mes del presente año, lo que implicó su séptima caída consecutiva. Además, el valor de su índice aún se mantiene por debajo del observado en abril de 2007, respecto al cual presenta una caída acumulada de 15.08 por ciento. “Los consumidores aprecian que su situación económica es más favorable actualmente comparada con la de hace un año (0.02 por ciento) pero no esperan mejore para los próximos 12 meses (-3.93); asimismo, perciben que la situación económica del país está peor en comparación a la registrada hace un año (-8.2) y no anticipan que mejore a futuro (-11.07). Bajo este escenario, los miembros del hogar no contemplan la posibilidad de adquirir bienes de consumo duraderos (-4.98, e hiló su séptima disminución sucesiva), lo que podría incidir en la dinámica del consumo interno”.

Por su parte, para 2015 la OCDE redujo su estimación sobre el crecimiento económico del país. “El organismo refirió que el crecimiento de la economía mexicana será consecuencia del fortalecimiento de la demanda externa derivada de la recuperación de Estados Unidos, de los efectos de los estímulos fiscales y de la implementación de las principales reformas estructurales (energía, financiera y telecomunicaciones) aprobadas el año pasado, lo que debería impulsar la inversión, la productividad y el crecimiento potencial de México”.

Entre los principales riesgos que podrían propiciar un menor crecimiento económico de México se encuentran, de acuerdo con la OCDE, “la incertidumbre en torno al ritmo de la recuperación económica de Estados Unidos (que podría incidir sobre el sector manufacturero y limitar la dinámica de la recuperación económica nacional) y la preocupación sobre la magnitud del retiro de los estímulos monetarios en dicho país (lo cual podría desencadenar inestabilidad en el mercado financiero internacional, haciendo subir las tasas de interés a largo plazo)”.

Las rebanadas del pastel

A las malas noticias, buena cara. Los resultados son negativos, el balance aterrador y la realidad cada vez más cabrona, pero los tricolores aportan los chistes para que se relaje la clientela: “los priístas no tratamos de engañar a nadie”, cuenta el cómico Emilio Gamboa Patrón en referencia a la ignominiosa aprobación de las “pensiones vitalicias” (léase “haber de retiro”) para los magistrados electorales. El chistoretero, quien en sus ratos libres despacha como pastor de tres colores en el Senado de la República, asegura que “no actuamos de mala fe ni engañamos a las demás fuerzas políticas”. Y se quedó tan fresco.

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