- La decisión sobre la petrolera incidirá en el futuro energético y económico, advierte asesor
- «Diputados» deberán determinar si la petrolera será un competidor más o empresa dominante
- Más de una tercera parte de presupuesto público se financia con recursos petroleros, afirma
Israel Rodríguez
La Jornada
Hasta el momento, en la discusión del régimen fiscal y presupuestal de Petróleos Mexicanos (Pemex) no existe garantía de que su carga fiscal será aligerada, ni de que obtendrá la autonomía presupuestal para competir como una verdadera empresa productiva de Estado, consideró Carlos Huerta, asesor del consejero profesional independiente Fluvio Ruiz.
Por ello, estos serán los temas más relevantes en los debates entre diputados que se efectuarán en los próximos días. “En la Cámara de Diputados tendrán que decidir cómo quieren ver a Pemex a futuro: como un competidor más o como un competidor dominante con inversión privada complementaria”. Por eso insistió, “lo que decidirá la Cámara de Diputados incidirá notablemente en el futuro energético y económico de México”.
Ejemplificó: “Brasil hizo su reforma constitucional de apertura energética en 1995; a casi 20 años de esa decisión Brasil, a través de su operador dominante Petrobras, produce poco más de 92 por ciento de petróleo crudo; el restante 8 por ciento se lo reparten entre Shell, Statoil, Chevron, BP, OGX y otros.
En el caso de la petrolera noruega Statoil, a 40 años de permitir la participación privada en su sector energético mantiene el control de más dos terceras partes del petróleo crudo”.
Sin embargo, señaló que el régimen fiscal de Pemex es un dique para su desarrollo futuro.
Aunque en la propuesta del Ejecutivo se insistió en que una vez que la petrolera logre migrar sus yacimientos, pozos y activos de asignaciones a contratos habrá un aligeramiento fiscal, esto no sucederá, dijo, ya que las obligaciones que se mantienen para otorgar un dividendo estatal y el pago de 4.7 por ciento del PIB para cubrir el presupuesto federal no le permitirán a Pemex aligerar la expoliación fiscal para tener recursos para su desarrollo futuro.
El especialista recordó que el año pasado Pemex tuvo una ganancia o rendimiento antes de impuestos, derechos y aprovechamientos de 695 mil millones de pesos. Pero al aplicarle el régimen fiscal debió pagar impuestos por casi 865 mil millones de pesos, con lo que tuvo un rendimiento neto negativo de poco más de 170 mil millones de pesos.
En otras palabras, tuvo una carga fiscal sobre utilidades de casi 125 por ciento. Para cubrir este faltante fiscal y completar los recursos para inversión, Pemex tiene que recurrir constantemente al endeudamiento. Solamente en el primer trimestre de 2014 la petrolera contrató créditos bancarios y bursátiles por 30 mil 119 millones 114 mil pesos.
En entrevista, Carlos Huerta explicó que la alta dependencia del petróleo para financiar el gasto público le está haciendo daño a la economía mexicana. Más de una tercera parte del presupuesto público se financia con recursos del petróleo.
“Una disminución en los precios del crudo podría hacernos una mala jugada para el nuevo modelo energético y para la economía mexicana. Esto no es poco probable. y toma más sentido cuando los precios internacionales de los energéticos son variables exógenas que no determinamos internamente”, advirtió.
Destacó que en la propuesta del Ejecutivo, la Secretaría de Hacienda seguirá definiendo los proyectos productivos de Pemex, y el criterio no será la seguridad energética, sino los proyectos que sean más rentables en términos de la captura de renta petrolera.