Alma Gómez
La Jornada
Imagen de la séptima marcha en conmemoración del Día Internacional de la Lengua de Señas y Personas Sordas, en Guadalajara. Foto: Alma Gómez
21 de septiembre de 2014.-Ernesto es un joven de 23 años, un día le advirtieron que difícilmente podría estudiar la preparatoria y no llegaría a ser profesionista. Luis Ernesto Paz Murillo es sordo de nacimiento y es cierto,que Jalisco todavía no es una entidad incluyente para los cerca de 75 mil jaliscienses sordos.
Ernesto estudia el quinto semestre en la Preparatoria 7 de la Universidad de Guadalajara (UdeG), donde cuentan con intérpretes y atención personalizada para personas sordas, sin embargo, exige a las autoridades su derecho a desarrollarse profesionalmente y reconoce que las ofertas educativas incluyentes, son pocas.
A través de Rodolfo Torres, investigador de la Comunidad Sorda Mexicana, Ernesto expone que “fue fabuloso convivir con otros sordos” cuando ingreso a la preparatoria, pues es difícil depender casi al 100 por ciento de los oyentes. Pide a las autoridades capacitar al personal de policía y bomberos, para que puedan auxiliar personas sordas en caso de emergencias.
“Yo le pido a las autoridades que apoye la formación de intérpretes profesionales, a elementos de policías y bomberos para que puedan orientarnos en lo más básico, en caso de emergencias, incendios o temblores”.
Historias como la de Ernesto convergieron en la séptima marcha en conmemoración del Día Internacional de la Lengua de Señas y Personas Sordas, que en Jalisco se celebra desde 2008. En Guadalajara, cerca de 400 personas sordas y familiares de estas, marcharon por las principales calles de la ciudad para hacer conciencia sobre la comunidad sorda y sus derechos.
Este movimiento fue organizado por la asociación Deportiva Cultural y Recreativa Silente de Jalisco.
Rodolfo Torres, investigador de la Comunidad Sorda Mexicana y miembro de la asociación Silente, reconoce avances a favor de la comunidad sorda de Jalisco, como fue el reconocimiento de la Lengua de Señas Mexicana y la disposición de la UdeG para brindar educación incluyente a los jóvenes sordos, pero advierte que los espacios públicos requieren de una mayor presencia de intérpretes.
“Las personas sordas no son personas enfermas, su único inconveniente es que el mundo desconoce su idioma. Urgen intérpretes en escuelas, hospitales, en donde se toman decisiones jurídicas, en las prisiones, en los penales, todos estos lugares requieren de intérpretes”.