AMLO prometió que congelaría precios de gasolinas… pero su secretario de Hacienda ya salió con que «siempre no»

México, 6 de julio 2018 (NOTIGODÍNEZ).- Los colaboradores de Andrés Manuel López Obrador, virtual presidente electo de México, parecen no haberse enterado de las promesas de su jefe y, si lo hicieron, les tienen sin cuidado… o lo más probable, fueron simplemente puras tomadas de pelo.

Carlos Manuel Urzúa Macías, postulado por López Obrador como titular de la Secretaría de Hacienda (SCHP) en el nuevo gobierno, adelantó que no habrá cambios en las medidas espurias que implementó el régimen usurpador de Enrique Peña Nieto para determinar los precios de las gasolinas.

Esto contradice no sólo las promesas de campaña del tabasqueño, quien reiteradamente aseguró que congelaría y hasta bajaría los precios de las gasolinas, sino incluso las declaraciones del virtual presidente electo emitidas ayer mismo, refrendando que durante su mandato no habrá más «gasolinazos» -incrementos al precio del combustible.

En entrevista para el desinformador a sueldo de Televisa, Carlos Loret de Mola, Urzúa explicó que sí habrá gasolinazos anuales durante el régimen lópezobradorista, calculados exclusivamente en términos de la inflación.

“Nosotros creemos que no puede haber movimientos abruptos en el precio de la gasolina. Es decir, estamos pensando en incrementar cada año, por inflación, el precio. En términos reales no se va a incrementar, pero en términos nominales sí, por la inflación”, dijo citado por la Agencia Proceso (Apro).

Casi textualmente, el futuro secretario de Hacienda aclaró que los precios seguirán determinándose como lo hace actualmente el régimen usurpador de Peña Nieto, en función del mercado y variando el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios -ilegal e ilegítimo- que se aplica de manera oculta sobre los combustibles en el precio de venta.

Fueron muchas… cientos de ocasiones en que el tabasqueño prometió a voz en cuello que, por lo menos, congelaría los precios de las gasolinas al inicio de su gobierno. Una de esas ocasiones fue informada por El Economista y otros medios el 12 de abril pasado:

“De entrada, porque nos va a llevar dos años construir las dos nuevas refinerías, van a costarnos 8,000 millones de dólares, ya sabemos que vamos a contar con ese presupuesto, pero de entrada ya no va a aumentar ninguno de estos energéticos, se van a congelar estos precios, ya no van a haber estos aumentos, en términos reales de combustibles, ya no va a haber gasolinazos, para que estén ustedes tranquilos. Y una vez que tengamos las dos refinerías, entonces vamos a bajar el precio de los combustibles”, fue su promesa de aquel día.

Opinión:

Dos comentarios: el IEPS a las gasolinas es un ROBO DESCARADO a la población, punto. Constituye una doble tributación -impuesto sobre impuesto- al cobrarse de manera oculta en el precio de venta que, a su vez, se grava con Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 16 por ciento. Ese impuesto ilegal fue ensartado en la contrarreforma fiscal de 2013, tan espuria como la energética. Todas esas contrarreformas deberían ser derogadas sin discusión alguna a partir del primer minuto de la nueva legislatura. Provienen de un régimen usurpador ilegal e ilegítimo, por tanto no deben tener validez alguna en el nuevo gobierno.

Por otra parte, las inauditas declaraciones de Urzúa, contradiciendo y desmintiendo a su jefe López Obrador, simplemente dejan claro que el tabasqueño llegó a la Presidencia con la venia de los grandes intereses nacionales y extranjeros beneficiados con las malditas contrarreformas. Por tanto, ninguna de ellas será derogada -al menos no las más importantes- y las promesas de López Obrador fueron sólo «mentiras, qué lindas mentiras». Particularmente, la «reforma» energética garantiza, además del saqueo de nuestro petróleo, absoluta libertad a las empresas que ya rapiñan el mercado de las gasolinas para definir los precios a su real saber y entender. Ese privilegio no será tocado y Urzúa es muy claro en tal sentido: «seguiremos haciendo lo mismo que hace Peña actualmente». El punto de vandalizar la Constitución era precisamente que particulares nacionales y extranjeros pudieran enriquecerse a placer con nuestro petróleo y gasolinas. AMLO quería llegar a Los Pinos y ya lo consiguió… a cambio de no trastocar los ordenamientos de las grandes trasnacionales plasmados en las contrarreformas. Esto demuestra finalmente que las «reformas» y demás abusos del «gobierno» no tienen que ver en realidad con los partidos -PRI, AN, RD, etc.-, sino que son consignas provenientes de poderes económicos muy superiores al político, acatadas por éste.

¿Cuál debe ser la respuesta de la ciudadanía? El BOICOT PERMANENTE a las trasnacionales y empresas privadas que venden gasolina en sus propias estaciones. De preferencia, no utilizar combusible en ningún caso, pero si no fuera posible, adquirirlo sólo en franquicias de Petróleos Mexicanos (Pemex) y negarse a pagar los impuestos abusivos. LÓPEZ OBRADOR DEBE SER OBLIGADO A CUMPLIR SU PALABRA.

Con información de Proceso

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