México, 22 de mayo 2019 (NOTIGODÍNEZ).- El presidente Andrés Manuel López Obrador finalmente dio a conocer la carta que el genocida Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, exusurpador presidencial en el sexenio 2006-2012, le envió para rogar por la asignación de elementos del Ejército Mexicano a tareas exclusivas de seguridad privada para él y su familia, desde luego, con cargo al erario.
En la misiva, plagada de victimización personal y lisonjas al primer mandatario, el expanista argumenta que “su familia quedó vulnerable y desprotegida” luego de que el nuevo gobierno cancelara las pensiones vitalicias de los ex “presidentes”, así como los monstruosos aparatos de seguridad con decenas vehículos blindados y otros tantos elementos del hoy extinto Estado Mayor Presidencial, todo pagado por los mexicanos.
Para abrir boca, el genocida Calderón saluda al tabasqueño y le desea “el mayor de los éxitos en su gestión como Presidente de México”, actitud que contrasta con la feroz animadversión que el exusurpador derrocha en las redes sociales, donde día a día ataca a la administración lópezobradorista, celebra sus errores y vaticina lo peor para el país.
Enseguida, presume que al desempeñarse él mismo como primer mandatario –no dice que usurpó el cargo mediante un fraude electoral perfectamente demostrado– fue responsable de “cumplir y hacer cumplir la Constitución”, lo que implicó “procurar recuperar para las familias mexicanas la Seguridad [sic] vulnerada por la criminalidad”.
Erigiéndose en “defensor de los mexicanos” y “paladin de la lucha contra las organizaciones delincuenciales más peligrosas del mundo”, Calderón asegura que fue víctima de amenazas públicas y que incluso se enteró de un plan para atentar contra su vida y/o algún miembro de su familia.
Por ello, el sujeto argumenta cobardemente que la decisión de retirar toda protección a los cinco sujetos aún vivos que ostentaron el cargo de “presidentes”, ha dejado a su familia desprotegida y vulnerable a potenciales actos «retaliatorios» –palabra inexistente en el idioma español que el pretencioso individuo toma del vocablo inglés, retaliate (tomar represalias)– por parte de quienes, dice Calderón, “atentan contra la Seguridad [sic] de las familias mexicanas” y a quienes, vuelve a presumir, “combatió” durante su espuriato sangriento.
Más adelante, dice reconocer las motivaciones de López Obrador al cancelar los costosos aparatos de seguridad de los ex “presidentes”, pero insiste en que él “necesita esa protección” y vuelve a anteponer cobardemente a su familia, particularmente a su hijo mejor, como pretexto para implorar la reasignación de elementos del Ejército a su seguridad personal.
Pese a que es integrante del consejo de administración de la trasnacional AvantGrid, filial estadounidense de la española Iberdrola –a la que benefició durante su espuriato–, Calderón asegura que sus ingresos son “variables, inciertos” y, por tanto, insuficientes para pagar por su propia seguridad. También argumenta que no robó ni se enriqueció durante su régimen usurpador.
Sin embargo, recibió una inmerecida megapensión de 250 MIL PESOS MENSUALES prácticamente durante todo el sexenio pasado, hasta que decidió “donarla a una asociación civil” poco antes del pasado proceso electoral y a sabiendas de que López Obrador ganaría la Presidencia.
Derrochando hipocresía a más no poder, el genocida Calderón concluye su misiva pidiendo “de manera atenta y respetuosa” –lo que nunca hace cuando espeta sus delirios etílicos en las redes sociales– se restituya la protección de que gozaban él y su familia a costillas de los mexicanos, y finaliza «poniéndose a disposición» de López Obrador para lo que estime conveniente.
La carta está fechada el 11 de enero de 2018. Una versión digitalizada puede consultarse en este vínculo.
Opinión:
Verdaderamente insufrible, insoportable el nivel de hipocresía de este delincuente. Se robó la Presidencia y, para legitimarse a la fuerza, desató una cruenta guerra que a la fecha sigue cobrando víctimas por miles. Eso fue todo lo que hizo. Ahora llora desconsolado, se victimiza y se revuleca en su pedestre cobardía para no enfrentar las consecuencias de sus actos brutales. Inaceptable que López Obrador, a espaldas de los mexicanos, haya autorizado devolverle una inmerecida protección pagada por el pueblo. Inmerecida por el hecho de que fue un usurpador –DELINCUENTE–, pero también porque sí tiene recursos de sobra para contratar sus propios guardaespaldas, y si no los tuviera, no es problema del país. Que enfrente la situación como el resto de los mexicanos, que dé la cara y asuma la responsabilidad por el gran daño que hizo con su falsa guerra para aterrorizar e inmovilizar a la sociedad… o que huya como el miedoso cobarde que siempre ha sido. ¿Cuándo vamos a reaccionar para poner a este criminalazo en su lugar?
Mexico esta asi de inseguro por tu culpa pinche borracho cornudo te robaste la presidencia y te huachicoleaste 6 años al pais y muchos robos mas puedes pagar el dea,la mafia siciliana,la rusa la japonesadeja de chingar