ANÁLISIS DEL PROYECTO DE NACIÓN DE AMLO: Plagado de tintes neoliberales y riesgo de militarización

Análisis del Proyecto 2018 de Morena

Por Comandante Haza
(@Poesia_y_Versos)

Antes de comenzar veo necesario remarcar lo siguiente: Sin duda alguna, dentro de las propuestas partidarias, la del partido Morena es la mejor. Quiero dejar esto en claro antes de proseguir porque no es mi pretensión alentar a beneficios de la duda hacia los lineamientos de otros partidos. Los proyectos del PRI o el Frente de los débiles (PAN-PRD-MC) son, como bien dijo el político Gerardo Fernández Noroña, el suicidio colectivo.

La intención de este análisis es condensar la visión de transformación de Morena, expuesta en su Proyecto-Nación 2018-2024, y realizar una crítica constructiva a ciertas propuestas o, más bien, ciertos lineamientos de su proyecto presentado el 20 de noviembre 2017, el aniversario 107 de la Revolución Mexicana. Creo que la autocrítica nunca se debe perder y ayuda además a la evolución constante.

Es imprescindible enfocarse como principio en las potencialidades y consecuencias futuras de los lineamientos marcados del proyecto, separándose del discurso que los encamina pues puede haber discordancias entre lineamiento y discurso, los cuales son posibles que se vean confusos o que no se vean. No obstante, aunque los lineamientos son lo importante, también es necesario analizar el discurso y los huecos que pueda tener este para concluir al final las veracidades, discordancias u omisiones.

Como bien sabemos, en el discurso del partido se encuentra una seria preocupación por la situación actual y un interés por crear un cambio “incluyente” desde raíz para México.

Para esto, señalan, “200 especialistas de diversas áreas formando un equipo multidisciplinario y plural, a partir del libro “2018, la salida””, hicieron un análisis de la realidad y trabajaron por 10 meses para presentar el proyecto.

Veo como necesario marcar a dos personas con labores importantes en el proyecto y reputación no cuestionable sino pésima:

-Alfonso Romo Garza, acusado por Andrés Manuel López Obrador de corrupción, en el 2000, en la ilógica venta de la aseguradora ASEMEX por la inmoralidad del Foaproa y en el 2011, en un libro titulado “La mafia que se adueñó de México y el 2012”, de ser de los empresarios beneficiados por “la mafia del poder”, fue nombrado por el mismo Andrés Manuel López Obrador como coordinador general del Proyecto de Nación.

-Esteban Moctezuma Barragán, priista, traidor contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) cuando era “secretario de Gobernación” de Ernesto Zedillo, empleado de Ricardo Salinas Pliego (otro de los señalados como beneficiados de “la mafia del poder” en el libro anteriormente citado), encabezó la Comisión de Desarrollo Social del proyecto.

Dos hombres que deberían estar en la cárcel si viviésemos en un estado de derecho digno.

México “incluyente”/excluyente y “la mafia del poder”

Un proyecto representativo de diferentes corrientes e ideologías políticas tomando como base el régimen capitalista actual promete un lineamiento deforme dentro de la misma base. No sólo eso sino que -en el contexto de lo “incluyente”- esa desideologización propicia al embobamiento y la pérdida del sentido crítico en la población. Tales atentados contra la inteligencia benefician a la prevalencia del actual sistema depredador. A palabras de Emiliano Zapata, “La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía”.

La declaración de un proyecto “incluyente” alude a que actualmente, en el sistema capitalista de modelo neoliberal en que vivimos, existe una justa simbiosis entre seres humanos. Aquella justa simbiosis, se alude también, es quebrantada por una “mafia del poder”, es decir, un ente maléfico, ajeno al sistema, que perjudica, corrompe y crea el estado nocivo en que vivimos.

El discurso “incluyente” se escucha amoroso, toca los nervios y propone una falsa armonía reprobablemente de doble moral. El llamado a un gran frente con los integrantes de todas las clases sociales omite directamente la lucha de clases, propiciando a la inconsciencia e ignorancia en la población. El México “incluyente” que propone es inmediatamente excluyente de las clases bajas, las mismas que sufren los peores embates, imponderablemente mayores, del sistema capitalista en que vivimos.

Para ser más directo diré lo siguiente: Nunca en la historia ha habido libertad sin sometimiento. Libertad y sometimiento siempre han ido de la mano. Por ejemplo, si se somete a un Estado a permitir el voto de la mujer se genera libertad de elección para la mujer, si se somete a un imperio a no ser imperialista se genera libertad para los pueblos oprimidos, si se permite el esclavismo se genera la libertad de humanos para someter a otros a la esclavitud por el color de piel, credo u otras razones, si se permite la propiedad privada terrenal se genera libertad de humanos a privarse de tierras y sometimiento a otros a desertarla y/o no poder trabajarla.

Dentro de las libertades y sometimientos del sistema capitalista está la libertad de apropiarse de la riqueza producida por otros, generando así la libertad de ser del capitalista y el sometimiento al trabajador de ser explotado. Tal libertad y sometimiento, además hartas antisociales más del sistema capitalista actual, está siendo defendida. Por lo tanto, reitero, el proyecto “incluyente” es excluyente.

De esta manera no hay ni puede existir un México incluyente. El bienestar del ser humano en su totalidad, presente y futuro, debe estar en el centro de todo avance hacia las libertades y sometimientos que lo aseguren en sus derechos, como el derecho de no ser explotado, derecho a la vivienda digna, la educación laica, gratuita y de calidad, derecho a disfrutar la vida, al transporte, la alimentación, etcétera.

“La mafia del poder” es descrita como una enfermedad dentro de un organismo. Aquella enfermedad, persiste, se debe erradicar con honestidad. Esto presenta un discurso simplón, una solución aún más simplona y una evidente negación a la raíz del problema.

Dicho esto, por supuesto, no digo que no existe un círculo mafioso dentro de la esfera política, cuya perseverancia es la conservación del poder gubernamental en sus manos. Más bien, lo que a continuación diré es que “la mafia del poder” es una generación sistémica, un fruto, pudiera decirse, de un árbol.

La libertad para la explotación y la apropiación masiva de la riqueza, en los términos más simples y directos del capitalismo, es protegida por el Estado, que mantiene asimismo el uso legítimo de la fuerza y violencia dentro de reglamentaciones. Esto beneficia a un pequeñísimo porcentaje que, con el uso del poder conferido por la riqueza que han acumulado, busca crecer exponencialmente y sin fin. En la búsqueda del crecimiento corrompe al Estado aún más, legal o ilegalmente, para su beneficio. Naturalmente esta es una espiral antisocial que para seguir su causa necesita un Estado antisocial, manejado por antisociales que estén dispuestos a legalizar lo inmoral e incluso a romper el marco legal como en el uso de la violencia. Y hasta siendo un rubro ilegal como el narcotráfico, tal poder conferido por la riqueza acumulada es igualmente utilizada para corromper.

¿Cómo no podríamos estar en un mundo tan degenerado por el capitalismo si, acorde a datos Oxfam del 2012, el dinero que ganaron en 1 año los 100 multimillonarios más ricos del mundo sería suficiente para erradicar la pobreza mundial de un día para otro? Estamos hablando que hoy en día han acumulado aún más riqueza.

Es necesario ahora mencionar que esta no es una generalización de los políticos. Existen políticos anticapitalistas que buscan cambiar el sistema y existen políticos capitalistas de diferentes modelos que se rehúsan a la ilegalidad pero aún protegen el capitalismo. Además el corrompimiento ocurre a escala internacional, es decir, a Estados, sólo que se remarca uno en el contexto de explicar qué es lo que genera y generará las “mafias del poder”.

En cualquier sistema con poder concentrado siempre habrá corrupción a uno u otro nivel, dependiendo de la concentración y también el sistema político, económico y social que confiere. Un Estado con poca representación (no se confunda con un Estado directo) es uno más débil, con poder más concentrado y así más proclive a la corrupción. La reducción del Estado, bien vista por el hartazgo de la gente y generada por el desastre económico y el mismo lineamiento del modelo neoliberal del capitalismo, provoca esto.

Ahora es necesario situar al “Estado” mexicano en el contexto geopolítico. Como bien sabemos hablamos de un desgobierno títere a las imposiciones imperiales capitalistas de los EUA donde, se ha comprobado por documentos desclasificados, ha habido por lo menos 3 presidentes mexicanos trabajando para la CIA. Esto significa una tendencia aparte de antisocial, antipatriótica.

Por ende se puede decir que “la mafia del poder” es una generación natural del sistema capitalista en el Estado mexicano y no representa la raíz maligna mientras se permita la espiral antisocial y las libertades y sometimientos que contienen.

Decir que con honestidad se erradicará “la mafia del poder” mientras se protege al capitalismo es contradictorio porque va contra la naturaleza antisocial del sistema. Lo que provocaría es probablemente una disminución significativa de las ilegalidades pero también la mutación del político corrupto para encontrar la manera en las nuevas circunstancias. Vale mencionar que una de las 5 reglas que tenía Gustavo Díaz Ordaz (uno de los que trabajaba para la CIA) en el poder era: Si violan la ley pues viólenla, pero que yo no me entere. Para nada uno insinúa que será una regla de López Obrador pero sí es una insinuación de que será lo que harán los políticos corruptos. La honestidad no evitará por completo que a espaldas hagan sus corruptelas y, por más que se combata la corrupción, esta seguirá surgiendo acorde a la desigualdad que existe.

Aun imaginando un increíble hipotético donde la ilegalidad desaparezca, seguiríamos viviendo bajo un sistema antisocial que gesta actitudes antisociales. David Harvey lo expresó muy bien en su libro “17 contradicciones y el fin del capitalismo”: “El hecho de que el dinero permita que el poder social sea apropiado y exclusivamente utilizado por personas privadas sitúa al dinero en el centro de una amplia variedad de comportamientos humanos nocivos: el ansia y codicia de dinero y del poder que confiere se convierten inevitablemente en características centrales de la estructura política del capitalismo. De ahí todo tipo de comportamientos y creencias fetichistas. El deseo del dinero como forma de poder social lo convierte en un fin en sí mismo que distorsiona la relación entre oferta y demanda que se necesitaría simplemente para facilitar los intercambios, desmintiendo la supuesta racionalidad del mercado capitalista”.

Es entonces el sistema económico es el principal problema a afrontar. Siendo que es necesario repensar y redefinir el dinero por medio de un acuerdo global, eliminando, por ejemplo, el capital ficticio, se puede empezar cambiando la fórmula de “la producción es el objetivo del humano y la riqueza el objetivo de la producción” a “el objetivo de la producción es el humano”, aboliendo las clases, cambiando de una economía rival a una economía cooperativa, dando la riqueza nacional y los medios de producción a todos, inhibiendo la apropiación del poder social…, estableciendo un Estado soberano de poder disperso, siempre con vista a estar completamente esparcido, y así estableciendo un sistema que genere comportamientos humanos virtuosos, evolucionando continuamente por medio de una revolución permanente y tocando prosperidades humanas nunca antes vistas.

Seguridad

La militarización inconstitucional del país comenzó por 2 razones: 1) Por lineamiento de EUA, con bandera de «guerra contra el narcotráfico», como una guerra contra las masas para degradar el tejido social y suprimir movimientos sociales de las clases bajas y 2) para imponer la usurpación de Felipe Calderón. La «guerra contra el narcotráfico» ha sido denominada por analistas, políticos y ONG’s como una guerra de exterminio, que es por ende un genocidio. Una supuesta guerra donde, de hecho, ha aumentado tanto la presencia como la producción del narcotráfico acorde a datos de la DEA. El lineamiento bélico contra la población de un ejército obviamente no capacitado en materia de seguridad y para realizar funciones policiacas, ha generado un baño de sangre, violencia y sufrimiento que ha generado una miseria inmensa.

La falta de valor de Morena para proponer categóricamente acabar con la militarización inconstitucional del país es inmoral. Proponer como solución, en caso de que siga la militarización, una Ley de Estado de sitio, llamada eufemísticamente «Ley de Seguridad Interior» , es un una descomunal obscenidad que promete legitimar y perpetuar el estado de degradación que ha convertido a México en el segundo país más violento del mundo. Morena, como ya se ha visto recientemente, ha votado en contra, pero no es suficiente.

Constitucionalmente puede existir una Guardia Nacional. La Guardia Nacional nació como medida de defensa, conformando a la ciudadanía, en defensa de la nación ante la invasión de EUA. El objetivo, por esencia, aunque tiene un marco jurídico desfigurado con contradicciones, es la salvaguarda de la nación, ésta siendo temporal y ciudadana.

El hecho de que Morena quiera poner en efecto la Guardia Nacional pero llenarla con puro cuerpo castrense (Marina y Ejército) significa una vez más una medida de legitimación de la militarización del país.

Es entendible la propuesta de reforma al artículo 102 constitucional para facultar al presidente para designar un fiscal. Esta propuesta va con la dirección de asegurarse que sea un fiscal íntegro que respete el marco legal y rompa con las tendencias a la impunidad existente. Sin embargo, tal reforma puede ser un arma de doble filo. En caso de que en un futuro llegase un parásito, ésta le conferirá mayor poder para una impunidad más asegurada al poder designar un fiscal corrupto.

El plan de seguridad de Morena conlleva mayor importancia ya que la eficiencia de éste será el directo asegurador, en la búsqueda de evitar la corrupción, de los recursos necesarios para llevar a cabo el proyecto nación.

Lo que parece a uno sorprendente es que ponen como ejemplo la socialdemocracia de Suecia, donde el 20% de la población posee el 38% de la riqueza del país, como país en los primeros lugares de honestidad pero no existen propuestas en el proyecto de regulaciones socialdemócratas que reduzcan la desigualdad, siendo que, de acuerdo a datos Oxfam, 4 mexicanos poseen la misma riqueza que la mitad de la población mexicana.

La creación de un Bloque de Seguridad Nacional, el enfoque e impulso de la inteligencia en la procuración de la justicia, el aumento de sueldo para los policías, las regulaciones a los sectores fiscal y financiero, a las licitaciones y también en al sector privado, afirmando mayor transparencia, encaminan, en el contexto, al combate a la corrupción de buena manera. Es una visión de justicia por medio de la inteligencia y no la fuerza bruta: esto lamentablemente es una incierta contradicción al dejar la militarización como tema abierto y la propuesta de una Guardia Nacional con puro cuerpo castrense.

La revisión de las mal llamadas «Reformas Estructurales» puede representar un buen indicio para tumbarlas. La consulta a la ciudadanía para que decida si mantenerlas o cancelarlas es una decisión correcta siempre y cuando se concientice bien al respecto a la población porque el aparato de la clase alta neoliberal lanzará una férrea campaña para que tales degradaciones antisociales persistan.

Economía neoliberal

Hemos mencionado bastante en este medio que una característica del modelo neoliberal es que cuando se presenta una crisis provocada por su economía, las propuestas para enmendar los males es la profundización y aceleración del neoliberalismo como medicina. Consiguientemente habrá programas de austeridad por parte del Estado, junto con reducción de subsidios a la población (el pretexto perfecto para la siguiente privatización). Es un ciclo patológico y suicida.

En este caso Morena propone, aparte de la profundización del neoliberalismo, un programa de austeridad pero cree que combatiendo la corrupción encontrará lo suficiente no sólo para no reducir sino para aumentar los subsidios a la población. Es probable que suceda pero no será duradero ya que se traba en el ciclo suicida del modelo neoliberal, es decir, con la profundización del neoliberalismo vendrá mayor crisis y ya no habrá de dónde obtener para subsidios.

Desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) el 72% de la agricultura ha quebrado, el salario ha perdido el 75% de poder de compra, el país tiene menos de la mitad del promedio de crecimiento de un país en vías de desarrollo, buena parte de los productos nacionales han desaparecido, las pequeñas y medianas empresas fueron quebrando, las mineras saquean al país amedrentando y envenenando a las comunidades y naturaleza, las privatizaciones de los bienes públicos han generado un déficit en el presupuesto gubernamental, se convirtió en un país mucho más desigual que produce oleadas de migraciones, ahora al 41.8% de la población mexicana no les alcanza para comprar la canasta básica. Prácticamente México, en vías de desarrollo, al ponerse cara a cara en un tratado de «libre comercio» con dos países desarrollados, se convirtió en rematador de sus recursos naturales, de infraestructura y humanos. La población mexicana es víctima de un neo-colonialismo salvaje por el TLCAN, produciendo con salarios miserables productos para su exportación; un país manufacturero que incluso está en retroceso a causa de la competencia china.

El TLCAN es defendido por Morena en su proyecto de una manera sorprendente. Los apologetas aseguran que las consecuencias negativas del TLCAN no son causadas por el mismo sino por razones ajenas a éste. Niegan el desastre que ha sido el tratado y proponen continuar con las negociaciones para preservarlo.

No importa qué programa exista para la recuperación de la industria agrícola (manteniendo los «equilibrios macroeconómicos»), si bien podría desacelerar un poco su destrucción y estimular un poco el consumo interno, el Estado mexicano no puede competir directamente contra la masiva cantidad de subsidios que el gobierno estadounidense le da a la agricultura, que en el 2008 eran 20 veces mayores que México y en el 2014 se duplicaron con la llamada Farm Bill. El proyecto agrícola y la recuperación de la soberanía alimenticia están destinados al fracaso con la conservación del TLCAN.

En cuanto al sector minero, Morena sólo propone una reforma a la Ley Minera que reduzca el impacto socio ambiental negativo y se establezca mejor consulta a los pueblos originarios. En cuanto al saqueo masivo del subsuelo y el increíblemente ridículo pago de las transnacionales, Morena sólo propone una consolidación a la organización para que por lo menos paguen las migajas que tienen que pagar y no lo hacen.

Además de la lucha por mantener el TLCAN, el proyecto propone una integración mayor con EUA y Canadá para generar productos y servicios que compitan y reemplacen a los chinos, donde los 3 países aporten aquello en lo que son más competitivos. Para México es «mano de obra productiva de alta calidad a costo competitivo globalmente, bienes raíces a precios competitivos»: esto quiere decir que México pone salarios miserables y terrenos a precio de remate.

En un intento de «Política Exterior», que, detrás de ciertos puntos relevantes como el respeto a los migrantes centroamericanos, es más bien una declaración de profundización neoliberal, se propone, como dizque medida de soberanía ampliando los horizontes, la búsqueda de más tratados de «libre comercio» con países latinoamericanos y de otros continentes.

En su política industrial, Morena propone un enfoque en la manufactura lo cual se ve directamente asociado a su propuesta de aumento al salario mínimo. Haciendo al lado aquellas certificaciones (como poner una estrellita en la frente de un niño que se portó bien) que acrediten salarios justos sin más providencia que esa, el aumento del salario mínimo a $171 pesos diarios más inflación para el final del sexenio (2024) significa mano de obra barata para seguir atrayendo a la industria manufacturera. Hay que poner un comparativo: Hoy el salario mínimo en California (EUA) es de $10.50 dólares la hora ($199.60 pesos en relación al tipo de cambio de hoy) y en México $88.36 por 8 horas de trabajo, lo cual quiere decir que por 1 hora de trabajo en California se gana $111.24 pesos más que por 8 horas de trabajo en México; para el 2022 el salario mínimo en California será de $15 dólares la hora ($285.15 pesos) y para el 2024 en México sería $171 pesos por 8 horas, lo cual quiere decir que, para el 2024, por 1 hora de trabajo en California se podría ganar por lo menos $114.15 pesos más que por 8 horas de trabajo en México, si es que el salario mínimo en California no aumenta en 2 años. Es incorrecto e inmoral que un partido que se supone de izquierda no proponga reducir la desigualdad y sólo dejar la pobreza en la línea del mínimo para sobrevivir, si es que.

En cuanto al pago de impuestos, Morena propone un endurecimiento de controles para que se realicen sin ilegalidades, sin embargo, ni siquiera propone regulaciones para que los más ricos, que son los que pagan menos porcentajes de impuestos, paguen sus impuestos completos, no existan condonaciones para ellos y se limiten o eliminen las reducciones y elusiones de impuestos por caridad, tercerización u otros medios de canalización de dinero (así habría más que suficiente para avanzar en programas sociales). Decir que propongan porcentajes de impuestos en escala según ganancias, como en una socialdemocracia, para reducir la desigualdad significativamente, sería demasiado.

Morena propone tácticas neoliberales de capitalismo clientelar para atraer a transnacionales, maquiladoras regulares y maquiladoras del sector tecnológico en su mayoría, con «estímulos», «apoyos» e «incentivos», que se traducen en remate y desregulaciones. Asimismo propone «estimular» a empresas nacionales de mediana y pequeña escala para el desarrollo y consolidación de estas, aparte proponiendo créditos y subsidios. Una contradicción obvia, en el mar de contradicciones que presenta el proyecto, es el respeto, mantenimiento y estimulación de la macroeconomía, es decir, las grandes corporaciones nacionales y transnacionales monopólicas, poniéndose en competencia directa contra las pequeñas y medianas empresas que igualmente buscan estimular. No hay armonía en la rivalidad.

En cuanto a los proyectos público-privados de gran escala que proponen, estos son así: privados. Son proyectos donde el privado se beneficia de subsidio público para la construcción de un negocio pues la línea del privado es siempre lucrar y será siempre lucrar. Es una nociva forma neoliberal lógicamente contraria a los intereses del pueblo.

Para el financiamiento a la economía proponen impulsar y alentar el capital-dinero y el capital-ficticio, es decir, crédito (deuda) y apuestas en la bolsa de valores. Asimismo, en una propuesta completamente en contra de ideologías de izquierda, proponen el impulso de la bursatilización (bolsa de valores) y el mercado de hipotecas del INFONAVIT.

En el aspecto positivo, aparte de lo positivo que sería si se logran tumbar las desastrosas «Reformas Estructurales», la reparación, limpia de corrupción, reconstrucción y optimización de PEMEX traería importantísimos recursos para el presupuesto nacional.

Indígenas

En los lineamientos generales del proyecto, hay un discurso amoroso de ahora sí tener a un México con ellos, un México incluyente donde la consigna “No dejar a nadie atrás” tiene que dejar de ser vista como un mero formulismo adoptado por conveniencia diplomática, sino que deber aplicarse como una línea rectora en todos los planes».

No sorprende que en la visión tecnócrata del proyecto se ofrezca una solución de progreso sobre vida y con justo desconocimiento a las causas indígenas acorde: Conseguirles patrones.

En lugar de pensar en un proyecto turístico planificado de bajo impacto para proteger las raíces culturales y el bienestar de los indígenas, el proyecto público-privado del Tren Turístico Transpeninsular para desarrollar un corredor turístico de alto impacto atentará contra ellos.

En su mero dogma de fe, donde santifican al capitalista, en el proyecto ignoran los impactos negativos que habría en cuanto a privación y despojo de tierras, dejando al indígena sin acceso a ellas y viéndose obligado a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir (que será seguramente en puestos de baja sueldo), explotación, impacto ambiental, pérdida de raíces culturales, etcétera. Esta visión se traslada al antiguo pensamiento colonizador de llevar la «civilización» a lugares.

En referencia a la visión del sector rural campesino/indígena (3 páginas escuálidas) proponen, por supuesto, negocios, siembra sustentable y cuidado al ambiente.

En defensa de la educación

Definitivamente la mejor propuesta del proyecto es la educación universal y becas para jóvenes. Una propuesta excelente y con precisa consciencia de clases. La educación laica, gratuita y de calidad debe ser uno de los propósitos fundamentales de cualquier sistema humanista y el proyecto de Morena ofrece un brillante avance.

La precaria situación económica que sufre el país y el bajo nivel educativo en zonas carecientes son de los principales problemas que existen para poder entrar o terminar una profesión universitaria. Todos, es cierto, deben tener acceso a las universidades; restringir el acceso a la educación por medio de un examen de ingreso es ignorante, clasista e ilógico. La preparación universitaria mejoraría exponencialmente el conocimiento, la consciencia social y la cultura en la población.

Es risible la posición de varios intelectualoides y simpatizantes de derecha respecto a esta propuesta. Aterrados surgen ante el prospecto de perder sus privilegios porque aumentaría la competitividad por puestos laborales profesionales en un sistema de rivalidad que ellos mismos defienden. Patéticos.

Albergues, materiales escolares, bibliotecas, residencias estudiantiles e internados, escuelas, becas… es excelente. Asimismo su plan de erradicar el analfabetismo y fortalecer las materias sociales es importantísimo para despertar el criterio y la consciencia de clases. La desaparición de las materias sociales para la creación de tecnócratas inconscientes e indiferentes ha sido producto de las tácticas neoliberales que iniciaron con la Fundación Rockefeller.

En contra del «capital humano»

El «capital humano» es expresión sinceramente repugnante, utilizada usualmente por la derecha. El proyecto contiene varias veces el término y propone de manera importante producirlo (como si fuese mercancía).

Tal teoría fue primeramente expuesta por Adam Smith y después retomada por Gary Becker en la década de los 60, que fue cuando tomó auge, con el fin de fabricar una patraña apologista que tapa la explotación laboral, y al capitalista en este, y apunta a que el trabajador también es capitalista (de su ser). En ella se expone al humano como una máquina de producción que mientras más optimización, mayor valor como mercancía obtiene, y ese valor (como capital) puede ser vendido. Es una deshumanización impresionablemente vacua y ridícula. En realidad la empresa es puesta como un ser humano y el ser humano como una máquina o la empresa como consumidor y el ser humano como mercancía.

Primero que nada, si los seres humanos en verdad sostuvieran capital no necesitarían vender su fuerza de trabajo pues podrían vivir de los intereses de su mismo capital, como bien lo dijo Marx. Segundo, el trabajador, por ende, sólo puede realizarse trabajando para el capital, naturalmente en condiciones de explotación, y en la actualidad, aunque la especialización y productividad han aumentado, la proporción de los salarios ha disminuido. Significa entonces que no es el trabajador el que se beneficia de una mayor productividad sino el capital.

El desarrollo de especialidades, se ha comprobado, no es retribuido por su capacidad de producción sino por la ley de oferta y demanda, es decir, por la baja cantidad de especialistas y la demanda por ellos. Una sobrante cantidad de profesionales en una materia acorde a la demanda induce a una situación de remate, donde la empresa contratará al profesional que vea que ofrezca mayor eficiencia por la menor cantidad de sueldo posible. El capitalismo, siendo un sistema de rivalidad, propicia esta contradicción entre especialización y salario.

Aparte la tecnología y la automatización de procesos han reducido y seguirán reduciendo significativamente los puestos laborales. Sin una economía planificada para la interinidad de este lapso, que exponga, por ejemplo, la reducción de horas laborales sin alterar los sueldos, el panorama de una economía desorganizada proyecta un desastre; la imposibilidad del lineamiento del capitalismo de un crecimiento exponencial y acumulativo sin fin se encargará de esto. Por lo menos, por mientras, deben mejorarse substantivamente los salarios mínimos por profesión; los apologetas intentan asustar con inflación (que confirman que el capitalismo necesita de la explotación para vivir) ignorando que ya hay un máximo histórico por consecuencia de las políticas neoliberales y, en contexto del sistema, sin tomar en cuenta el crecimiento y ampliación del campo productivo por una derrama económica.

Salud

Educación y salud: los dos pilares del proyecto y dos avances monumentales para la prosperidad de la población. La universalización y el fortalecimiento del Sistema Público de Salud hablan por sí solos. Asimismo los enfoques de atención para pobres y excluidos presenta un consciencia de clases digna. Un nuevo modelo de atención es precisamente una de las necesidades principales que atender para mejorar la humanización en el trato a los pacientes, el impulso a la producción nacional de medicamentos incrementa la soberanía nacional en esta área y mejora los costos.

Conclusión

Uno puede interpretar el proyecto como un intento de conciliación de Morena con la élite neoliberal para intentar frenar el fraude electoral del 2018. Hay tantas opciones que existen para evitarlo que asombra que reduzcan por volición propia los caminos. Ya han aguantado tantos embates de la derecha, como el mega-fraude del Estado de México, y siguen sistemáticamente concediéndoles terreno para que «les hagan el favor» de no hacer fraude en las elecciones presidenciales del 2018.

Parece haber un olvido al hacerle revés al modelo neoliberal en el proyecto. Se propone eliminar las «Reformas Estructurales» pero no se propone la recuperación de la banca, telecomunicaciones, ferrocarriles, playas,… y un largo etcétera que han sido privatizadas gracias a las políticas antisociales del modelo neoliberal del sistema capitalista. Con la recuperación y optimización de los bienes del pueblo habría lo suficiente para desarrollar un masivo programa de bienestar para el pueblo.

En el proyecto, es preciso señalar, existe un lenguaje con deliberada omisión, con pequeñísimas excepciones, a señalar al capitalista (como capitalista o empresario o dueño o patrón) como parte fundamental del problema, lo cual hacen en pequeñas ocasiones y con eufemismos como «agentes económicos» y «participantes» al mencionar su actuación integral en la corrupción.

La élite neoliberal no tiene decencia alguna y es extremadamente antisocial; además, siendo que han tenido el poder por décadas, su petulancia es absoluta. No entrarán en negociación y buscarán que su dictadura sea a sangre y fuego, por eso el avance de la Ley de Estado de sitio donde se abolirán las garantías individuales. Apoyarán con todo su aparato bestial al político mejor posicionado que asegure el cruel avance neoliberal con toda la corruptela y el aparato asesino que viene con ello.

La democracia burguesa muestra como siempre su repugnante hipocresía que deja a las clases bajas en vista de votar por el que vea menos peor o mareado al pensar que el voto es la única vía del cambio (no lo es). Es necesario tumbar al sistema y replantearlo desde raíz.

Es hora de despertar y es preciso momento para mantener la autocrítica y dejar atrás aquellos falsos pragmatismos apologistas y contraproducentes.

Desde las bases del partido y la ciudadanía debe empujar y presionar a Morena, con dignidad y fuerza desde abajo, para que se corrijan y respeten las demandas del pueblo y se planee y actúe de manera consecuente para evitar el fraude y se prosiga con el ineludible avance, absolutamente digno, hacia la prosperidad.

Comandante Haza. México, 30 de noviembre 2017.
(@Poesia_y_Versos)

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