México, 5 de marzo 2016 (NOTIGODÍNEZ).- El abogado y académico Miguel Pulido, columnista del portal Aristegui Noticias, consideró atinadamente que las operaciones del crimen organizado en México y sus brutales consecuencias como la violencia y los homicidios, no serían posibles sin el financiamiento que proveen los amantes del dinero ajeno más ricos del mundo: los bancos.
En un artículo titulado “Delitos de cuello blanco. La impunidad baila entre millones”, publicado el pasado 1 de marzo en el portal noticioso de la periodista Carmen Aristegui Flores, Pulido plantea que el incremento en los delitos de alto impacto como asesinatos, secuestros, desapariciones o casos de tortura, comienza desde que los bancos otorgan el financiamiento a los diversos grupos del crimen organizado.
Tiene toda la razón y es evidente que la verdadera «guerra contra el narcotráfico» –que involucra varios negocios además de la producción y venta de droga– debería iniciar con el desmantelamiento de su red financiera. Pero esto no se lleva a cabo porque en realidad no interesa combatir a la delincuencia, ya que los primeros que tendrían que caer serían precisamente los bancos.
Pulido recordó que el pasado 10 de febrero, el banco británico HSBC volvió a ser demandado en Estados Unidos por lavar dinero sucio de los cárteles mexicanos. En la demanda se consigna que el banco es cómplice directo de los asesinatos ocurridos en México, bajo fuego de los grupos criminales a los que financia.
En tal sentido, no es la primera vez que HSBC es demandado por sus nexos con la delincuencia organizada. Desde 2012 ha enfrentado procesos en Estados Unidos por facilitar el envío y lavado de dinero sangriento enviado desde México al vecino país del norte. Aquel año fue «multado» con 1.9 billones de dólares tras declararse culpable. Nótese la burla de «justicia»: le bastó pasar una tajada a las «autoridades» de lo mucho que ganó lavando dinero sangriento, y listo, caso cerrado. ¡A seguir delinquiendo!
Las demandas y «multas» alcanzaron también a «prestigiados» bancos estadounidenses como Wachovia, del gigante Wells Fargo, que pagó 112 millones de dólares decomisados y una multa de 50 millones, tras haber admitido su culpabilidad en el lavado de dinero proveniente de grupos mexicanos del narco.
¿Esto es nuevo? No. La simbiosis narco-bancos data de hace mucho tiempo. Pulido ejemplificó uno de los primeros procesos escandalosos, ventilado en 1999, cuando 26 banqueros y 3 bancos se declararon culpables de operaciones fraudulentas y lavado dinero. En uno de ellos, por cierto, una alta ejecutiva del criminal Citibank –hoy dueño de Banamex– confesó haber diseñado un esquema para lavar 100 millones de dólares de procedencia ilícita, para la familia del exusurpador Carlos Salinas de Gortari.
Si bien la «justicia» en Estados Unidos es pura simulación y se limita sólo a cobrarles («multar») a los bancos por delinquir, en México los casos ni se investigan y menos se «castigan» aunque sea con multas. Banqueros y narcotraficantes son prácticamente la misma cosa, operan a placer en la más completa impunidad y las «autoridades» forman parte de su nómina, en una espiral de complicidad y corrupción que penetra hasta lo más profundo del sistema político-institucional mexicano.
Con información de Aristegui Noticias