Fernando Inés Carmona
La Jornada
Orizaba, Ver.- Graciano Illescas Téllez, presidente del Consejo Intermunicipal de Ambientalistas (CIMA) no duda en señalar que “los efectos del cambio climático ya son contundentes”, lo que ya produjo afectaciones en la economía: “tenemos reducción en la producción del campo y en la pesca”, lo que puede provocar una severa escasez de alimentos en un tiempo mediato. De seguir así, en menos de 35 años la calidad de vida se reducirá drásticamente”.
El cambio climático es más que un hecho: “tenemos un aumento en el efecto de los gases invernaderos; el hielo del ártico, tanto en capas como en superficie, se redujo en 10 y 15 por ciento”, ello ocasiona que el nivel del mar haya aumentado dos milímetros anuales y, por consiguiente, que el mar haya crecido entre 10 y 15 centímetros, “que son muchísimo”.
En el estado tenemos el caso del Pico de Orizaba, la reducción de nieve en el volcán, ahora apenas dura un lapso no mayor a seis meses cuando antes era de hasta 10; además señala que para que se recuperen los glaciares perdidos, se requiere de por lo menos un siglo para que se normalice la producción de hielo. En el mar también hay efectos. “Los corales, que normalmente son de colores encendidos, hoy se están blanqueando. Eso es un rasgo de los cambios de clima. Hay migraciones de insectos, peces, aves y mamíferos, que ahora son más largas. Las especies buscan las condiciones climáticas más favorables para reproducirse, pero ahora el espectro es más amplio, lo que nos quiere decir que hay condiciones más extensas de calor”.
En el clima “tenemos efectos como el fenómeno del niño, que es cada vez más recurrente. En los últimos 30 años este fenómeno ha aparecido muchas veces más que en los pasados cien años”. En muchas ocasiones, esto causa impactos, hay más barrancadas; mayor presencia de incendios forestales; amplios periodos de sequía o lluvia en lugares en donde no es común.
Además, hay impactos en los ciclos agrícolas. “La producción de alimentos en el campo también tiene afectaciones y reducciones, hay un descenso importante en el campo y lo mismo sucede en la producción del mar. La pesca y el campo redujeron sensiblemente su producción y eso merma la cantidad de alimentos con los que se cuentan. Esto genera impactos en la economía, pero también en los ecosistemas, porque estarán cada vez más deteriorados y no vemos que esto es lo que sustenta toda nuestra vida, desde la alimentación hasta el calzado y vestido”.
En la medida que vayamos perdiendo todo esto, “habrá mayores afectaciones a la economía, vamos a perder la poca calidad de vida que tenemos. Estamos al borde de un colapso muy grande, siempre he dicho que no hay forma de evitar la extinción de la vida humana”.
El plazo es mediato, “ya estamos en esos tiempos, porque lo vemos todos los días en el mundo. Los cambios climáticos cada vez son más graves”.
Ello se puede acelerar, “sobre todo porque cinco de los países con mayor generación de humos contaminantes, Estados Unidos, India, Japón, China y se niegan a cumplir al cien por ciento el protocolo de Kioto, en el que se comprometen a reducir los contaminantes. Los compromisos no se han cumplido”.
Si no hay soluciones inmediatas, hacia 2050 “vamos a padecer problemas muy severos que incluso pueden provocar la extinción de la vida en el planeta”.