Juan Carlos Cruz Vargas
Proceso
MÉXICO, DF, (apro).- La inestabilidad social provocada por el caso Ayotzinapa, así como la inseguridad prevaleciente en el estado de Guerrero, golpearán las finanzas públicas de la sureña entidad, alertó la calificadora Fitch Ratings.
Al ratificar la calificación crediticia de esa entidad en “A-(mex)” con perspectiva “estable”, la compañía con sede en Nueva York, acotó que “la calificación continúa limitada por la dependencia elevada de ingresos federales, la cual se refleja en una razón de ingresos propios entre totales por debajo de la mediana del grupo de estados calificados por Fitch. Esto a su vez deriva de una base económica débil”.
Fitch señaló que existen otras limitantes sobre la calificación, entre ellas la presión constante que ejerce la seguridad pública sobre el gasto operacional, gasto corriente y transferencias no etiquetadas, lo que restringe la flexibilidad financiera estatal.
A ello se suma, advirtió la calificadora, las contingencias posibles en el mediano y largo plazos derivadas del pago no fondeado del pasivo pensional.
Por si algo faltara, también debe considerarse la inestabilidad política y social que vive actualmente la entidad luego del cambio de la administración estatal.
“Por otra parte, el hecho de que continúen las manifestaciones violentas y bloqueos de vías de comunicación, mermarían la economía estatal, dependiente de la actividad turística. Esto a su vez impactaría directamente en la recaudación”.
Por último, “el gasto operacional podría verse presionado en 2015 por el proceso electoral que se celebrará en todos los niveles de gobierno y por el cambio de administración”.
El estado de Guerrero se localiza en el sureste del país y se conforma por 81 municipios. La población estatal sumó 3.4 millones de habitantes en 2010, de acuerdo con el Inegi.
La actividad económica preponderante es el turismo, pues su producto principal es el llamado Triángulo del Sol (Acapulco, Ixtapa Zihuatanejo y Taxco).
“Por ello, el impacto de las manifestaciones violentas acontecidas en el estado y que han generado una percepción de inseguridad en los turistas, perjudicaría considerablemente la economía estatal y la recaudación local”, alertó Fitch Ratings.
La agencia precisó que la calificación crediticia del estado de Guerrero se fundamenta, principalmente, en una política “prudente y consistente” en la contratación de deuda bancaria de largo plazo, así como en una generación adecuada de ahorro interno, a pesar de que desde 2012 ésta se redujo.
Además, en el período de 2009 a 2013, Guerrero mantiene un dinamismo positivo en sus ingresos propios, particularmente en los impuestos.
Aunado a lo anterior, a partir de 2013 la entidad federativa ha mejorado significativamente su posición de liquidez, resultado de una disminución considerable de su nivel de pasivo circulante y de un balance primario superavitario.
En 2013 los ingresos del estado continuaron al alza (8.4%) y ascendieron a 13 mil 44 millones de pesos, lo que fue impulsado por el comportamiento positivo de los recursos federales disponibles y por el fortalecimiento sostenido de la recaudación local, particularmente de los impuestos y los derechos.
Sin embargo, la agencia calificadora señaló que Guerrero incrementó su gasto operativo en 11.2%, como consecuencia de los recursos destinados a la seguridad pública y del proceso de reconstrucción por los daños ocasionados por la tormenta Manuel.
En cuestión de deuda, Guerrero registra un saldo de deuda directa de 2 mil 503.5 millones al 30 de noviembre pasado.
Fitch recomendó que “el estado mantenga un control adecuado del gasto operativo, a fin de que pueda sostener finanzas equilibradas en un entorno de incertidumbre para el desempeño de los ingresos tanto propios como federales”.