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París. El de Iguala es un caso que refleja «la situación generalizada de violación de los derechos humanos» en México, donde hay al menos 26 mil desaparecidos, denunció el miércoles en París Silvia Méndez Hernández, del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, situado en Ciudad Juárez.
Méndez realiza una gira internacional de información y denuncia sobre la situación en su país con el apoyo de las organizaciones Amnistía Internacional, Brigada de Paz Internacional y ACAT (Acción de Cristianos por la Abolición de la Tortura).
En México «hay una situación generalizada de violación de los derechos humanos. Iguala es un caso que lamentablemente representa la descomposición política del país, la corrupción que impregna todos los niveles de gobierno y el deterioro en materia de derechos humanos», sostuvo Silvia Méndez en una rueda de prensa en París.
«Nosotros pedimos que se investigue, que se informe, que las víctimas tengan derecho a la verdad, no sólo sobre los 43 jóvenes de Iguala sino sobre las 26 mil personas que están desparecidas en México», dijo Méndez cuya organización se dedica a ayudar a las víctimas de torturas y desapariciones forzosas La desaparición el 26 de septiembre de 43 estudiantes de magisterio en Iguala, en el estado de Guerrero, conmocionó al país y provocó una crisis de credibilidad en el gobierno.
El impacto de este caso, que desató manifestaciones de protesta en todo México, se debe a que «fue evidente la actuación del gobierno en relación a una manifestación política» y que hubo «colisión real entre carteles y organizaciones policiales».
«El Estado había querido demostrar, evadiendo su responsabilidad, que las personas desaparecen porque son los cárteles (del narcotráfico) los que las hacen desaparecer», cuando nosotros, en los estados del norte, «ya teníamos evidencias de que el mismo Estado había hecho desaparecer personas».
Pero esta vez «la reacción de la sociedad civil ha sido impresionante, y las manifestaciones continúan dos meses después. Ha habido manifestaciones en 30 estados, masivas y pacíficas». «Es una movilización sin precedentes, que crea esperanzas», dijo.
– En Juárez, «los feminicidios continúan» – Juárez, ciudad fronteriza con Estados Unidos de la que se habló en el mundo desde los años 1990 a raíz de los asesinatos y desapariciones de mujeres, fue la primera que «tuvo el escenario de una ofensiva del gobierno federal» contra el narcotráfico y «la violencia que vivió desde 2008 a 2012 llevó a calificarla como la ciudad más violenta del mundo». Había entonces unas 300 ejecuciones mensuales, además de ultrajes y torturas, explicó Silvia Méndez.
Sostuvo que esa ofensiva tenía por «objetivo generar miedo en la población y crear parálisis social». Los ciudadanos nos encontramos en «un escenario de guerra». El ejército se comportó como en Iguala, «se hizo presente, acordonó, observó, pero nunca participó, quedando a escasos metros de los enfrentamientos de carteles».
Afirmando que su organización censó 126 casos de tortura entre septiembre de 2012 y octubre de 2014, Silvia Méndez denunció la «práctica sistemática de la tortura» en México y la «impunidad judicial que prevalece» para sus autores.
«Nuestro objetivo es lograr que la tortura, crimen de lesa humanidad, sea erradicada y que los torturadores sean juzgados y condenados», recalcó.
Citó también el caso de cinco personas acusadas sin motivos de ser autores de un atentado y que estuvieron casi tres años y medio encarcelados, hasta que finalmente se demostró su inocencia y fueron liberados.
«La única prueba que había contra ellos era la confesión bajo tortura»», dijo, denunciando que en México se acepten como pruebas las confesiones arrancadas en tortura.
Al preguntarle sobre las desapariciones y asesinatos de mujeres. afirmó que los «feminicidios continúan», dando datos de las organizaciones humanitarias que se ocupan de ese fenómeno.
«De 1993 a 2003 se registraron los asesinatos de 400 mujeres. Creíamos que el problema había terminado, pero volvió a repuntar en 2013. Las estadísticas marcan que en 2013 se cometieron 300 asesinatos contra mujeres», dijo.
Hoy se habla menos de ellos. «Creo que la violencia generalizada ha dejado en segundo plano esos actos. Pero son lacerantes y siguen presentes en nuestra sociedad», concluyó.