Norma Trujillo Báez
La Jornada
A pesar que los últimos datos sobre el trabajo infantil señalan que hay una disminución de menores trabajadores, esto no es porque las políticas públicas estén funcionando sino por el contrario, con las reformas económicas, en un futuro cercano, los adolescentes estarán insertándose al trabajo informal y fuera de las aulas, señaló el coordinador del Programa de Acción contra el Trabajo Infantil de la asociación civil Desarrollo Autogestionario (AUGE), Eduardo Cervantes Magaña.
En entrevista, dijo que la falta de empleo y de posibilidades para el sostenimiento digno de la familia aumentarán y ante las reformas que se han aprobado, habrá una repercusión en los adolescentes pues los encontraremos en el mercado informal, fuera de las aulas y con posibilidades de haber tenido que cancelar proyectos de vida basados en una formación profesional.
“Ya se empieza a ver esta situación en las esquinas, en los semáforos a personas con un perfil de clase media baja, que anteriormente tenían un empleo pero por las disposiciones fiscales y económicas, están pegando directamente en la economía de las familias y ante ello la opción es reducir los gastos y tomar medidas emergentes para mejorar el ingreso y hay que buscarle de donde se pueda”, dijo.
Cervantes Magaña consideró que la presión de pobreza puede orillar a que muchas familias que no tenían situación de trabajo infantil entren a este umbral de insostenibilidad económica y entonces se tenga que recurrir al trabajo de los menores.
De ahí que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha dicho que los programas del gobierno deben considerar la necesidad de los apoyos a la alimentación, a la salud el acceso a la educación, de tal manera que la situación se debe manejar de otra forma, antes de que se decida que los niños tienen que salirse de la escuela para meterse a trabajar.
Como AUGE, dio a conocer que se ha gestionado programas y se ha logrado atender a población en riesgo de los municipios de Tihuatlan y Xico, “se pudieron dar 4 mil acciones de población infantil en riesgo, más de 950 niños y niñas que estaban en categoría de prevención, no estaban en trabajo infantil, pero su condición familiar y escolar los ponía en alto riesgo, ellos pudieron recibir algún tipo de acompañamiento por parte de la organización para que ese riesgo pudiera reducirse y se aseguró su situación escolar, cinco de cada 10 adolescentes que están en edad de trabajar tuvieron seguimiento y apoyo para gestionar programas que les ayudaran a aminorar el riesgo o accidentes laborales”.