Juan Carlos Miranda
La Jornada
La caída del peso, el alza a las tasas en Estados Unidos y las constantes protestas sociales colocan a la economía mexicana en condiciones similares a las que provocaron la crisis de 1994, advirtió el economista en jefe para México de Bank of America, Carlos Capistrán, quien dijo, sin embargo, que esta vez el país está bien preparado.
En una opinión retomada en el reporte semanal del vocero de la Secretaría de Hacienda, el especialista señaló que México cuenta con “una armadura” para protegerse contra la volatilidad internacional, pues en la actualidad el tipo de cambio obedece de forma libre a las condiciones del mercado, las reservas internacionales son cercanas a 200 mil millones de dólares, hay una línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y una deuda “relativamente pequeña”.
Recordó que en 1994 el peso operaba en una banda de flotación, las reservas internacionales eran muy bajas y la mayor parte de la deuda del país estaba en dólares, y con la devaluación ésta aumentó de forma importante.
Además, señaló que el traspaso de los movimientos cambiarios a la inflación era muy alto. Agregó que en 1994 el alza en las tasas de interés en Estados Unidos fue importante, mientras en la actualidad se espera que la Reserva Federal comience un ciclo de incrementos suaves.
Repunte de algunos países
En el mismo reporte de la Secretaría de Hacienda, el economista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, y el jefe del equipo de investigación de materias primas del organismo, Rabah Arezki, dijeron que el aumento del precio internacional del petróleo ayudará al repunte de economía global.
Ambos economistas expresaron que el precio del crudo “no refleja el estado de la economía en 2015”. Al contrario, estimaron que podría ayudar a un crecimiento del producto interno bruto (PIB) mundial de entre 0.3 y 0.7 puntos porcentuales.
Sostuvieron que la caída en los precios del crudo permitirá a muchos países mejorar sus economías, aunque admitieron que no hay dos naciones que vayan a experimentar de la misma manera la caída del costo del petróleo.
En el caso de los países importadores, sostuvieron, ya sean economías avanzadas o mercados emergentes, se beneficiarán con un mayor ingreso de los hogares, menores costos de los insumos y una mejor posición externa.