José Antonio Román
La Jornada
México, DF. Diversas organizaciones civiles y de derechos humanos, incluido Amnistía Internacional (AI), señalaron que en México la violencia contra las mujeres y niñas es general, y que los maltratos y transgresiones a sus derechos van desde los psicológicos, físicos, económicos y sexuales, hasta su manifestación más extrema, que es el feminicidio.
Denunciaron que con frecuencia los casos de feminicidio no se investigan como tales y no son atendidos por la justicia de manera adecuada, generando un patrón de impunidad. Aunado a ello, la respuesta de las autoridades ante la incidencia de estos crímenes se ha caracterizado por la minimización e invisibilización de los hechos y la falta de reconocimiento de las causas de género que subyacen detrás de los mismos.
En el marco de la conmemoración del Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres, lamentaron que de acuerdo a datos oficiales más recientes, 63 de cada cien mujeres de 15 años y más han padecido algún incidente de violencia, ya sea en el ámbito público o privado.
Además, advirtieron que “muy poco o nada” han servido las Alertad de Violencia de Género emitidas por entidades como el Estado de México y Morelos, pues no se aplican las medidas que debieran implementarse como son las de la prevención, vigilancia y seguridad para este tipo de casos.
Tampoco se gestionan la localización de niños y mujeres desaparecidas, así como protocolos de acción y reacción policial, y menos aún la integración de un banco de datos de violencia contra la mujer para la correcta generación de políticas públicas en esta materia.
Aunque reconocieron los esfuerzos y logros alcanzados en las últimas décadas en materia legislativa para evitar y erradicar este tipo de violencia que afecta a millones de mujeres y niñas en el país, las organizaciones señalaron que los retos siguen siendo numerosos.
“Es urgente alzar la voz contra las distintas formas de violencia que día a día enfrentan mujeres, jóvenes y niñas en el ámbito laboral, escolar, comunitario o en el espacio familiar, y particularmente en su expresión más extrema, el feminicidio. Esperar a que se cometan más feminicidios en el país es inaceptable. Es momento de acabar con las excusas, dejar de enmascarar el problema y reconocer que resolverlo y prevenirlo es una obligación del estado”, señala el posicionamiento expresado por Amnistía Internacional.
En tanto, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, dijo que toda violencia es condenable, pero la que se ejerce contra la mujer debe ser erradicada en definitiva. Se trata –agregó- de una forma “grave” de discriminación, basada en el género e implica la violación de múltiples derechos humanos.
Al participar en la ceremonia inaugural del Seminario Internacional “Los Derechos Humanos: de los Objetivos de Desarrollo del Milenio a los Objetivos de Desarrollo Sostenible“, realizado en Guanajuato, el ombudsman aseguró que este tipo de agresión se configura como una clara manifestación de desigualdad, que traspasa las fronteras, afectando a las mujeres de todo el mundo.
En este nuevo milenio –enfatizó— no podemos entender el desarrollo sostenible ni la democracia en nuestro mundo, sin la plena participación de las mujeres. Por ello, la erradicación de nuestra violencia y el respeto irrestricto a sus derechos humanos constituyen una agenda global y un desafío para cada país.