México, 11 de mayo 2020 (NOTIGODÍNEZ).- El decreto presidencial por el que se ordena al Ejército Mexicano y la Marina volver a intervenir en labores de seguridad pública, firmado hoy por Andrés Manuel López Obrador y publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), forma parte de las disposiciones legales ya aprobadas con anterioridad para la integración de la Guardia Nacional (GN).
Por la mañana, medios informaron sobre la publicación del “Acuerdo por el que se dispone de la Fuerza Armada permanente para llevar a cabo tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria”, que además reconoce la falta de capacidad técnica e implantación territorial de la GN para cumplir, al menos por el momento, con las funciones para las que fue creada.
Aunque se manejó la versión de que el tabasqueño estaba devolviendo el control total de la seguridad del país a las fuerzas armadas –estrategia que ha probado su rotundo fracaso en 12 años de sangrientos espuriatos–, el decreto emitido en realidad forma parte de las disposiciones previamente aprobadas en la reforma constitucional para la creación de la GN, publicada en el DOF el 26 de marzo del año pasado.
En efecto, el artículo quinto transitorio de la mencionada reforma establece claramente que:
Durante los cinco años siguientes a la entrada en vigor del presente Decreto, en tanto la Guardia Nacional desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial, el Presidente de la República podrá disponer de la Fuerza Armada permanente en tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria.
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Asimismo, se advierte que la labor auxiliar de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública no debe exceder un plazo máximo de cinco años, que concluirán el 27 de marzo de 2024, siete meses antes de que concluya el régimen de López Obrador. Pasado ese periodo, la GN será la única corporación que acompañe a las policías estatales y municipales en labores de seguridad pública, y ningún presidente podrá volver a disponer del Ejércio y la Marina para tales efectos.
Opinión:
El matiz sobre el origen “constitucional” de este decreto no cambia absolutamente nada de nuestras consideraciones iniciales al respecto. Se trata de una militarización pura y dura, no hay más que decir. Es la misma estrategia fallida –o exitosa, según el enfoque– de los regímenes usurpadores anteriores dirigida, no a proteger a los mexicanos, sino a preservar un estado terrorista que inhiba y erradique la reacción social. Y se engaña a sí mismo quien piense que esta maniobra de AMLO con su “Guardia Nacional” es algo novedoso, que no se había intentado antes. Nada más lejos de la realidad. La GN sólo es un refrito de la «Policía Federal Preventiva» –luego “Policía Federal” a secas– creada por el genocida Ernesto Zedillo para enviar militares disfrazados de policías a reprimir y asesinar al pueblo. La única diferencia es que el uniforme de la GN sí es más congruente con su origen miliciano. En serio, fanáticos del peje, ¿semejante aberración fascistoide, cuyas consecuencias mortales seguimos pagando los mexicanos, les parece una estrategia adecuada de “pacificación del país”? Háganse y háganle un favor a México: ¡DESPIERTEN YA, POR LO QUE MÁS QUIERAN!