Vanguardia
Saltillo, Coahuila.- En la calle de Correo Mayor, 2800, de la colonia Postal Cerritos, estaba el Centro de Rehabilitación Fundación Jóvenes Saltillo (CRFJS); fue el infierno de 33 niños, niñas y adolescentes, que vivieron entre chinches y garrapatas, abusos, golpes, maltrato y castigos.
Hace años, el centro resultó un éxito, pero con el tiempo surgieron quejas de los familiares de los internos, debido a malos tratos y abusos.
Por las noches, del lugar salían camionetas y vehículos de lujo, que trasladaban a adolescentes, presuntos miembros de la delincuencia organizada, y supuestamente las prostituían.
“Seguido veíamos patrullas de la policía Municipal estacionadas frente al internado, también venían vehículos de la Unidad Especializada de la Policía en la Atención de la Violencia Familiar (Unepavif) que traían a internar algún chamaco a petición de la familia”, revela Pedro, uno de los testigos que solicitó el anonimato, pues es vecino.
Otra mujer tercia “vimos una Durango color oro que la manejaba Benito Juárez, el subdirector del Centro de Rehabilitación, otra roja, una Chevrolet blanca, una Lobo gris, una Scarlet modificada, un Chrysler 300 y otros vehículos, ¿de dónde sacaban dinero para tantos muebles si siempre andaba pidiendo ayuda al gobierno?”.
Cada rato tenían fiesta; hacían escándalo y no dejaban dormir a los vecinos, que muchas veces hablamos al 066, para pedir que viniera la policía, pero “nunca nos hicieron caso”.
LA ALERTA
La alerta se recibió en la Procuraduría de los Niños, las Niñas y la Familia (Pronnif) gracias a la cual se descubrió las condiciones infrahumanas en que sobrevivían los chamacos.
Padres aseguraron que a sus hijos sí los atendían bien, aunque algunos menores se quejaron que los trataban mal y no los dejaban ver a sus familiares, informó la titular de la Pronnif, Yezka Garza Ramírez.
Explicó que detectaron suciedad, condiciones insalubres, hacinamiento y una serie de abusos.
La mayoría de los internos presentaban picaduras de chinches; cuatro denunciaron haber sido abusados sexualmente y otros seis maltrato. Todos fueron evaluados por médicos de la jurisdicción sanitaria número 8, de la secretaría de Salud.
La Pronnif se encargó de regresar a los niños a sus casas, de los 42 rescatados tres son de Monclova.
Los padres de familia o tutores de los adolescentes firmaron una carta responsiva donde se comprometen a cuidarlos, atenderlos y a que continuaran su tratamiento contra las adicciones.
En tanto que los afectados fueron canalizados a la Dirección de Atención a Víctimas del Delito.
Ambos centros fueron cerrados por las autoridades de la Secretaría de Salud, debido a la insalubridad y a que casi todos los menores presentaban picaduras de chinches, además el director de Desarrollo Urbano del Municipio, Fernando Pérez, dijo que cerraron el centro porque carecía de permisos de funcionamiento y de uso de suelo que nunca los tramitaron.
En prisión, dos directivos. Hipólito Vázquez Pérez, de 38 años de edad, y Benito Juárez Guel, de 43 años, director y subdirector, respectivamente, del Centro de Rehabilitación Fundación Jóvenes Saltillo, fueron arrestados y ya están en prisión.
Enfrentan media docena de denuncias; cinco por violación de niños y niñas, y una por extorsión de menores de 14, 15 y 16 años de edad, presentadas por los padres de los afectados.
Los inculpados, Vázquez Pérez originario de Saltillo y Juárez Guel, oriundo de San Luis Potosí, están en espera de que la juez les dicte sentencia.
Derivados de las indagatorias de la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJE) podrían enfrentar cargos por el delito de pederastia, violación, maltrato, entre otros, así como extorsión, porque exigían de 6 mil a 18 mil pesos o más “de multa” para dejar salir a los menores que aún no terminan su “proceso de rehabilitación”.
A la fecha, ninguna autoridad ha precisado desde hace cuánto tiempo operaba. Estiman que tenía como 10 años, pero nadie sabe decir a ciencia cierta cuándo empezó a funcionar.
El miércoles 17 de septiembre, un día antes de que rescataran a los menores, aquí (en el centro de la Postal Cerritos) festejaron a la diputada electa del PRI, Martha Garay Cadena.
“Tenían un escándalo a todo lo que da, y se oía todo a varias cuadras, porque las bocinas estaban a todo volumen y los micrófonos también”, dijeron que en honor a Martha Garay, porque le echaban porras, estuvieron hasta como a las 12 y media o la una de la mañana y se enteró toda la colonia, acusan vecinos.
“Nosotros denunciamos muchas veces pero el “066” (de emergencias policiales) nunca nos brindó el apoyo, seguido venían patrullas de la policía municipal”, señaló.
También vino el Alcalde. Otro testigo afirma: “Yo vi patrullas de Unepavif bajar personas ahí, no sé por qué nunca antes hicieron nada, hubo una ocasión que vinieron a inaugurar la calle de ahí, el presidente municipal llegó a entrar al recinto”.
“Era el munícipe que está ahorita sentado, Isidro López Villarreal, del Partido Acción Nacional (PAN), vino a inaugurar la calle de allá abajo y ahí entró, pasó a conocer las instalaciones no sé por qué no se dieron cuenta”, recalca indignada Lucía.
“Muchos de los chamacos se escaparon, brincaban la barda, a los que no lo lograban y los agarraban les iba como en feria, los regresaban a rastras, jalándolos de los pelos, a todas horas se oían gritos, maltratos, maldiciones”.
Comenta que se supone que utilizaban la fe en Dios para alejarlos de los vicios, de las drogas, “pero no es cierto, compusieron una canción que eran puras mentadas de madre a la Virgen de Guadalupe, que dice: ‘La Guadalupana chin… a su madre…’.
Advierte que eso sí los llegó a molestar, sobre todo a los que son religiosos, y afirma que nadie se puede readaptar con maldiciones.
Una lideresa vino a rescatar a una muchachita que se quejó de abuso, pero no especificó de qué tipo.
Desconoce si fue por violación y precisa: “No sé, no me consta, detrás de las puertas no se sabe realmente qué pasa y muchas de las veces los niños cuando se quejaban con su familia, ellos los del centro decían que deliraban, que era forma de chantajear a sus familiares para que los sacaran”.
Algunos de los vecinos comentan gustosos que se sienten aliviados y que es una bendición que al fin clausuraran ese lugar
-¿Era como una cárcel? –
“En lugar de ser de rehabilitación parecía un centro de corrupción”.
EN BREVE
– En el Centro de Rehabilitación se ofrecía regenerar a los jóvenes por medio de la fe en Dios.
– Sus padres pagaban 200 pesos semanales y daban una despensa para su manutención, con la esperanza de que les quitaran los vicios del alcohol o las drogas.
– A otros los traían para que los educaran porque no obedecían; eran rebeldes e ingobernables y ya no los aguantaban en su casa.
– Nueve menores más se encontraban en el otro internado del CRFJS, en la colonia Antonio Cárdenas.
– Los 42 en total, con edades de entre 11 y 17 años, fueron rescatados el jueves 18 de septiembre por la Policía y regresados con su familia, gracias a la denuncia anónima de una mujer.