Armando G. Tejeda
La Jornada (Foto: AP)
Madrid, 19 de junio.
Por gritar “¡Viva la República!” o por enseñar una bandera tricolor al paso de la comitiva del flamante rey Felipe VI, la policía española detuvo a cinco personas durante el trayecto en que el monarca se trasladó del Congreso de los Diputados al Palacio Real, tras la ceremonia de coronación.
El gobierno, encabezado por el conservador Mariano Rajoy, desmintió que la policía hubiera recibido instrucciones de prohibir durante el paso de la comitiva real que se mostraran emblemas, banderas o símbolos relacionados con la república.
Sin embargo, el fuerte dispositivo policial impidió la libre circulación de ciudadanos en el centro histórico: los ciclistas fueron obligados a caminar al considerar de “alto riesgo” que pedalearan durante la ceremonia.
A los defensores de la república les impidieron mostrar sus banderas o portar cualquier insignia; a una mujer que se le negó el permiso para cruzar la céntrica Gran Vía porque llevaba en la solapa un distintivo republicano.
La policía también intentó evitar que diversos grupos diseminados a lo largo del trayecto de la comitiva hicieran el gesto silencioso de levantar y cruzar los brazos, en rechazo a la monarquía y a la “imposición” del nuevo rey, tal como se hace en las asambleas de los indignados o del movimiento del 15-M para rechazar una propuesta.
Varios manifestantes republicanos captaron imágenes con sus teléfonos celulares de los insultos y golpes que les propinaron no sólo los agentes de policía, sino los simpatizantes de la monarquía que salieron a las calles a celebrar a sus nuevos reyes.
La policía no impidió, en las inmediaciones de la Puerta del Sol, una concentración pacífica de unos 500 republicanos con banderas tricolores. Algunos llevaban la boca tapada con cinta en la que escribieron: “libertad” y otros gritaban consignas como: “la voz del pueblo no es ilegal”.