Por Emmanuel Ameth
(@1ameth1)
El exgobernador hidalguense y exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong es otro de los principales damnificados que dejó la contienda presidencial con el arrollador triunfo de Morena en las urnas: su estrategia, de haber sido cumplida a cabalidad, le otorgaba un Congreso incluso con mayor número de legisladores que el PRI, sin embargo, no contó con que al perder registro como partido, Encuentro Social (PES) no podía tener ningún representante plurinominal, quedándose con las manos vacías.
La operación orfandad
El candidato del Revolucionario Institucional (PRI) José Antonio Meade tan sólo obtuvo 16% de intención de voto en un lejano tercer lugar. A lo largo de todo el país, las estructuras se prepararon para el ‘gran día’ y hacer exactamente lo único en lo que son especialistas y la razón por la que gozan de un puesto gubernamental: la marrullería y la trampa.
Pero el priista no convence, sino que acostumbrado a la compra y la amenaza, no puede operar alguna de estas si no tiene dinero. Y el recurso no llegó, o más bien, se quedó en cúpulas, siendo el principal responsable René Juárez Cisneros, ese presidente nacional del PRI impuesto por instrucciones de Osorio Chong para “redireccionar” al partido. Por eso los 16 puntos, por eso ni siquiera un segundo lugar que les permitiera sentarse en la misma mesa de los ganadores; ahora el PRI observa desde los lugares que comparte con el resto de la chiquillada.
La máxima figura del Grupo Hidalgo incluso filtró un video donde se aprecia un probable delito electoral sobre Sayonara Vargas Rodríguez, una de las pocas candidatas del actual gobernador Omar Fayad, a lo que este respondió con uno dirigido a la cartera de Osorio Chong, Nuvia Mayorga Delgado.
Estimación de @JMarquezP para la conformación de la Cámara Baja
Si Usted observó en el mensaje del todavía presidente Enrique Peña Nieto la marca del llanto y la impotencia, una que no se borra con maquillaje, no fue por la victoria de AMLO que se sabía inminente incluso con fraude, sino porque supo que esos 10 puntos que garantizaron los operadores para dejarlos en 2do puesto no fueron trabajados. Ni siquiera hay como pedir ‘devoluciones’ cuando ese recurso no proviene de la vía legal. Seguramente se echó la culpa a un tercero, pero Peña Nieto supo, pese a sus limitaciones, supo que fue el pago a haberle negado la candidatura, es más, Osorio Chong sería el filtro de impresentables que buscan amnistía con AMLO, una posición ganada por poner el partido de su propiedad (PES) al servicio del hoy indiscutible ganador.
La última traición al PRI
La operación de Osorio Chong habría sido perfecta. No perder del todo las simpatías del PRI, tener amarrado a Peña Nieto con su silencio -o él también revelaría la verdadera razón por la que no fue ungido-, conformar un partido incluso con más legisladores que el PRI y encima, ser el único personaje político con el que AMLO se necesita sentar, pues la mera alianza cuenta ya con mayoría en el Congreso, pudiendo ningunear al resto.
Siguiendo ese orden, Osorio Chong sería el único contrapeso de AMLO, su aliado u opositor según conveniencia, plenamente fortalecido para los siguientes comicios.
Pero hubo un error de cálculo. Entre las variantes, no contempló que el PES no alcanzaría los votos suficientes para mantener su registro y que con ello, perdería también su derecho a contar con diputados plurinominales, que eran todos los que ostentaría.
Ahora no sólo su delfín a gobernador perdió así como la candidatura a la presidencia de la República, a ello se suma el perder al PES. Afortunadamente como senador todavía goza de fuero, porque Fayad y Sosa, cada quien por su parte, lo están esperando en Hidalgo no precisamente con los brazos abiertos.