Mathieu Tourliere
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- La explosión de un artefacto en un local comercial de la estación del metro Escuela Militar, en Santiago de Chile, hirió esta mañana a 14 personas.
El caso más grave es el de una mujer de aproximadamente 61 años que sufrió la amputación de varios dedos de la mano y fracturas en las extremidades.
El ministro del Interior del país sudamericano, Rodrigo Peñailillo, calificó el hecho como un “acto terrorista de mayor gravedad”, y anunció que invocará a la ley antiterrorista para infligir las “máximas sanciones posibles” a los responsables del ataque.
Más tarde, la presidenta Michelle Bachelet convocó para mañana a una reunión extraordinaria en la que estarán presentes “todas las fuerzas policiales” para analizar el caso.
Luego de llamar a la calma, la mandataria aseguró que la explosión en un local comercial de la estación del metro fue “horrible”, pero insistió en que “Chile es un país seguro”.
“Lo que ha sucedido hoy es horrible, tremendamente condenable, pero Chile es y seguirá siendo un país seguro”, afirmó Bachelet, luego de visitar a tres de los heridas en una clínica de la capital.
Por su parte, la Fiscalía chilena confirmó que el artefacto que estalló en el centro comercial estaba dentro de una papelera, en un lugar por el que pasan diariamente 150 mil personas.
La bomba se encontraba dentro de un basurero metálico ubicado en una de las salidas de la zona comercial, “en un pasillo por donde circula mucha gente, de ahí la gravedad de este hecho”, declaró el fiscal encargado del caso, Francisco Bravo.
Según medios nacionales, en lo que va del año al menos 26 explosiones de baja intensidad han sacudido a la capital chilena, cuya frecuencia se intensificó desde julio pasado.
Sin embargo, a diferencia de la explosión de este lunes, las anteriores –reivindicadas por grupos anarquistas– nunca hirieron a un solo civil, ya que los artefactos detonaron en horas no hábiles o en lugares desiertos.