Juan Carlos Flores
La Jornada
Colima, Col., 30 de septiembre. Policías federales y estatales desalojaron con gases lacrimógenos a unos 30 indígenas que se habían apoderado de la caseta de cobro del balneario Ojo de Agua, en la comunidad de Zacualpan, Comala.
Los agentes pidieron a los ocupantes entregar las instalaciones, pero como se negaron les lanzaron gases. La gente comenzó a correr y una señora de 78 años de edad salió lastimada.
Varios pobladores fueron obligados a borrar de sus teléfonos las fotos y videos que grabaron durante el desalojo, realizado la tarde del lunes.
Daniel Aranda Vázquez, quien dijo ser administrador del lugar, anunció que se quejarán ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos. “Aventaron gas en la cabaña. Estábamos todos reunidos; entonces oímos un trueno y después nos andábamos asfixiando. La intención de nosotros era no dejar que se instalaran los funcionarios del tribunal”.
El desalojo se hizo en cumplimiento de una orden girada en agosto por un tribunal unitario agrario, según la cual la administración del balneario debió entregarse al nuevo comisariado de bienes comunales, presidido por Guadalupe Carpio, en sustitución de Carlos Teodoro Guzmán, destituido en febrero.
El diputado perredista Rafael Mendoza Godínez dijo que solicitará la intervención del gobernador Mario Anguiano Moreno para que desaliente el uso de gases lacrimógenos y otras medidas que lesionan la seguridad, la dignidad y los derechos humanos en Zacualpan.
El balneario Ojo de Agua recibe a gran cantidad de visitantes, especialmente los fines de semana, debido a que la entrada cuesta sólo 20 pesos.