Jorge Ricardo
Reforma
Cd. de México (16 julio 2014).- Hay muchas maneras de justificar una «rotondez». Claudia Cervantes, la actriz que saltó a la fama por festejar su cumpleaños en la Rotonda de las Personas Ilustres, ensayó media docena hoy.
«Era una idea creativa que no ofendía a nadie», dijo. «Se juntaron los astros, la fecha, la Luna, viernes 13…», añadió. «Mezclé mal los elementos en un laboratorio y explotó». «Fue como un choque, pero hay que seguir». «No hubo ni siquiera un borracho». «Me arrepiento de algunas cosas sí y de otras no». «Fue una tonteriíta«.
Con voz de niña mimada que busca el perdón, Claudia Pérez Reyes (nombre verdadero), de 35 años, dio una rueda de prensa por su actual «espectáculo». El único tema fue lo que ha llamado su «mayor rotondez», que provocó que los diputados priistas pidieran sanciones al GDF.
Pero no dijo nada nuevo. Sobre si es amiga del Jefe Delegacional en Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, dijo que no, que sólo lo conoce como funcionario, y que no teme que se filtre una foto del perredista en su fiesta puesto que no acudió. Acerca de la multa de más de 33 mil pesos que su productora tendrá que pagar, dijo que le duele.
Aunque es sobrina de Felipe Calderón, desde los seis años ha trabajado, dijo. Vendió merengues, fue animadora de playa, fue sobrecargo, edecán y actualmente estudia literatura. «Mi trabajo me cuesta juntar mis pesitos».
¿Fue injusto el despido de Rafael del Val, quien firmó la autorización de su fiesta? Ella aseguró que no podía juzgar, pero que cada quien debe asumir su responsabilidad. Luego, lo absolvió: «Si él estaba en la fiesta para preservar el lugar, lo cumplió porque el INAH determinó que no hubo ni un daño».
Insistió en que el permiso era para una fiesta que formaría parte de un videoclip que ya no sacará al aire «ni por 20 mil millones de dólares».
Triste o nerviosa, a veces a punto de la risa, pero a sabiendas de que se debe de cuidar, aprovechó para incluso alertar sobre el deterioro del lugar: «Yo no hice daño a los ilustres o no ilustres, más bien faltaban epitafios en sus tumbas».
¿Te duele la despedida de Del Val? «Todos los daños colaterales siempre le causan a uno un sentimiento», dijo, sonrió y se fue.