Gobierno de Guerrero «invierte» 7.4 MDP en equipo para el Servicio Médico Forense… por incremento de muertos por la violencia

Jesús Guerrero
Reforma (Imagen de archivo)

Chilpancingo, México (16 agosto 2014).- Ante el incremento de muertes por la violencia, el Gobierno de Guerrero compró una cámara frigorífica para 240 cadáveres, la cual fue instalada en el Servicio Médico Forense (Semefo) de esta ciudad.

El equipo y cuatro ambulancias con caja de acero inoxidable para el traslado de heridos costaron 7.4 millones de pesos.

Esta entidad ha sufrido un aumento de muertos por hechos de violencia, lo que hace insuficientes los espacios para resguardar los cadáveres.

Según reportes oficiales, durante julio y en lo que va de agosto, en Chilpancingo se han reportado por lo menos 17 ejecuciones.

El titular de la Secretaría de Salud estatal, Lázaro Mazón Alonso, señaló que, con la compra de este equipo, se tendrá la capacidad de almacenar 240 cuerpos en conservación cuando antes sólo se podían tener 65.

Según el funcionario, con el equipamiento que se otorgó al Semefo de esta ciudad, el edificio dejó hasta de tener malos olores.

«Si de por sí es deprimente entrar a un lugar de esos, ahora con los olores que había, era ya una zona muy deprimente», expresó.

Amplían por violencia los servicios

Ante el constante aumento de la violencia en Guerrero, el Gobierno estatal prevé construir al menos cuatro inmuebles para servicios forenses en distintas comunidades.

El titular de la Secretaría de Salud estatal, Lázaro Mazón Alonso, afirmó que, si en este año el Congreso local aprueba un presupuesto adicional, en 2015 podrán construirse cuatro Servicios Médicos Forenses más en Ometepec, Zihuatanejo, Ciudad Altamirano y Tlapa.

Guerrero cuenta actualmente con tres instalaciones del Semefo; una en Chilpancingo, otra en Acapulco y una más en la ciudad de Iguala.

«Sí necesitamos más instalaciones del Semefo porque, por ejemplo, todos los cadáveres de la región de Tierra Caliente llegan al Servicio Médico Forense de Iguala, o los de Costa Grande ,a Acapulco», afirmó Mazón.

En mayo de 2010, las instalaciones del Semefo de Chilpancingo llegaron a su máxima capacidad para almacenar cadáveres, ya que en esos días fueron localizados 56 cuerpos en una fosa clandestina en un respiradero de una mina en las cercanías de la comunidad de San Francisco Cuadra, del Municipio de Taxco de Alarcón.

Más de una veintena de estos cuerpos tuvieron que ser sepultados en una fosa común en el panteón municipal de esta capital ya que no fueron identificados.

Claman por desaparecidos

La angustia y el dolor por no saber del paradero de hijos, esposos, hermanos o padres han llevado a familiares de desaparecidos a colocar carteles de búsqueda hasta en el Servicio Médico Forense (Semefo).

Decenas de cartelones pegados con tachones llegaron a invadir las paredes de las oficinas forenses de la capital de Guerrero.

Los mensajes, acompañados de retratos, provenían de distintos puntos de Guerrero pero también de Morelos, Estado de México y de Puebla.

De acuerdo con la organización Taller de Desarrollo Comunitario (Tadeco), desde 2005 se han registrado 600 casos de personas desaparecidas que no están relacionadas con la delincuencia organizada.

«La familia Nava García pide de favor si por casualidad han visto al joven Ramiro Nava García, favor de comunicarse al 07330761033, ya que fue extraviado desde el 10 de diciembre del 2011 y hasta el día de hoy sigue desaparecido», se escribió en una hoja de un cuaderno.

Sin embargo, la Secretaría de Salud ordenó retirar los anuncios de auxilio luego de que el Gobierno del estado realizó una inversión para ampliar la capacidad de almacenamiento de la morgue.

En el escrito que colocaron los familiares del joven Ramiro Nava García se señala que éste vivía en la comunidad de Xalitla, del municipio de Tepecuacuilco, en la región norte del estado.

Las palabras «se busca» en letras grandes encabezaba los carteles; luego, la fotografía del familiar, el nombre de éste, el día y la fecha en que desapareció. Y al final, el número telefónico o de celular al que se podrían comunicar para reportar cualquier pista.

En cada hoja se exponía el caso de una mujer o un hombre desaparecidos cuyos familiares están a la espera de que aparezcan vivos o al menos con la esperanza de recuperar su cuerpo.

Personal forense llegó a contabilizar 62 carteles de desaparecidos, pero indicó que ninguno corresponde a los 35 cadáveres que están en la morgue sin identificar.

Fuentes de la Procuraduría estatal explicaron que el plazo para que un cadáver pueda ser identificado por sus familiares es de 90 días y, si después de ese lapso nadie lo reclama, es sepultado en la fosa común.

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