Álvaro Delgado
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- Germán Martínez Cázares, expresidente del Partido Acción Nacional (PAN) y uno de los panistas que se enriquecieron súbitamente en el sexenio de Felipe Calderón, se perfila para ser consejero de la Judicatura Federal, el órgano administrativo del Poder Judicial del país.
Martínez Cázares, quien renunció a la presidencia del PAN tras la derrota en 2009, habría sido ya avalado por los grupos parlamentarios en el Senado y renunció a la dirección de la carrera de Derecho en la Universidad La Salle, cargo que ostentaba mientras litigaba para grupos empresariales como Televisa y Coppel.
El Consejo de la Judicatura está integrado por seis consejeros, además de su presidente Juan Silva Meza –que lo es al mismo tiempo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)–, y desde hace meses tiene dos vacantes, una de las cuales sería ocupada por Martínez Cázares, quien sustituye al también panista César Jáuregui.
El otro consejero se lo pelean los grupos parlamentarios del PRD y del PRI, aunque se prevé que este último partido se quede con esa posición, porque el saliente, Jorge Moreno Collado, es priista. Otro panista en el organismo es Daniel Francisco Cabeza de Vaca, exprocurador general de la República.
El Consejo de la Judicatura tiene como misión garantizar la administración, vigilancia, disciplina y carrera judicial, que permitan el funcionamiento de Juzgados de Distrito y Tribunales de Circuito y aseguren su autonomía, así como la objetividad, honestidad, profesionalismo e independencia de sus integrantes, a fin de coadyuvar a que la sociedad reciba justicia pronta, completa, gratuita e imparcial.
Sin embargo, este órgano del Poder Judicial ha sido objeto de críticas por solapar la corrupción de magistrados y jueces, debido a que éstos son a menudo designados con criterios políticos, como los propios consejeros.
Esta hipótesis de que la justicia en México se administra con criterios políticos y económicos se fortalecería de materializarse el nombramiento de Martínez Cázares, por la mayoría de los senadores, un personaje que se alejó de Calderón y se volvió confidente de Gustavo Madero, actual presidente del PAN.
Martínez Cázares fue un incondicional de Calderón durante casi toda su carrera en el PAN, a cuya presidencia llegó por decisión de éste, el 2007, tras un año como secretario de la Función Pública. Resultó un fiasco: En la elección de 2009, el PAN se desplomó y tuvo que renunciar.
Luego de esa renuncia, en una reunión con senadores, Martínez exclamó: “Ya me quemaron, ahora me voy a hacer millonario.” Entre panistas se ganó el mote de “Adela Micha”, porque pedía la mitad de los recursos que gestionaba ante el gobierno y por adelantado.
Prototipo de los nuevos ricos del PAN al amparo del poder, Martínez Cázares no tenía casa propia al inicio del sexenio de Calderón y en cuatro años después compró una residencia en 16 millones 200 mil pesos, en la mejor zona de San Ángel Inn.
Como lo informó el semanario Proceso, en vísperas de las elecciones de 2012, esta propiedad se la compró, en mayo de 2010, a Carla María Compeán Woodworth, hija del presidente de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), Justino Compeán.
Germán Martínez, exdiputado federal, declaró en 2007 no tener casa ni vehículos propios. Era dueño sólo de un óleo con valor de 250 mil pesos, tres plumas y un reloj que costaban en conjunto 3 mil pesos, y menaje de casa que calculaba en un millón.
Según su declaración patrimonial, al 6 de noviembre de 2006 tenía en el banco una inversión por 750 mil pesos, pero debía en tarjetas de crédito mil 500 dólares y 40 mil pesos mexicanos. Nada más.
Casi un mes después, en su declaración inicial como secretario de la Función Pública –el 19 de diciembre–, la fortuna comenzó a estar de su lado: se compró una casa con valor de 2 millones 665 mil pesos con un crédito que obtuvo a dos semanas de tomar posesión del cargo.
Pese al crédito hipotecario, que ascendió a 2 millones 132 mil pesos, Martínez declaró que seguía teniendo 750 mil pesos en el banco y agregó otros 50 mil.
Para cuando concluyó su breve gestión como servidor público para buscar la presidencia del PAN, en octubre de 2007, Martínez ya se había comprado un automóvil Honda del año, tenía cuentas bancarias por 250 mil pesos y contaba con un seguro de retiro de 424 mil pesos.
Martínez presidió el PAN apenas un año y nueve meses, de diciembre de 2007 a agosto de 2009, lapso en el que cobró un sueldo mensual de 128 mil pesos netos, según información oficial.
Pero nueve meses después de dejar el cargo –tras la peor debacle electoral del partido, que contrajo una deuda de más de 300 millones de pesos–, Martínez estrenó casa: la que le compró a Compeán Woodworth en San Ángel Inn, un barrio de alta plusvalía.
Consta en el Registro Público de la Propiedad (RPP) que la operación se realizó el 26 de mayo de 2010. Se trata de una propiedad de 743 metros cuadrados de terreno, sobre el que se edificaron dos plantas y cuenta con sótano y cuarto para el chofer. El costo: 16 millones 200 mil pesos.
Sobre su repentina bonanza económica, Martínez envió una carta a la revista, en la que afirmó: “Mi patrimonio lo he hecho al amparo de la ley y en el ejercicio de mi profesión de abogado y representante de empresas nacionales y extranjeras. Incluida la casa descrita en la nota, adquirida con un crédito, otorgado por una institución financiera”.
Añadió: “Todo mi desempeño como servidor público y dirigente partidista fue absolutamente transparente y auditable. Otorgué autorización previa y voluntaria para publicitar mi situación patrimonial. Nunca he recibido dinero público, salvo mis sueldos correspondientes, y dejé de ser servidor público desde septiembre del 2007.”
Y puntualizó: “No tengo tratos ni contratos con el gobierno federal. No tengo ni aspiro a cargo público alguno; entre tanto, tampoco aspiro a dar más explicaciones públicas de mis actividades privadas”.