Roberto González Amador
La Jornada
México, DF. La mayor parte de la inversión extranjera directa (IED) que llegó a América Latina y el Caribe en los últimos años no creó capacidades productivas que fomentaran la expansión del empleo, mientras que las compañías transnacionales que llegaron a la región remiten a sus países de origen ganancias en montos que representan un peligro de vulnerabilidad financiera, aseguró este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
«Se ha vuelto un mantra decir que la IED es importante porque va a generar empleo y que va a hacer partícipe a la población de los frutos del crecimiento», dijo la mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, en la presentación del informe La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2013.
En la última década, añadió, el aporte de la IED al empleo en la región ha sido secundario y no toda la inversión extranjera que llega crea empleo. Incluso, en algunos casos como las fusiones de compañías, destruye empleo, apuntó.
El informe documenta que en la última década sólo cinco de cada 100 nuevos empleos directos fueron creados por proyectos financiados con inversión extranjera directa.
En cambio, las utilidades obtenidas por las empresas extranjeras que invirtieron en la región sumaron 430 mil millones de dólares, sólo en los últimos cuatro años, reveló el reporte.
«Existe un peligro de vulnerabilidad externa latente asociada a la renta (ganancias) de la IED, que es el principal rubro negativo del balance de cuenta corriente» de la región, mencionó el informe.
La cuenta corriente mide el balance entre ingresos y salida de divisas de un país y región.