Las 30 hectáreas de bosque de niebla que el «Congreso» de Veracruz regaló a empresarios fue un DESPOJO A LOS XALAPEÑOS

Jair García
La Jornada

El integrante de La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (Lavida), Guillermo Rodríguez Curiel, se pronunció en contra de la autorización que dio el Congreso local para donar 30 hectáreas del parque Francisco Javier Clavijero a favor de dos organizaciones con fines de tipo más empresariales, que ambientales.

Aseguró que el Instituto de Ecología (Inecol) cuenta con la capacidad técnica, científica, administrativa y de recursos humanos para garantizar el cuidado de las hectáreas donadas, y que forman parte del santuario de bosque de niebla.

Esta situación, dijo, es equivalente a un despojo, pues se le está quitando a los xalapeños y a todo el país de un área natural protegida pública, que ahora será privada y de la cual ya no se podrá gozar. Por ello, mencionó que la postura de Lavida es porque el Inecol siga siendo custodio de las 30 hectáreas del parque Francisco Javier Clavijero y se anexen al Jardín Botánico.

Rodríguez Curiel consideró que la donación es un ultraje a los xalapeños y una violación al decreto publicado en la Gaceta Oficial del estado el 27 de noviembre de 1975, en el sexenio del gobernador Rafael Hernández Ochoa.

“Lo más sorprendente es la postura del Inecol respecto al tema, porque todavía recuerdo que el año pasado hizo una campaña de recursos para ampliar el Santuario de Niebla y sorprende que por otro lado el gobierno del estado le sustraiga 30 hectáreas al mismo Inecol y no se inconforme o haga un pronunciamiento sobre el tema”, expresó.

Si bien, reconoció que el gobierno del estado era el encargado de velar por los intereses del rancho Guadalupe, precisó pudo haber hecho la donación a favor del Inecol que durante años ha demostrado tener la capacidad suficiente para la preservación de esa zona.

Además insistió que primero debe revisarse el aspecto jurídico de este asunto, porque el decreto firmado por el ex gobernador Rafael Hernández Ochoa determina que el rancho Guadalupe es inalienable e imprescriptible, lo que indica que no puede enajenarse ni a título gratuito ni oneroso.

“No veo la necesidad de entregárselas a dos agrupaciones que son particulares, para que construyan sus oficinas, van a tumbar árboles, armar sus carreteras y sus estacionamientos; esto es un ultraje y me molestó mucho que nunca se consultó a la ciudadanía y quieran dar gato por liebre”, agregó.

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