Mancera descuidó la zona del Ajusco volviéndola una de las más inseguras de Tlalpan y ahora pide policías federales

Arturo Sierra y Antonio Nieto
Reforma

Cd. de México, México (13 diciembre 2014).- Cuatro de cada 10 delitos de alto impacto cometidos en Tlalpan entre enero y septiembre de este año ocurrieron en el Ajusco, pese a ser una zona con baja densidad poblacional.

De acuerdo con el informe de Incidencia Delictiva por Delegación de la Procuraduría capitalina, en ese periodo se denunciaron, a lo largo de las cuatro coordinaciones territoriales de la Delegación, mil 350 delitos violentos.

De ellos, 560 fueron denunciados en las zonas Tlalpan 1 y 2, que abarcan las partes alta y baja del Ajusco.

El año pasado, la situación fue aun más grave; mientras que en toda la Delegación fueron mil 467 delitos violentos, 868 se registraron en el Ajusco, esto es, el 59 por ciento.

Según funcionarios de la Procuraduría capitalina, en la zona alta de Tlalpan los principales ilícitos de alto impacto son robos a transeúnte, de vehículo, a repartidor, a transportista, a pasajero de taxi, violaciones, secuestros y homicidios.

Tan sólo el domingo, una joven secuestrada fue encontrada muerta en la parte baja del Ajusco y el jueves un anciano fue decapitado en su casa, a la altura del kilómetro 16 más 700 de la carretera Picacho-Ajusco.

Ayer, el Jefe de Gobierno del DF, Miguel Mancera, adelantó que la próxima semana se pondrán en marcha operativos de la Policía Federal para aumentar la seguridad en esta zona.

Luce Ajusco solitario, oscuro y sin patrullaje

Cuando el sol se oculta sobre el Pueblo de Magdalena Petlacalco, en Tlalpan, las calles quedan en penumbras.

Aquí, los secuestradores de Anayeli Bautista Tecpa, estudiante destacada de la Facultad de Química de la UNAM, aprovecharon la oscuridad y nula vigilancia para abandonar el cadáver el domingo.

Asentado en la zona baja del Ajusco, Magdalena Petlacalco está lleno de caminos de terracería, amplios sembradíos y predios abandonados.

Después de las 18:00 horas la gente busca refugiarse de las heladas y las calles se vacían; sólo algunos negocios siguen abiertos y por la avenida principal, la México-Ajusco, se ven pocas personas que esperan el transporte público.

No hay cámaras del programa Ciudad Segura y las escasas luminarias que funcionan no alcanzan a evitar que todo quede entre sombras.

Durante un recorrido por la zona, en más de una hora no se observó ninguna patrulla de la Policía.

De cualquier forma, en algunas calles ni siquiera cabría un vehículo de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), pues los pasos son estrechos y empinados.

«No hay casi (policías), luego pasa la patrulla por la avenida, pero a las calles no se meten», comentó una mujer que caminaba con un galón de leche y pan dulce.

Uno de los principales problemas, señalaron vecinos, es el robo de cable, lo que deja a oscuras grandes áreas de la zona a pesar de que hace menos de 5 años fueron colocadas luminarias por parte del Gobierno delegacional.

Aquí operaban Los Camacho, quienes en 2 años secuestraron a 10 víctimas, dos de las cuales asesinaron.

Por sus caminos de difícil acceso y colindancias con Morelos y Estado de México, la zona también fue asiento de narcotraficantes, como La Mano con Ojos

Max Morales, negociador de secuestros y experto en el tema, señaló que las autoridades desatendieron la zona, pues desde hace 4 años comenzaron a cometerse ahí plagios, principalmente de jóvenes.

También se registran continuos robos a visitantes que se internan a las zonas boscosas, sin que sean denunciados.

«Desde hace algunos años se comenzaron a dar secuestros exprés de jóvenes que iban en grupos, retenían a varios y permitían que uno o dos bajaran y juntaran el dinero.

«Los responsables son personas que viven en la zona y se han ido especializado en los secuestros», dijo Morales.

La instalación de retenes o puntos fijos de vigilancia por parte de la Policía, consideró, sirven de poco, pues los delincuentes ubican a sus víctimas cuando se encuentran en zonas solitarias.

Investigan antecedentes de decapitado

Álvaro Ezequiel Sánchez Mirus, el hombre decapitado en su casa en el Ajusco, fue detenido en el 2004 por un homicidio ocurrido en Guerrero.

El abogado militar retirado, de 78 años de edad, fue acusado del asesinato de Raymundo Alvarado de la Rosa, ocurrido 4 años antes.

El entonces coordinador de la Policía Ministerial de Guerrero, Emmanuel Radilla Hernández -ejecutado en 2011- dio a conocer que Alvarado de la Rosa fue asesinado de un balazo, al parecer desde el domicilio de Sánchez Mirus, en el fraccionamiento Marbella.

El abogado militar fue consignado a prisión por el entonces Juez 10 Penal, Adolfo Van Meeter, pero nunca se le encontró culpable.

En la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) no descartan ninguna línea de investigación por el homicidio de Sánchez Mirus, cuyo cuerpo fue encontrado el jueves por su hija.

Además, la víctima había interpuesto varias denuncias en la Fiscalía de Tlalpan, donde señaló a supuestos grupos delictivos que operaban en la zona del Ajusco.

El Procurador Rodolfo Ríos explicó ayer que dichas denuncias abrieron una línea de investigación para esclarecer su asesinato.

«La causa de la muerte, evidentemente la decapitación que sufre y de la investigación, ya tenemos varias declaraciones; ha habido algunos señalamientos que nos han hecho también derivado de las denuncias que había presentado en la propia Fiscalía», confirmó Ríos.

Consta en la averiguación FTLP/TLP-2/T3/2725/14-12 que una camioneta Nissan de Sánchez Mirus, con placas XUC-7405, del Estado de Tlaxcala, desapareció de su casa.

Fuente

NOTIGODÍNEZ EN REDES SOCIALES

¿Gustas apoyarnos? La mejor manera de hacerlo es leyendo, comentando, reflexionando y pasando la voz sobre nuestros contenidos, así como incluyéndonos en tus favoritos. ¡Gracias!

¿Qué opinas?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *