Redacción Proceso
CALETA DE CAMPOS, Mich. (apro).– José Manuel Mireles Valverde, destituido líder del Concejo General de Autodefensas de Michoacán, afirmó que la guerra contra el crimen organizado en Michoacán no ha terminado.
En una reunión celebrada el pasado fin de semana en Caleta de Campos, con habitantes de La Mira, Lázaro Cárdenas, Caleta de Campos, Ostula, Chinicuila y Tepalcatepec, Mireles Valverde, recriminó a Peña Nieto que festinen la restauración de la paz en Michoacán, cuando la guerra contra Los Caballeros Templarios “no ha terminado”.
Reunido en la plaza, Mireles insistió en que la lucha social es porque ya les mataron o secuestraron a un familiar, o los criminales se quedaron con una propiedad.
“Quiero mandarle un mensaje nuevamente a Peña Nieto, de que no es con discursos, ni con aplausos, ni con anuncios en los periódicos, como nos va a quitar el dolor que traemos en el corazón. “No es con discursos, ni con aplausos, como van a resolver la situación familiar de las más de dos mil 500 viudas que dejaron los Templarios en Michoacán. No es con discursos, ni con aplausos, como van a suplir los más de cuatro mil 800 huérfanos que tiene la entidad por el crimen organizado”, subrayó.
Y por eso, abundó, “a partir del próximo miércoles 28 de mayo, nuestro movimiento, el más limpio de Michoacán, se queda en la costa”.
El médico cirujano a quien mediante una orden emitida el pasado 22 de mayo por la 43 zona militar se le impidió registrarse para pertenecer a las nuevas Fuerza Rurales, por haber sido expulsado de las autodefensas confirmó su participación en el Encuentro Nacional de Autodefensas Ciudadanas, que se realizará el miércoles 28 de mayo en el Polyforum Siqueiros y que “va a estar bien representado por los más valientes de Michoacán”.
Confirmó también la participación del poeta Javier Sicilia, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad; del padre Alejandro Solalinde Guerra, del Movimiento Prosolidaridad por los Migrantes Centroamericanos; del Obispo José Raúl Vera de Monterrey, del general José Francisco Gallardo, y de otros tres generales, uno de ellos de Jalisco.
“Ahorita llevo cuatro generales, con siete generales le armo una revolución al gobierno”, advirtió.
Y aclaró:
“No nos estamos armando para hacerle revoluciones al gobierno. Pero ellos no entienden, les hace mucho daño cada vez que Mireles habla. Cada vez que habla Mireles, hagan de cuenta que los están rociando con un cuerno de chivo.
“Se esconden, se asustan, gritan y lloran. Las únicas armas que uso desde que empezó el movimiento son: la razón, la verdad y la justicia”, sostuvo Mireles Valverde.
Por el contrario, dijo, sólo algunos de los principales criminales que han ocasionado todas las desgracias en la entidad están presos, como el exsecretario de Gobierno, Jesús Reyna, el presidente municipal de Lázaro Cárdenas y el de Apatzingán, entre otros.
“Pero por desgracia el único cargo que les van a dar es por asociación delictuosa, que no tienen nada que ver con los cuatro mil 800 huérfanos de la entidad.
“Nada más en Tepalcatepec tenemos 360 niñas, criando niños. Niñas de 11 años de edad, criando niños de ocho y nueve meses. Esos problemas al estado y al gobierno federal no le interesan; pero a muchos de los que aún andamos armados si nos importa y nos duele”, sostuvo Mireles y eso, dijo, no se quita con discursos ni aplausos.
Eso es lo que está haciendo el gobierno, “sigue dando atole con el dedo”, como sucedió –dijo— el pasado jueves 22, durante la visita de Peña a Tepalcatepec.
“En Tepalcatepec, y no lo dice Mireles, lo dijeron los medios, va ir Peña Nieto a Tepalcatepec a contestarle a José Manuel Mireles sus reclamos de que tiene que atender la voz del pueblo.
“¡Perfecto! Llega Peña Nieto, mete puros soldados disfrazados de civil y saca a todos los cabrones de la cancha. Ese es el pueblo que salió en la televisión, pues hasta los organizadores del evento, los que hicieron las listas a máquina, ni siquiera a ellos los dejaron entrar”, recriminó.
El médico cirujano aclaró que no asistió al evento de Peña “no por sacarle” sino porque sabía que todo era una farsa y el propio Estado Mayor le advirtió, que no fuera porque Peña Nieto sólo quería sacarse la foto con él y decir a todo el mundo ‘ya se arregló’.
Sin embargo, reiteró, “la guerra no ha terminado” y en ella no se usarán armas.
“Yo jamás uso armas, por eso no van a matar a Mireles, uso las armas que no se compran con dinero –razón, la verdad y la justicia– y son las que estamos usando porque ningún gobierno nunca ha podido con esas armas”, acotó el doctor.
Mireles recalcó que cuando el comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral en Michoacán, Alfredo Castillo, fijó el 10 de mayo como plazo a las autodefensas para que depusieran las armas y se legalizaran a través de las Fuerzas Rurales, ultimátum que la mayoría cumplió, ellos a cambio hicieron cuatro peticiones.
La primera, liberar al pueblo de Michoacán del crimen organizado “y el pulpo sigue vivo con cabeza y muchos tentáculos, siguen secuestrando y ejecutando gente”.
También pidieron, dijo, restablecer el estado de Derecho en Michoacán, tener seguridad pública eficiente y una justa impartición de justicia y “no la tenemos. Siguen presos nuestros compañeros autodefensa cuyo único delito fue poseer un arma para defender su vida y la de su familia”.
El tercero era justo liberar a todos los autodefensas presos y sólo liberaron a Hipólito Mora.
El cuarto y último punto era integrar a todos los autodefensas con la policía rural y la Policía Estatal y por ahí empezó Castillo, quitándoles las armas largas, los cargadores y las camionetas blindadas y dándoles “una pistolita con un cargador” y uniformes, fustigó Mireles.