AP
Austin. Texas desplegará mil efectivos de la Guardia Nacional en la frontera con México en el próximo mes para evitar el incremento en la inmigración ilegal de menores y familias que llegan a Estados Unidos, dijo el lunes el gobernador Rick Perry.
Texas tiene la responsabilidad de actuar luego de las palabras vanas del gobierno federal, dijo Perry, quien ha criticado la respuesta de la Casa Blanca a la crisis en la frontera y quien estudia si busca una segunda candidatura a la presidencia.
El gobernador rechazó los señalamientos de que Texas está militarizando las comunidades al llevar ahí a la Guardia Nacional o que la tasa de criminalidad en la frontera no justifica el envío de tropas adicionales.
Texas tendrá que gastar unos 12 millones de dólares al mes por el despliegue. El jefe administrativo militar de Texas, John Nichols, dijo que sus tropas sólo «disuadirán y enviarán» a los inmigrantes y no detendrán a ninguna persona, aunque aclaró que la Guardia Nacional podría hacerlo si se le solicita.
«Creemos que vendrán y nos dirán: ‘Por favor llévennos a una estación de la Patrulla Fronteriza»’, dijo Nichols.
Más de tres mil agentes de la Patrulla Fronteriza están actualmente activos en el sur de Texas, y Perry le ha pedido al presidente Barack Obama en reiteradas ocasiones que despache a la Guardia Nacional a la frontera.
La Policía de Aduanas y Protección Fronteriza no respondió inmediatamente el lunes a una solicitud para que hiciera comentarios.
Como gobernador, Perry es el comandante en jefe de las fuerzas armadas en Texas, a menos que éstas hayan sido movilizadas por la Casa Blanca. Pero si Perry despliega a las tropas, le corresponde al estado pagar por ellas, mientras que una orden de Obama habría obligado a Washington a pagar la cuenta.
«El gobernador Perry había hecho referencia en varias ocasiones a su deseo de hacer una declaración simbólica a las personas de Centroamérica en el sentido de que la frontera está cerrada», dijo el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest. «Él cree que la mejor manera de hacerlo es mandar a mil elementos de la Guardia Nacional hacia la frontera. Me parece que un símbolo mucho más poderoso sería la aprobación, por parte de los dos partidos, de una legislación que incluya una cifra histórica de inversión para seguridad a la frontera y envíe a 20 mil trabajadores adicionales a la frontera».
Earnest también dijo que la Casa Blanca no ha recibido de la oficina de Perry el tipo de «comunicación formal» que usualmente acompaña a esos despliegues.