Increíblemente, el CIDAC describe una situación de estado fallido en México, sin embargo se sigue refiriendo a quienes están en el poder, causando todo esto, como «gobierno federal». Como siempre, denuncian y al mismo tiempo legitiman a los responsables del caos. Así no se logrará ningún cambio y más de 82 años lo demuestran.
Verónica Macías / El Economista
Los únicos elementos novedosos en la estrategia de seguridad anunciada por el «gobierno» federal para Tamaulipas es la sectorización y las fiscalías, lo demás son “lugares comunes”, refiere el Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC).
El CIDAC menciona que nuevamente la pacificación de una zona (en este caso Tamaulipas), depende del envío de efectivos militares, sin embargo, afirma, el Ejército y la Marina no cuentan con recursos ilimitados. Dicha medida contra la inseguridad y el narcotráfico fue similar a la que se aplicó en la pasada administración encabezada por Felipe Calderón.
“El despliegue militar implica necesariamente dejar desprotegidas otras zonas del país. Cubrir todo el país con militares resulta materialmente imposible”.
Este centro de estudios menciona que la seguridad no depende de “llamaradas de petate”, sino del desarrollo de la capacidad policiaca y judicial local. “Desafortunadamente, nada de esto está siendo construido, lo cual sugiere que la solución empleada no podrá ser duradera”, manifiesta el CIDAC.
Además, explica que la injerencia directa del «gobierno» federal en asuntos de seguridad locales conlleva el establecimiento (o la posibilidad) de establecer incentivos perversos respecto de la responsabilidad de las autoridades de las entidades.
“El modus operandi del «gobierno» federal obliga a una revisión de lo que sólo puede catalogarse como federalismo a la mexicana. En lugar de empoderar a las instituciones locales, se opta por reemplazarlas en las tareas que les corresponden. En pleno 2014, vemos de regreso las prácticas más arraigadas del centralismo y paternalismo gubernamental del siglo XX. En este contexto, la autonomía de las entidades federativas es cada vez más meramente nominal”.
Asegura el análisis del CIDAC que el gobierno federal no ha trazado directrices generales en materia de seguridad, ya que se ha caracterizado por actuar de forma reactiva y divergente.
“Aquellos estados en los cuales la omisión o colaboración del gobierno local ha propiciado el incremento de la inseguridad son los que reciben mayor atención federal”, tal como Michoacán, Estado de México, Morelos y Tamaulipas.
Asimismo, manifiesta que de continuar la inseguridad la inversión podría desincentivarse, sobre todo para aquellas medianas y chicas empresas que son incapaces de absorber los costos de seguridad.
La inseguridad en el estado comenzó a recrudecerse hace un par de meses en Tamaulipas, según el «gobierno» federal, por la disputa entre carteles que operan en el estado, el cual es crucial para el tránsito no solo de droga, sino también de personas y armamento.
El pasado 11 de mayo, poco más de 2,000 personas salieron a las calles de Tampico, Tamaulipas, para exigir al «gobierno» la pacificación de la entidad.
En el estado de Morelos sucedió lo mismo, tras la muerte de un académico a principios de mayo, la población realizó una marcha en protesta contra el gobierno estatal.
Mientras que en Michoacán, en febrero del año pasado, surgieron grupos de autodefensa para combatir al crimen organizado, el cual amenazaba, secuestraba, asesinaba y secuestraba a gran parte de la sociedad michoacana.
En tanto, en el estado de México aumentaron los homicidios, robos, secuestros, lo que orilló al «gobierno» federal impulsar una estrategia y reforzar la seguridad en la entidad.